domingo, 20 de noviembre de 2016

Adviento 2016: tiempo de preparación activa. Calendario Practico de Adviento

El Próximo domingo 27 de noviembre inicia el Adviento que es un tiempo de preparación activa hacia la venida de Jesús... ¿leíste bien?, tiempo de preparación "activa". Quiere decir que a nosotros nos corresponde una parte del trabajo.

Limpiar, hacer espacio, sacar lo que no sirve, darle una pintadita a la casa se han convertido en tareas propias de esta época a final de año. Pues...no esta tan lejos de lo que debe ser también en nuestro Corazón: limpiar, hacer espacio, sacar lo que no sirve...para que al final podamos estar preparados a recibir al Dios que nace dejándole espacio en nuestro Corazón pues sería muy triste que pase en nosotros tal como sucedió en Belén hace 2016 años ...estaba todo lleno y no había espacio para que Jesús pudiera nacer.Sería un desperdicio pasar la gran fiesta de Navidad y quedar igual que como llegamos...o peor aún una enorme pérdida si estando en medio de las celebraciones, la fiesta, la iglesia, arreglarnos, vestirnos, maquillarnos y no saber en realidad para que o mejor dicho por quien lo hicimos...es como estar invitado a una gran fiesta y no saber quien nos invita.

 “Preparen el camino del Señor, hagan rectos sus senderos”

(Lucas 3, 4)

Con la Solemnidad de Cristo Rey, nuestra Iglesia Católica se dispone a celebrar el Adviento como antesala a la Navidad. El Adviento es el tiempo litúrgico que nos invita a preparar nuestros corazones para el nacimiento de Nuestro Salvador. Hace un tiempo descubrí una herramienta que me ayuda a vivir con sentido esta época y espero que también a ti te ayude a vivir de forma diferente estos días tan especiales, reflexionando de manera personal y comunitaria, sin perder de vista el gran objetivo: convertir nuestro corazón en un auténtico pesebre y dejar que Jesús vuelva a nacer en él.

Por eso te comparto el “Calendario: Adviento con Sentido”. Consiste en descargar el calendario de Adviento y cumplir cada uno de los 25 desafíos correspondientes a los 25 días de este tiempo litúrgico. Cada uno de estos desafíos están basados en las lecturas dominicales y Evangelios del día. Además cada semana debemos profundizar sobre los personajes bíblicos protagonistas de este tiempo de espera, como lo son: El Profeta Isaías, San Juan Bautista, la Santísima Virgen María, San José y por supuesto Nuestro Señor Jesucristo.

Te comparto aquí 2 calendarios, uno de ellos está vacío por si quieres incluir tus desafíos y acciones particulares, tuyas o de tu familia o comunidad.

Cada día es una oportunidad para avanzar en nuestro peregrinar hacia el Padre, preparando poco a poco tu corazón para recibir a Jesucristo quien hace nuevas todas las cosas.

¡Dale la oportunidad este año a Cristo!

 
Calendario para colocar intenciones particulares
 



Dios te bendiga.
 
 
En este link ademas, esta La Corona de Adviento
 
 

¿ES CRISTO REY Y SEÑOR DE MI VIDA? Fiesta de Cristo Rey: Cosas para saber y reflexionar


 
Fiesta de Cristo Rey:
10 Cosas que Deberías Saber sobre la Fiesta
(último dgo del año litúrgico)


La fiesta de Cristo Rey fue instituida por el papa Pío XI quien la fijó en el domingo anterior a la solemnidad de todos los santos.
Luego del Concilio Vaticano II se cambió a la fecha actual.

La Iglesia, ciertamente, no había esperado dicha fecha para celebrar el soberano señorío de Cristo: Epifanía, Pascua, Ascensión, son también fiestas de Cristo Rey.

Si Pío XI estableció esa fiesta, fue como él mismo dijo explícitamente en la encíclica Quas primas, con una finalidad de pedagogía espiritual.

Ante los avances del ateísmo y de la secularización de la sociedad quería afirmar la soberana autoridad de Cristo sobre los hombres y las instituciones. Ciertos textos del oficio dejan entrever un último sueño de cristiandad.

