viernes, 17 de abril de 2015

Las bocas más humildes, el manjar más divino.

La generosidad del Señor es sin dudas inmensurable. Con gran alegría me tocó participar como ministro extraordinario de la sagrada comunión, llevando la eucaristía a cientos de hermanos en la Fiesta de la Divina Misericordia.

Mientras caminaba entre calles y aceras, entre el pueblo de Dios, venia pensando que el Maestro no tiene comparación, no se guarda nada para sí, todo Él se da, se brinda, se adelanta.

Una vez escuché esta frase: “la caridad no es perezosa” y cierto es. Claro…como Jesús es el amor mismo, por supuesto siempre se adelanta y nos sale al encuentro.

Entre una esquina y otra pensaba en el cuerpo místico de Cristo, que somos todos nosotros. Pensaba también en la dignidad de los hijos de Dios y como cada uno de nosotros, hermanos en Cristo, debemos encaminarnos a buscar el bienestar de nuestros hermanos, como miembros de ese cuerpo que todos somos.



Cuando finalmente llegué  a la esquina que me correspondía estar para entregar la comunión, un mar de gente se puso delante de mí;  no desorganizadamente, sino dispuestos y anhelantes de recibir tan preciado manjar. Era tan hermoso contemplar tanta bondad en aquellos rostros y ser parte del misterio de la providencia que siempre alimenta a sus hijos, no solo para reponer  fuerzas del cuerpo sino también para darle fuerzas al alma. Allí estaban  los hijos más humildes de Dios Padre, mis hermanos, los más pequeños, los más débiles pero con una fe tan grande que casi sentía que en ese momento pisábamos el cielo. De repente entendí… “eres Tú Señor, todos ellos eres Tú, pensé,  y me inundó  tan honda alegría… después  comprendí esto: “Es el mismo Jesús, alimentando su cuerpo…alimentando a Jesús”… ¿Cómo  explicar esta grandeza?, no tengo palabras ni forma de expresarlo. Es El quien se encarga de cuidarnos, alimentarnos, limpiarnos en cada Eucaristía. El, quien se brinda, se parte, se da. El,  quien viene a nuestra miseria, a nuestro encuentro, no importa donde estemos ni en qué condiciones estemos. El Señor está vivo, El Señor nos brinda su misericordia cada día; No se cansa de perdonarnos, no se cansa de amarnos, no se cansa de buscarnos. Y yo me pregunto… ¿hasta cuándo vamos a comer a Cristo sin comprometer nuestra voluntad?, ¿hasta cuando voy a seguir yo siendo obstáculo y miembro enfermo de su santo cuerpo místico?.

Jesús se brinda sin condiciones, nos consuela y se encarga de que todos sus miembros gocen de salud y vivan dignamente. Él está presente verdaderamente en aquellos más pequeños, los llama dichosos tantas veces… “dichosos los que lloran, dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, dichosos los mansos y humildes de corazón, dichosos los limpios de corazón…porque ellos verán a Dios”. 


Verdaderamente son bienaventurados y estas palabras del Maestro nos plantean un desafío que exige un profundo y constante cambio en el espíritu y en el corazón.
Gracias Señor por tu misericordia, gracias por tu amor.

Una hija Amada de Dios,

Nathalie Romero de Grau

miércoles, 1 de abril de 2015

Solidaridad y Conversion - Compartir con el Instituto Politécnico Aragon

El pasado viernes compartí con el personal del Instituto Politécnico Aragon. Una hermanita muy querida, Paula, quiso realizar este encuentro.

La verdad es que me sentí super bien entre tanta gente linda. 
Crecí en un hogar donde se respira el magisterio. Mis padres son maestros, o sea que sé de sus luchas, de sus retos, sus angustias, su felicidad, sus logros.
Sé que a veces tienen que ser más que maestros, enfermeras, amigos, psicólogos….
Personas formidables en el servicio, la entrega, la dedicación.

Tratamos sobre la solidaridad y la conversión. Dejo aquí algunos puntos principales tratados:


La primera de las ideas es : Un Propósito:
Salgamos con un propósito o varios…
Metas fijas por hacer…
Hacer cada día algo práctico que me permita ser mejor persona.

