“Prepárate para Semana Santa”
(Esto lo escribí hace un tiempo....pero se los comparto porque mucho sigue igual, vivamos nuestra Semana Santa con gran devocion)
“Prepárate para Semana Santa”, cómprate un buen sombrero, unos lentes de
sol ‘aperos’, una neverita con hielo y un BBQ (Barbecue) , también un buen
traje de baño y vete al gimnasio pa’ que
estés en forma…
Eso es lo que todos los días nos dicen la tele, la radio, los periódicos
con unos encartes grandísimos de especiales, la publicidad…pero, me pregunto:
nos estamos preparando para la “Semana Santa” o nos estamos preparando para la
“Semana de Pachanga”?....
Pues la analogía que voy a hacerles, tiene que ver con todo esto que
gira a nuestro lado. Decidí, así como muchos otros hermanos, realmente
prepararme para vivir una profunda Semana Santa…
Mi gimnasio es la piedad, …ahí me pongo ‘en
forma’. Practico mi amor a Dios diariamente: lo visito, lo escucho, trato de ir
a la celebración de la misa cuantas veces puedo, le digo a Mamá María muchas
veces que la amo con el rosario, realizo mi apostolado con amor y sobre todo,
me confieso y limpio la casa de mi corazón para que Jesús la encuentre
limpia. Así, cuando llegue el momento de
recibir y celebrar la resurrección maravillosa, yo también pueda resucitar con
El y dejar atrás todo lo que me impide elevar mi alma al Padre.
Mis lentes de sol los uso, mientras tomo el sol,
para crecer en mi estudio, leo sobre el profundo San Juan de la Cruz, la
decidida Santa Teresa, mi ‘abuelo’ en la fe: San Jose (si claro porque si Jesús
es mi hermano…jajaja), Teresa de los Andes, San Alberto Hurtado, el
hermano San Francisco de quien aprendo
tanto. Que hicieron ellos? Como enfocaron sus vidas? Cuáles fueron sus
sacrificios? Que les costó?...
Mi BBQ y la neverita de Hielo la llevo a todas
partes porque ahí es donde esta mi acción. Con el BBQ alimento de ese amor que
recibo gratis a los demás, les doy una milésima parte de todo lo que el Señor
me regala a mi. Mantengo calientes para Dios esos corazones que a mi lado
están, les llevo esperanza, una palabra de aliento o simplemente una sonrisa.
En mi casa, ahí es donde ese calorcito se tiene que emplear a fondo y a veces
como que se quiere apagar el carbón, pero con una brisita de la piedad vuelve y
prende. Ah….pero la neverita es igual de importante…cada vez que quiero
enojarme, agarro un pedazo de hielo y me enfrío…me enfrío como tantas veces
tiene Dios que enfriarse conmigo, pero me ama tanto, que me quiere como me
hizo.
Una hija muy amada de Dios
Nathalie Romero de Grau
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