Muchas veces se nos pasan los días, semanas, meses y ¿Porqué no?, anos sin frecuentar el sacramento de la reconciliación.
La verdad es que muchas veces me sorprende el miedo y la aprensión tan grande que muchas veces tenemos a este hermoso sacramento.
Jesús, dejo este regalo precisamente porque El sabia que íbamos a necesitar esta bendito ayuda, un oasis donde recargar nuestras fuerzas, donde limpiar los cristales del alma, donde recibir ese manantial de su amor copiosamente para levantarnos y volver a empezar de nuevo, con mas fuerzas.
Vamos a caer...eso es inevitable, pero, si contamos con esta ayuda, podremos volver a nuestro estado de Gracia con mas fuerza y precisamente este sacramento nos ayuda a resistir mejor las tentaciones.
Te comparto una Guía para Confesarte Bien,
puedes descargarla haciendo click:
"Guía para Confesarme Bien"
http://www.corazones.org/espiritualidad/espiritualidad/guia_confesion.pdf
Oh, Corazón de Jesús, Dios y Hombre verdadero, delicia de los Santos, refugio de los pecadores y esperanza de los que en Ti confían; Tú nos dices amablemente: Vengan a Mí; y nos repites las palabras que dijiste al paralítico: Confía, hijo mío, tus pecados te son perdonados, y a la mujer enferma: Confía, hija, tu fe te ha salvado, y a los Apóstoles: Confíen, Yo Soy, no teman.
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