¿Cómo puede un estudiante aprender cosas nuevas?, ¿estudiando verdad? y sabemos que el ser humano es capaz de aprender grandes cosas. Solo tiene que emplear la voluntad y puede cambiar incluso rasgos y cosas que pensaba que no podía.
La educación es un proceso ¿cierto?, toma tiempo y dedicación….así mismo son las cosas de Dios, toman tiempo y dedicación.

La solidaridad es buscar el bien común. Y para mí, solidaridad es amor al prójimo que brota del amor a Dios… y es más que eso aun…es un mandato de Cristo que nos da en Jn 13…

[“un mandamiento nuevo les doy: que se amen unos a otros como yo los he amado. En esto conocerán todos que son mis discípulos…” (Jn 13, 34-35).]

Y la Cuaresma es un tiempo precioso que nos brinda la vida para crecer.., tiempo de quitar lo que no ayuda, retirar lo que no aporta. Tiempo de hacer ajustes, arreglos, de organizar, hacer espacio para lo mejor, lo limpio, lo verdadero. Tiempo de prepararnos para resucitar cada vez más cerca de Cristo.

Ese concepto de cambio lo tenía muy claro un jovencito:

Santo Domingo Savio (15 años) …” prefiero morir que pecar”.

Dios Padre quiere que sus hijos sean felices, particularmente en esta fecha de cuaresma.
Tenemos un Padre que nos ama con locura…

Esta Cuaresma es tiempo para ENCONTRARNOS CON NUESTRO PAPA.

 y ¿ qué quiere Satanás?...ROMPER EL PLAN DE DIOS. No crean que él quiere solo que te drogues, o que seas vanidoso, o que seas infiel, que vivas mal humorado…no, lo que quiere es que tu PIERDAS LA FE en Dios. Porque ¿ qué es lo que pasa cuando pecamos?, nuestra gracia ¿aumenta?...no…disminuye y llega un momento que por más que hagas…estarás sin Fe…no te sentirás hijo de Dios, eso es lo que el quiere.

Somos hijos de Dios, hermanos de Cristo, …somos cristianos…
El mensaje del cristianismo NO ES AMBIGUO, es uno solo. Y Cristo tiene sus criterios bien establecidos. Cristo es la verdad y Lo contrario de la verdad es la mentira. Y la mentira SIEMPRE esta disfrazada de empaques "bonitos", tales como el individualismo y explicaciones propias.

Generalmente la mentira se encuentra en el orgullo y la soberbia, puesto que de ahí vienen todos los pecados. Y dentro de cada pecado está el grito de Lucifer a Dios Padre..."no te serviré  (non serviam)” .
Grito que encierra tantas cosas: envidia, orgullos, soberbia, vanidad…bueno…siempre el asunto es "yo y mis gustos", eso es lo importante y eso es lo que prevalece.

De vez en cuando debemos recordarnos de una cancioncita que dice así:
"Si el pecado llega a tu corazón y te dice déjame entrar, dile no, no, no, Cristo vive en mí y no hay lugar para ti…."

LAS TENTACIONES…siempre van a estar…¿vamos a luchar contra ellas?....nuestro papel es simplemente orar y estar atentos.

Estamos viviendo un tiempo muy especial dentro de la liturgia: La cuaresma.

La cuaresma es una gran oportunidad que no debemos dejar pasar, es un Tiempo de gracia irrepetible.

Es tiempo para que seamos felices, ese es el objetivo de Dios en la cuaresma. Eso es lo que Él quiere que nosotros seamos felices. 

Siempre debemos ver hacia donde nos dirigimos, ¿ Cual es nuestro fin?, Vamos al cielo, vamos a la eternidad.

Tenemos un llamado URGENTE a la santidad.
La parábola de Jesús en San Mateo, aun hoy resuena y es para nosotros:
"Entonces dirá el rey a los de su derecha: ‘Vengan, benditos de mi Padre; tomen posesión del Reino preparado para ustedes desde la creación del mundo; porque estuve hambriento y me dieron de comer, sediento y me dieron de beber, era forastero y me hospedaron, estuve desnudo y me vistieron, enfermo y me visitaron, encarcelado y fueron a verme’. Los justos le contestarán entonces: ‘Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer, sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos de forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o encarcelado y te fuimos a ver?’ Y el rey les dirá: ‘Yo les aseguro que, cuando lo hicieron con el más insignificante de mis hermanos, conmigo lo hicieron’."