En 1970 se quiso destacar más el carácter cósmico y escatológico del reinado de Cristo.

La fiesta se convirtió en la de Cristo “Rey del Universo” y se fijó en el último domingo per annum.

Con ella apunta ya el tiempo de adviento en la perspectiva de la venida gloriosa del Señor.

Esta fiesta nos recuerda que a pesar de todo lo que los poderes de la tierra pueden hacernos o pedirnos, Cristo es el verdadero rey que debe reinar en nuestros corazones.


 Aquí están 10 cosas sobre este impresionante fiesta que debes conocer:

 1) Fue instituida hace tan sólo 90 años en 1925

A raíz de la Primera Guerra Mundial, en medio de la subida del comunismo en Rusia, y durante el 16º centenario del Concilio de Nicea (325), el Papa Pío XI instituyó la fiesta en su encíclica Quas Primas de 1925, aunque su primera celebración tuvo lugar en 1926.

 2) Antes se había celebrado una fiesta a la Realeza de Cristo

El sacerdote catalán José Gras y Granollers (1834-1918), fundador de las Hijas de Cristo Rey, celebró en la parroquia de Santa María de Écija un triduo solemne a la Realeza de Cristo, siendo éste el primer culto público en el mundo que se realizó en honor a Cristo Rey.

 3) La Solemnidad de Cristo Rey se celebró por primera vez el día de Halloween en 1926

 Originalmente iba a ser el último domingo de octubre, justo antes de la Fiesta de Todos los Santos – que, en 1926, cayó 31 de octubre.

 4) En 1969, el Papa Pablo VI revisó la fiesta, dándole su nombre y fecha actual

 El Papa Pablo VI dio la fiesta su actual título completo (Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo Rey del Universo) y se trasladó hasta el último domingo del año litúrgico.

5) Cae el quinto domingo antes de Navidad

Desde 1970 la Solemnidad de Cristo Rey se celebra el último domingo per amnum, es decir el quinto domingo anterior a la Navidad (25 de diciembre).

Por lo tanto, su fecha oscila entre los días 20 y 26 de noviembre. Desde el Vaticano II esta festividad cierra el año litúrgico.

6) La fiesta fue una respuesta al aumento de la secularización, el ateísmo y el comunismo

 Mientras que el mundo les dice cada vez más elocuentemente a los cristianos que deben compartimentar su religión y dar su mayor lealtad al gobierno, el Papa Pío XI escribió sobre la fiesta:

Porque si a Cristo nuestro Señor le ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra; si los hombres, por haber sido redimidos con su sangre, están sujetos por un nuevo título a su autoridad.

Si, en fin, esta potestad abraza a toda la naturaleza humana, claramente se ve que no hay en nosotros ninguna facultad que se sustraiga a tan alta soberanía.

Es, pues, necesario que Cristo reine en la inteligencia del hombre, la cual, con perfecto acatamiento, ha de asentir firme y constantemente a las verdades reveladas y a la doctrina de Cristo.

Es necesario que reine en la voluntad, la cual ha de obedecer a las leyes y preceptos divinos.

Es necesario que reine en el corazón, el cual, posponiendo los efectos naturales, ha de amar a Dios sobre todas las cosas, y sólo a El estar unido.

Es necesario que reine en el cuerpo y en sus miembros, que como instrumentos, o en frase del apóstol San Pablo, como armas de justicia para Dios(35), deben servir para la interna santificación del alma.
Todo lo cual, si se propone a la meditación y profunda consideración de los fieles, no hay duda que éstos se inclinarán más fácilmente a la perfección. (Quas Primas, 34) 

7) A pesar de sus recientes orígenes católicos, la fiesta es celebrada por muchos protestantes

 
A pesar de que fue creada por un Papa hace menos de cien años, algunos anglicanos, luteranos, metodistas y presbiterianos celebran la fiesta.

8) En la Iglesia protestante de Suecia, este domingo es llamado “el domingo de la condena”

Su nombre oficial es “el Retorno de Cristo”, pero su nombre coloquial procede del hecho de que dan un enfoque particular al Juicio Final en la segunda venida de Cristo.