En todas las lecturas de este tiempo vemos el tremendo llamado a la conversión, y la conversión plena…que no se acaba nunca…porque implica hacer ajustes, arreglos, Implica nuestro propio arrepentimiento y nueva vida.

Uno de los grandes obstáculos que podemos encontrar es el pecado, el mal obrar.

Hacer algún acto malo, Pecar, Mentir…de repente no es nada….nadie me ve, nadie se da cuenta… Pero resulta que pecar NO ES UN ACTO INDIVIDUAL. Sino comunitario, porque trae consecuencias y atentan directamente contra el cuerpo de Cristo.

Vivimos en un mundo totalmente acelerado. El hombre en su afán de “progresar” cada vez vive más estresado, y ustedes ven los hospitales llenos de gente enferma….sobre todo enferma de falta de amor.

Y la falta de amor se manifiesta de muchas maneras:
Puede ser diciendo mentiras (por cierto,  no hay mentiras blancas)
_ Ej: llaman por Teléfono…. - "no está"…

Las mentiras pueden traer consecuencias muy graves, sobretodo si nos acostumbramos a mentir constantemente.
¿Sabían que el Demonio es el inventor de la mentira?
Sí. Así lo llama Jesús el Evangelio de San Juan. Vamos a buscar Juan 8, 44:
 “Cuando el Demonio habla de él brota la mentira, porque es mentiroso y padre de toda mentira” (Juan 8, 44)

El mentiroso se daña a sí mismo, daña a los demás, daña a la sociedad y, sobre todo, desfigura la imagen de Dios en su alma.

Hay que cuidar la lengua. Con ella puedes alabar a Dios, consolar al triste, aconsejar a un amigo…pero también puedes herirte, herir el honor y la fama del prójimo.
Eso también es falta de amor, cuando calumniamos a alguna persona o permitimos que se hable mal de ella.

Decía san Bernardo que la lengua es una lanza, la más aguda; con un solo golpe atraviesa a tres personas: a la que habla, a la que escucha y a la tercera de quien se habla.


Nosotros debemos tener claro como nos nos lo dice San Juan en su 1ra. Carta, 4, 20:
“El que dice que ama a Dios y no ama a sus hermanos miente, porque, cómo van a amar a Dios al que no ven, si no aman a los hermanos a los que ven”.

Jesús nos demostró de muchas maneras su gran deseo de ayudar a los necesitados.

Dicen las estadísticas que en el transcurso de su vida un hombre promedio tiene la posibilidad de influir en unas 10,000 personas, eso en los maestros se cuatriplica….imagínense.

Podemos influir en esas almas que Dios nos regala y nos pone junto a nosotros cada día.

¿Que vamos a hacer con esta gran oportunidad?

Hay gente que piensa que todo está perdido. NO TODO ESTA PERDIDO. Ustedes están trabajando ensenando, dando su tiempo, su vida, formando a los futuros hombres de nuestra patria.
Hay gente que solo vive quejándose de todo, ¿no les pasa? Que vive con un problema todo el tiempo, gente a la que se le pide ayuda y nunca está de buen humor y siempre encuentra un  “pelo en el sancocho”…
Gente que te encuentras en la calle…y tú le preguntas como estas?....aquí en la lucha….
En la lucha……a esa gente cuando te toque….tu les dices…si pero vamos ganando hermano!....el que tiene a Dios va ganando…

Cada día El mundo pide ejemplos de vida, de trabajo, de evangelización, de humildad, de servicio desinteresado, de pasar haciendo el bien, como Cristo, ayudando a todo el que lo necesita, amando a los hermanos.
Señores porque el cristiano se conoce no tanto por lo que dice, sino por lo que hace, por su testimonio de vida.