9) Algunos anglicanos se refieren a este domingo como “del domingo del agite”

Este domingo obtuvo este nombre por dos razones:

En primer lugar, la oración colecta Anglicana para el día comienza con las palabras, “agitad, despertad, te suplicamos, oh Señor, las voluntades de tus fieles…”
En segundo lugar, algunas de las viejas recetas del pudín o pan dulce requieren el pudín se agite y se asiente durante varias semanas antes de ser cocinados.

Este domingo se convirtió en un día que la gente tradicionalmente comenzaba a preparar el pudín cristiano, que incluye “agitar”

Estas dos cosas se juntaron en las mentes de las personas, como Wikipedia explica:

“Supuestamente, los cocineros, esposas y sus sirvientes iban a la iglesia, y escuchaban las palabras ‘agitad, te suplicamos, oh Señor…’, y les recordaba, por asociación de ideas, que ya era hora de empezar a agitar los pudines de Navidad”

10) La estatua de “Cristo Rey” en Polonia es la más grande estatua de Jesús en el mundo.

Con sus 36 metros mas su corona sobrepuesta que tiene una altura de 3 metros, supera al Cristo de la Concordia de Cochabamba (Bolivia) que tiene 34,20 m de altura sin sumar el pedestal de 6,24m; el Cristo Rey de Cali (Colombia) que tiene 35 m de altura y 5 m de pedestal; y el Cristo Redentor del Corcovado en Río de Janeiro (Brasil) que tiene 30 m.

Se terminó de construir el sábado 6 de noviembre de 2010 y fue instalada sobre una colina de unos 16 m de altura.

¿ES CRISTO REY Y SEÑOR DE MI VIDA?

Comentario del padre Raniero Cantalamessa –predicador de la Casa Pontificia– a las lecturas de la liturgia de la Misa del XXXIV Domingo del tiempo ordinario [C], Cristo Rey, 2 Samuel 5, 1-3; Colosenses 1,12-20; Lucas 23, 35-43, en el 2007. La solemnidad de Cristo Rey, en cuanto a su institución, es bastante reciente.

La estableció el Papa Pío XI en 1925 en respuesta a los regímenes políticos ateos y totalitarios que negaban los derechos de Dios y de la Iglesia.

El clima del que nació la solemnidad es, por ejemplo, el de la revolución mexicana, cuando muchos cristianos afrontaron la muerte gritando hasta el último aliento: «Viva Cristo Rey».

Pero si la institución de la fiesta es reciente, no así su contenido y su idea central, que es en cambio antiquísima y nace, se puede decir, con el cristianismo.

La frase «Cristo reina» tiene su equivalente en la profesión de fe: «Jesús es el Señor», que ocupa un puesto central en la predicación de los apóstoles.

El pasaje evangélico es el de la muerte de Cristo, porque es en ese momento cuando Cristo empieza a reinar en el mundo.

La cruz es el trono de este rey. «Había encima de él una inscripción: “Este es el Rey de los judíos”».

Aquello que en las intenciones de los enemigos debía ser la justificación de su condena, era, a los ojos del Padre celestial, la proclamación de su soberanía universal.

Para descubrir cómo nos toca de cerca esta fiesta, basta con recordar una distinción sencillísima.

Existen dos universos, dos mundos o cosmos: el macrocosmos, que es el universo grande y exterior a nosotros, y el microcosmos, o pequeño universo, que es cada hombre.

La liturgia misma, en la reforma que siguió al Concilio Vaticano II, sintió la necesidad de trasladar el acento de la fiesta, haciendo énfasis en su aspecto humano y espiritual, más que en el –por así decirlo– político.

La oración de la solemnidad ya no pide, como hacía en el pasado, que «se conceda a todas las familias de los pueblos someterse a la dulce autoridad de Cristo», sino que «toda criatura, libre de la esclavitud del pecado, le sirva y alabe sin fin».

En el momento de la muerte de Cristo, se lee en el pasaje evangélico –recordémoslo–, pendía sobre su cabeza la inscripción «Jesús es el Rey de los judíos».

Los presentes le desafiaban a mostrar abiertamente su realeza y muchos, también entre los amigos; se esperaban una demostración espectacular de su realeza.

Pero Él eligió mostrar su realeza preocupándose de un solo hombre, y encima malhechor: «Jesús, acuérdate de mi cuando estés en tu reino.

Le respondió: “En verdad te digo, hoy estarás conmigo en el paraíso”».

En esta perspectiva, el interrogante importante que hay que hacerse en la solemnidad de Cristo Rey no es si reina o no en el mundo, sino si reina o no dentro de mí.

No si su realeza está reconocida por los Estados y por los gobiernos, sino si es reconocida y vivida por mí. ¿Cristo es Rey y Señor de mi vida?

¿Quién reina dentro de mí, quién fija los objetivos y establece las prioridades: Cristo o algún otro?

Según san Pablo, existen dos modos posibles de vivir: o para uno mismo o para el Señor (Rm 14, 7-9).

Vivir «para uno mismo» significa vivir como quien tiene en sí mismo el propio principio y el propio fin; indica una existencia cerrada en sí misma, orientada sólo a la propia satisfacción y a la propia gloria, sin perspectiva alguna de eternidad.

Vivir «para el Señor», al contrario, significa vivir por Él, esto es, en vista de Él, por y para su gloria, por y para su reino.

Se trata verdaderamente de una nueva existencia, frente a la cual la muerte ha perdido su carácter irreparable.

La contradicción máxima que el hombre experimenta desde siempre –aquella entre la vida y la muerte– ha sido superada.

La contradicción más radical ya no es aquel! la entre «vivir» y «morir», sino entre vivir «para uno mismo» y vivir «para el Señor».


«A JESUCRISTO REY DE REYES VENID Y ADORÉMOSLE»
(Meditación de EWTN)

Es día de proclamar su realeza, de decir entre suspiros: ¡Venga a nosotros tu reino! De decir al Padre: ¡Padre glorifica a tu Hijo!

Jesucristo no es Rey por gracia nuestra, ni por voluntad nuestra, sino por derecho de nacimiento, por derecho de filiación divina, por derecho también de conquista y de rescate.

«Así que Cristo es Rey universal de este mundo por su propia esencia y naturaleza» (Sn. Cirilo de Alejandría), en virtud de aquella admirable unión que llaman hipostática, la cual le da pleno dominio no sólo sobre los hombres, sino sobre los ángeles y todas las criaturas. (Pío XI)
Y ¿qué de extraño tiene sea Rey de los hombres el que fue Rey de los siglos?

Pero Jesucristo no es Rey para exigir tributos o para armar un ejército con hierro y pelear visiblemente contra sus enemigos.
Es Rey para gobernar los espíritus, para proveer eternamente al mundo, para llamar al reino de los cielos a los que creen, esperan y aman.

Nadie tema vaya a perder algo porque se someta al «suavísimo imperio de Cristo». (Col) No teman las sociedades porque Él es quien las funda y las sustenta.
No teman los poderosos porque « no quita los reinos mortales quien da los celestiales».
No teman tampoco los individuos porque servir a Cristo es reinar.
Es un Rey tal, que no esclaviza, ni esquilma a sus servidores; un Pastor y un Señor que no toma nada de su rebaño, sino que todo lo da, y antes se desvive por los suyos y se les entrega, con todos sus bienes ya desde la tierra, hasta que sean capaces de poseerle y de gozarle más cumplidamente en el cielo.

Piensan los insensatos que les va a privar de la libertad, cuando se la va a acrecentar y perfeccionar, proscribiendo tan sólo el libertinaje, tan fatal para el alma como para los cuerpos, para las naciones como para los individuos, ya que «lo que hace míseros a los pueblos es el pecado».

Conviene, pues que Él reine, porque su reinado es eterno y universal, es un reinado de verdad y de vida, de santidad y de gracia, de justicia, de amor y de paz.

Quiere ante todo reinar en las inteligencias, en las voluntades y en los corazones de los hombres.

© 2016 Foros de la Virgen María.

miércoles, 9 de noviembre de 2016

¿Ya tienes tu Corona de Adviento?, prepárate junto a tu familia rumbo a la verdadera Navidad


 

 
Cada año tenemos la oportunidad de reflexionar sobre el acontecimiento mas hermoso de la humanidad: La Navidad, el nacimiento de Dios en el mundo.