Si tú dices que tu alabas al Señor, que se te note, que se te note…

Madre Teresa decía que nosotros somos el evangelio. Con tu testimonio diario, por donde tu pases, dejas ese mensaje,. Con tu vida puedes dejar el mensaje de Cristo, en el trabajo, hablando con algún alumno de la escuela, un padre, una madre, un compañero de trabajo...llevamos un mensaje, que nos quede claro, ahora, ¿cual es ese mensaje que estas dejando?

Tentación de salir a hacer las cosas bien fuera de casa…y dejar nuestra casa toda desarreglada, manga por hombro.

Lo importante es amar, amar siempre. Y todos estamos capacitados para el amor, todos podemos amar a nuestros hermanos.  Con cosas pequeñas.

Una de las cosas que quiero compartirles en este momento que estoy con ustedes es algo que aprendi y que me llena de gran ilusión:


Las obras de misericordia son acciones caritativas mediante las cuales ayudamos a nuestro prójimo en sus necesidades corporales y espirituales (cf Is 58, 6-7: Hb 13, 3). Las obras de misericordia son 14 y se dividen en 7 Espirituales y 7 Corporales.

Las 7 Obras de Misericordia Espirituales
Instruir, aconsejar, consolar, confortar, son obras de misericordia espirituales, como también lo son perdonar y sufrir con paciencia. (Catecismo)

1. Enseñar al que no sabe.
Es importante que cooperemos con nuestros hermanos, pero es más importante enseñarles a realizar por ellos mismos aquello que no saben. Por ello, enseñémosle a orar, a perdonar, a perdonarse, a compartir, etc.

2. Dar buen consejo al que lo necesita.
Para dar buen consejo es necesario que nosotros mismos hayamos sido aconsejados por un director espiritual, que nos ayude a orar a Dios Padre, para que nos envíe su Santo Espíritu y nos regale el don de consejo. Así, bajo la guía del Señor, tanto nuestras palabras como nuestro actuar, serán un constante aconcejar a los que lo necesitan.

3. Corregir al que se equivoca.
Muchas veces nos enojamos o reímos cuando vemos a algún hermano equivocarse, olvidándosenos que no somos perfectos e inevitablemente nos equivocaremos también. Pensemos, ¿nos gustaría que se rieran de nosotros?, definitivamente NO, así que, cuando alguien se equivoque corrijámoslo con amor fraternal para que no lo vuelva a hacer.

4. Perdonar al que nos ofende.
¡Que difícil!, tanto que Jesús nos dice que debemos perdonar 70 veces 7, es decir, SIEMPRE. Además en el Padre Nuestro, nos pone la condición de PERDONAR NUESTROS OFENSAS, COMO NOSOTROS PERDONAMOS A LOS QUE NOS OFENDEN. Así que, a perdonar, perdonar, perdonar....

5. Consolar al triste.
Jesús nos ha dicho: "Dichosos los que lloran porque serán consolados". El consuelo de Dios, por medio de su Espíritu Santo, nos consuela. Pero, además, Dios se vale de nosotros para consolar a los demás. No se trata de decir: no llore, sino de buscar en las Escrituras, las palabras que mejor se adecúen a la situación. En los salmos podremos encontrar esa palabra de consuelo que requerimos, por eso, es conveniente recitarlos y meditarlos constantemente.

6. Sufrir con paciencia los defectos del prójimo.
¡Qué fácil es ver la paja en el ojo del prójimo y no vemos la viga en el nuestro!. Cuando seamos capaces de disimular los defectos de nuestro hermano, estaremos colaborando en la construcción del Reino del Señor. Tengamos paciencia con los ancianos, los niños, el vecino, el compañero de trabajo y ellos la tendrán con nosotros, en nuestros defectos.

7. Rogar a Dios por los vivos y los difuntos.
Cuando escucho a mis hijos orar pidiendo a Diosito por nosotros, por sus hermanos, por sus compañeros de escuela y por sus abuelitos ya fallecidos, me siento agradecido de saber que muchos elevan una oración al Creador por mi y por mis familiares o amigos que se me adelantaron a la casa del Padre. Cada oración es una intercesión, y el Señor nos pide que oremos unos por otros para mantenernos firmes en la fe, así como El oró por Pedro para que una vez confirmado, le ayudara a sus hermanos.