Lamentablemente el marketing, la publicidad, las ventas, vanidad, negocios, avaricia y egoismos llenan esta época de mucho ruido y mensajes que NO SON la verdadera Navidad.

Para llegar dignamente a la celebración de la noche buena tenemos que preparar nuestros corazones y pedir la gracia a Dios de profundizar en este misterio y en nuestra propia conversión. Unos le llaman “remar  mar adentro”, otros “ser contemplativos”.  Algunas personas creen que simplemente por comprar regalos, ir a misa un par de Días y tomarse un ponche…ya cumplen con los requisitos para vivir una Navidad santa. Otros piensan “otra vez lo mismo” y caen en la apatía y la monotonía de “poner el arbolito, las luces y el nacimiento” porque así mismo es que siempre se ha hecho.

Sin embargo, cada Navidad es distinta, porque tú eres distinto.

Ahora, si eres el mismo de la Navidad de hace 3 años atrás…tienes que darte una revisadita hermano porque “algo” no está bien. Recuerda que el Santo Espíritu es quien santifica pero debes tu darle el permiso y poner tu voluntad y empeño en lograrlo.

Una de las cosas que me encantan de la vida de gracia es que no se vive solo. La vida de Gracia es COMUNITARIA y los primeros que deben estar “salpicados” de ella, de lo que Dios obra en ti, son  quienes están a tu lado: tu familia, tu entorno, el trabajo, la universidad…donde te toca estar.

Por eso, quiero compartirte una riqueza de nuestra iglesia en la que he encontrado un manantial de gracias para mi familia y para mi: La Corona de Adviento.

Es muy fácil de hacer, te voy a dejar varios links además para que veas varias opciones. Se trata de Compartir en Familia las cuatro semanas antes de Navidad, los que denominamos Domingos de Adviento que es el tiempo de la espera. En vez de estar solo escuchando los especiales de la radio, la TV, Prensa e Internet, puedes dedicar un tiempo a enfocarte en lo que es verdaderamente importante en este tiempo y ayudar a los tuyos también. Recuerda que: “Familia que reza unida, permanece unida”. Considero que es un espacio de reflexión, crecimiento y comunicación entre los miembros de la familia en el cual todos participamos, nos escuchamos, valoramos y expresamos. Un espacio en el que juntos, como hijos de Dios, damos las gracias por cada uno de nosotros.
 

Esta Navidad es una oportunidad nueva que Dios nos brinda para que nuestro corazón sea cada vez más parecido al suyo. Un espacio en el que podemos sacar lo mejor de nosotros para los demás; un espacio en el que juntos podemos agradecer a Dios sus bondades, en el que como comunidad que somos, Cristo se hace presente; espacio para escuchar inquietudes, consolar remendar heridas, perdonar, entregar misericordia. ..Pero todo esto solo lo haremos si primero nosotros estamos llenos de la bondad, alegría y paz de Dios. Abrámonos a recibir su gracia. Este tiempo preparemos el camino al Señor para que verdaderamente celebremos su nacimiento en nuestro corazón.
 
Links con oraciones, pasos y detalles sobre la Corona de Adviento:
La corona de adviento encierra varios simbolismos:
La forma circular: El círculo no tiene principio ni fin. Es señal del amor de Dios que es eterno, sin principio y sin fin, y también de nuestro amor a Dios y al prójimo que nunca debe de terminar.
Las ramas verdes: Verde es el color de esperanza y vida. Dios quiere que esperemos su gracia, el perdón de los pecados y la gloria eterna al final de nuestras vidas. El anhelo más importante en nuestras vidas debe ser llegar a una unión más estrecha con Dios, nuestro Padre.
Las cuatro velas: Nos hacen pensar en la obscuridad provocada por el pecado que ciega al hombre y lo aleja de Dios. Después de la primera caída del hombre, Dios fue dando poco a poco una esperanza de salvación que iluminó todo el universo como las velas la corona. Así como las tinieblas se disipan con cada vela que encendemos, los siglos se fueron iluminando con la cada vez más cercana llegada de Cristo a nuestro mundo. Son cuatro velas las que se ponen en la corona y se prenden de una en una, durante los cuatro domingos de adviento al hacer la oración en familia.
Las manzanas rojas que adornan la corona: Representan los frutos del jardín del Edén con Adán y Eva que trajeron el pecado al mundo pero recibieron también la promesa del Salvador Universal.
El listón rojo: Representa nuestro amor a Dios y el amor de Dios que nos envuelve.
Cada dia tiene su mecanica particular, pero este es el esquema:
aqui les dejo el 1er domingo, los demas, estan en este link:
 
Primer Domingo de Adviento: El amor familiar
Para comenzar: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Se apagan las luces y se lee el texto de San Juan 3, 7-11:
Amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios. Y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió a su Hijo único. A Dios nadie lo ha visto nunca, pero si nos amamos los unos a los otros, Dios permanece en nosotros.
Palabra de Dios.
Te alabamos Señor.
Oración: Que esta corona nos ayude a preparar los corazones de cada uno de los que formamos la familia para tu llegada el día de Navidad.
Vela: Encender la primera vela recordando qué significa penitencia, conversión de corazón.
Para reflexionar: Hacer la siguiente pregunta ¿Cómo hemos amado este año en nuestra familia? El que desee responder en alto, lo puede hacer.
Propósitos: Después de la reflexión anterior, cada miembro de la familia dirá cuáles serán sus propósitos para mejorar y hará un compromiso para cumplirlos durante la semana.
Oración: Dios Padre, gracias por darnos una familia. Te pedimos que, ahora que comienza el adviento, en nuestra familia podamos demostrarnos el amor que nos tenemos y vivamos cada día más unidos. Te pedimos llenar nuestro hogar de tu amor divino. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Para terminar: Todos los miembros de la familia se toman de la mano y rezan juntos el Padre nuestro. Se encienden las luces y se canta una canción.
Para cantar: "Ven, Ven, Señor, no tardes"
Ven, ven Señor no tardes;
Ven, ven Señor que te esperamos:
Ven, ven Señor no tardes;
Ven pronto Señor.
 El mundo muere de frío,
el alma perdió el calor;
los hombres no son hermanos,
el mundo no tiene amor.
 Envuelto en sombría noche,
el mundo sin paz no ve,
buscando va una esperanza,
buscando, Señor, tu fe.
 
Al mundo le falta vida,
al mundo le falta luz,
al mundo le falta el cielo,
al mundo le faltas Tú.
Segundo domingo de adviento: La servicialidad en la familia
Tercer domingo de adviento: Ser mejor en familia
Cuarto domingo de adviento: La presencia de Dios en nuestra familia

martes, 1 de noviembre de 2016

Solo los santos cambiaran el mundo: Todos estamos llamados a la santidad

¡Ay Dios mío!, entre el amor de mi vida que esta de cumple y el día de todos los santos, estoy tan contenta!!!!. El tema de la santidad, me causa tanta alegría interior que no tengo explicación para dar. Es como si al pez le hablaran del agua, al pájaro del aire, al mono del maní y así...mi corazón se alza e hincha de amor...no porque sea santa.. ¡ja!, … ¡para nada!....(Dios mío que estoy tan lejooooossss), sino porque ese es el deseo de nuestro Padre del cielo. Y cuando veo tantos y tantos que tratan de vivir santamente, haciendo el bien, entonces digo, bueno..."dale Nathalie, si ellos pueden, Dios también te ayuda"...Me considero la más chiquita, impaciente, de todos en la tierra; sin embargo, mi consuelo es que el Maestro sale a buscar su ovejita cada vez que se sale del redil; el Maestro me arrulla con hermosas palabras diciendo "bienaventurados los que trabajan por la paz, porque de ellos es el reino de los cielos", "bienaventurados cuando les ataquen por mi causa"....oh Jesus...como cambias los corazones...como mueves mi corazón.

Todos estamos llamados a la santidad. Mira este video!, descubre que es para ti. En la cotidianidad de cada dia, co nla ayuda de Dios, podemos ser Santos!