7 Obras de Misericordia Corporales
Las obras de misericordia corporales consisten especialmente en dar de comer al hambriento, dar techo a quien no lo tiene, vestir al desnudo, visitar a los enfermos y a los presos, enterrar a los muertos (cf Mt 25, 31-46). Entre estas obras, la limosna hecha a los pobres (cf Tb 4,5-11; Si 17, 22) es uno de los principales testimonies de la caridad fraterna: es también una práctica de justicia que agrada a Dios (cf Mt 6, 2-4) . (Catecismo)

1. Visitar a los enfermos.

Nuestros hospitales están llenos de enfermos olvidados por sus familiares, o bien, personas que por la lejanía con el centro hospitalario, no reciben visita alguna. Es bueno dar dinero para los necesitados, pero que bueno es darnos nosotros mismos. Compartamos de nuestro tiempo con ellos y llevémosles una palabra de aliento, un rato de compañía a esos cristos en su monte de los olivos.

2. Dar de comer al hambriento.
Jesús nos ordena compartir con el necesitado cunado nos dice, "El que tenga dos capas déle una al que no tiene, y el que tenga alimento, comparta con el que no"(San Lucas, 3-11). Al compartir nuestro alimento, no solo les llenamos el estómago a nuestros hermanos necesitados, sino que les mostramos el amor de Dios que no los deja desfallecer.

3. Dar de beber al sediento.
Con cuantas ganas nos bebemos un vaso de agua fresca luego de recorrer un largo trecho para calmar nuestra sed. ¿Cuántas veces pensamos en nuestros hermanos que no tienen un lugar donde beberlo?. Pensemos en aquellos que se enferman porque deben calmar su sed con agua contaminada, aquellos que mueren de sed porque otros la desperdician, incluso Jesús, en su trance de muerte, sintió sed y lo exclamó con tanta vehemencia, que un soldado romano le acercó una esponja con hiel y vinagre para que la calmara. ¿Sómos nosotros peores que ese soldado romano como para negar agua al sediento?.

4. Dar posada al peregrino.
Existen muchos inmigrantes que esperan nuestra ayuda para poder vivir dignamente junto a su familia, ayuda que debe hacerse presente en toda forma y a todo momento. Recordemos que esos hermanos desposeídos son Sagrarios del Espíritu Santo que merecen al menos una Tienda de Encuentro con el amor Divino.

5. Vestir al desnudo.
A menudo nos encontramos con hermanos que estan vestidos con harapos o bien se encuentran desnudos, viéndose disminuída su dignidad de hijos de Dios. Ayudémosles a recobrarla brindándoles una vestidura limpia y respetable, que les permita reencontrar al Señor en la bondad de los demás.

6. Visitar a los encarcelados.
Cada mañana nos levantamos y corremos a los centros de estudio o trabajo, y posiblemente pasemos frente a un centro de reclusión en el que muchos de nuestros hermanos sufren la soledad y la indiferencia. Nuestra Santa Madre Iglesia nos llama a llevarles, no solo cosas materiales, sino el cariño de toda la comunidad a cada uno de ellos, para que se sientan parte del rebaño del Único Pastor.

7. Enterrar a los muertos.
Sepultarlos no significa olvidarlos, por el contrario, esta obra de misericordia corporal nos lleva a la obra de misericordia espiritual que nos invita a rezar por los vivos y los muertos. Al enterrarlos no debemos olvidar que es nuestro deber mantener sus sepulturas en buen estado, pues en ellas se contienen los restos mortales de aquellos que fueron Templo del Espíritu Santo.


Finalmente quiero despedirme diciéndote que no importa cuál sea el desierto por el que pases, que no importa cuánto has podido pecar, que el amor de Dios en tu vida es mucho más grande que cualquier pecado, que Él te espera como su hijo amado que eres. Quiero que cierres los ojos y le entregues tu corazón en este momento y lo escuches. Entrégale tus cosas, tus afanes, eso que quieres cambiar, déjate amar por El, veras como este domingo de resurrección también tu quedaras lleno de la luz de Dios.

Hay alguien que no le importa…lo que tu hayas hecho……

Dios les bendiga.
Una hija muy amada de Dios
Nathalie Romero de Grau