¿Qué quiere decir ser santos? Un video sobre la santidad y los santos de hoy
«Queridos hermanos y hermanas:

En las audiencias generales de estos últimos dos años nos han acompañado las figuras de muchos santos y santas: hemos aprendido a conocerlos más de cerca y a comprender que toda la historia de la Iglesia está marcada por estos hombres y mujeres que con su fe, con su caridad, con su vida han sido faros para muchas generaciones, y lo son también para nosotros. Los santos manifiestan de diversos modos la presencia poderosa y transformadora del Resucitado; han dejado que Cristo aferrara tan plenamente su vida que podían afirmar como san Pablo: “Ya no vivo yo, es Cristo quien vive en mí” (Ga 2, 20).

¿Qué quiere decir ser santos? ¿Quién está llamado a ser santo? A menudo se piensa todavía que la santidad es una meta reservada a unos pocos elegidos. San Pablo, en cambio, habla del gran designio de Dios y afirma: «Él (Dios) nos eligió en Cristo antes de la fundación del mundo para que fuésemos santos e intachables ante él por el amor» (Ef 1, 4). (…) La santidad, la plenitud de la vida cristiana no consiste en realizar empresas extraordinarias, sino en unirse a Cristo, en vivir sus misterios, en hacer nuestras sus actitudes, sus pensamientos, sus comportamientos. La santidad se mide por la estatura que Cristo alcanza en nosotros, por el grado como, con la fuerza del Espíritu Santo, modelamos toda nuestra vida según la suya. Es ser semejantes a Jesús, como afirma san Pablo: «Porque a los que había conocido de antemano los predestinó a reproducir la imagen de su Hijo» (Rm 8, 29). Y san Agustín exclama: «Viva será mi vida llena de ti» (Confesiones, 10, 28). El concilio Vaticano II, en la constitución sobre la Iglesia, habla con claridad de la llamada universal a la santidad, afirmando que nadie está excluido de ella: «En los diversos géneros de vida y ocupación, todos cultivan la misma santidad. En efecto, todos, por la acción del Espíritu de Dios, siguen a Cristo pobre, humilde y con la cruz a cuestas para merecer tener parte en su gloria» (Lumen gentium, n. 41).

Pero permanece la pregunta: ¿cómo podemos recorrer el camino de la santidad, responder a esta llamada? ¿Puedo hacerlo con mis fuerzas? La respuesta es clara: una vida santa no es fruto principalmente de nuestro esfuerzo, de nuestras acciones, porque es Dios, el tres veces santo (cf. Is 6, 3), quien nos hace santos; es la acción del Espíritu Santo la que nos anima desde nuestro interior; es la vida misma de Cristo resucitado la que se nos comunica y la que nos transforma. Para decirlo una vez más con el concilio Vaticano II: «Los seguidores de Cristo han sido llamados por Dios y justificados en el Señor Jesús, no por sus propios méritos, sino por su designio de gracia. El bautismo y la fe los ha hecho verdaderamente hijos de Dios, participan de la naturaleza divina y son, por tanto, realmente santos. Por eso deben, con la gracia de Dios, conservar y llevar a plenitud en su vida la santidad que recibieron» (Lumen gentium, 40). La santidad tiene, por tanto, su raíz última en la gracia bautismal, en ser insertados en el Misterio pascual de Cristo, con el que se nos comunica su Espíritu, su vida de Resucitado. San Pablo subraya con mucha fuerza la transformación que lleva a cabo en el hombre la gracia bautismal y llega a acuñar una terminología nueva, forjada con la preposición «con»: con-muertos, con-sepultados, con-resucitados, con-vivificados con Cristo; nuestro destino está unido indisolublemente al suyo. «Por el bautismo —escribe— fuimos sepultados con él en la muerte, para que, lo mismo que Cristo resucitó de entre los muertos (…), así también nosotros andemos en una vida nueva» (Rm 6, 4). Pero Dios respeta siempre nuestra libertad y pide que aceptemos este don y vivamos las exigencias que conlleva; pide que nos dejemos transformar por la acción del Espíritu Santo, conformando nuestra voluntad a la voluntad de Dios.

Mauricio Artieda


http://catholic-link.com/2011/10/26/ser-santos-video-santidad-santos-hoy/