jueves, 29 de enero de 2015

¡Vistamos caretas…está de moda!

Hay una canción de Billy Joel que me gusta mucho: “Honesty”, he tratado hasta de aprenderla en el piano. Muy bonita la melodía, pero aún más bonita la letra.

Después que conocemos a Cristo, es difícil dejar que las cosas sigan igual porque todo cobra un sentido diferente. Casi estamos en el mes de Febrero, mes de la patria y mes del carnaval en el que tantas personas se disfrazan. Sin embargo, hay cristianos que parecen que viven en carnaval 24/7. Dicen tantas incoherencias  y las repiten tantas veces que llegan a creérselas como “verdad”.

No es una ni dos las veces que lamentablemente escuchamos comentarios en las calles: -“hay pero mira a fulana….tan santica que se ve en la iglesia y mira como está ahora acabando con medio barrio”, o bien “…nunca me imaginé que fulano fuera así, es que el visitaba la iglesia siempre” y muchos comentarios más, que a veces no sé si son más una excusa para hacer lo que nos da la gana o bien una radiografía de lo que está pasando. La coherencia se ha convertido o mejor dicho la quieren convertir en la utopía del cristianismo.



“Más se le exigirá a quien más se le ha dado”  dice Cristo y hoy nos repite que la luz se enciende no para ponerla debajo de la mesa sino para iluminar a los demás. Hay una pregunta, una muy comprometedora pregunta que se nos hará al final de esta vida: “Ustedes los que ven, que han hecho con la luz”. Tantas veces nos preocupamos de asistir a talleres, aprender, hacer obras, asistir a uno que otro retiro ( y me parece genial hacer todo eso), pero lo hacemos para que nos vean, para aparentar lo que no somos, para poder tener licencia de atropellar a los demás encerrados en nuestra “cajita de cristal”, en nuestro mundo perfecto, en el que somos los reyes y como “yo soy taaaan bueno”, cumplo con mi deber, puedo hacer lo que se me venga en gana y luego tomarme una aspirina espiritual, hacer las paces con Dios y que siga la rumba.


 La honestidad y la coherencia viajan juntas  y quien es necio, orgulloso, envidioso  no se parece a ellas, al final dice un refrán que “aunque la mona se vista de seda, mona se queda”.  Ahora, también está  claro que existe la misericordia de Dios, que siempre anda de mano con la esperanza y la providencia, pero para ella trabajar tenemos  que dejar las caretas abajo, hay que dejarlas  y poder decirle a Dios: “Mírame, ten compasión de mí, soy un pobre pecador, quiero hacerlo mejor pero no puedo”; si no lo hacemos así y seguimos jugando a las caretas, quien está jugando con nosotros y entreteniéndonos para que se nos pase el tiempo es Lucifer, el PADRE DE LAS CARETAS.


Esa compasión y misericordia de Dios siempre me ha conmovido porque a pesar de nuestra pequeñez Él nos ama y nos busca hasta el último momento.  Así lo hizo cuando estaba en la cruz y a su lado el ladrón arrepentido mostró  arrepentimiento y Jesús, lo perdonó. Siempre recuerdo este pasaje porque me conmueve el Señor, hasta el final perdonó….más he aprendido que para hacerlo debía haber alguien que quisiera recibir ese perdón.

El Señor nos hizo y conoce los corazones. Ojala decidamos vivir en su presencia y dejar tantas caretas que solo nos causan daño a nosotros y a los demás.

Dios les bendiga.
Una hija muy amada de Dios

martes, 27 de enero de 2015

Una Vida - Un solo Chance


El tiempo es corto. Una vida es todo lo que tenemos...entonces pregunto: ¿Para qué malgastarla perdiendo el tiempo en discusiones, vanidades, disparates que no aportan a nada?, el Cristiano, si en verdad ha sido "tocado por Cristo" vive en profunda conversión siempre. Mira hacia adelante, pero también mira hacia arriba, esa es la meta, ese es el fin.

Está claro que venimos de Dios. Estableciendo esto sabemos entonces que la vida es un regalo que recibimos de Él y como regalo recibido, lo que podemos hacer nosotros es agradecer ese don preciado y USARLO para el Bien. 

Estamos en el mundo por un tiempo, el necesario para cumplir nuestra misión. ¿Cuánto tiempo?, eso solo Dios lo sabe, algunos meses, otros poco tiempo, otros mucho...Sin embargo, en el camino,  muchas veces perdemos de vista la meta...el fin.


Y ¿cuál es ese fin?, ir de nuevo a la casa del Padre, de donde salimos. 
Estoy convencida de que la vida no termina, la vida simplemente se transforma y nuestra alma nunca muere. Ahora bien, debemos elegir nuestro futuro porque Dios en su infinita bondad nos regala la elección. ¿Porqué lo hace?, porque de otra manera no sería amor, no habría libertad sino sometimiento, miedo, apresamiento. Es como si ustedes hacen una computadora y la programan para que les diga, "yo te amo", ¿es eso amor?...no. Igual pasa con Dios. 
¡Es una locura de amor!, a veces pienso. 

En este camino de peregrinación "de vuelta al cielo", hay muchos grupos diferentes de personas buscando la manera más idónea de llegar. Todos con carismas diferentes y dones distintos...todos ricamente provechosos para el "cuerpo místico de Cristo". 

El problema empieza cuando empezamos a perdernos y dar vueltas en círculo en vez de avanzar. ¿Porqué damos vueltas en círculo?...la razón es siempre, por conveniencia, por pereza, por orgullo y egoísmo. El hombre a medida que la historia se escribe, va formando su propia manera de ajustar el evangelio y llega al extremo de predicar una cosa y hacer otra. En muchas ocasiones, cuando no "piensan como yo" nos aferramos a nuestros criterios y en ese momento, en el que argumentamos, difamamos, discutimos, casi siempre elegimos lo que más "nos conviene", no lo que deberíamos hacer y aquí no estoy hablando de las defensas de nuestra fe, que tantas veces se encuentra  desierta de representantes instruidos sobre el tema, sino que hablo de la dignidad de las personas y una línea muy fina que hay entre el respeto y la cobardía humanas. Una línea muy pequeña que limita el espacio de los demás como hijos de Dios, la postura de acomodamiento y de “no coger lucha”, la otra postura del “yo lo sé todo y así es como tiene que ser” y lo que es la verdadera caridad que tanto cuesta: ensenando, con paciencia, ayudando, trabajando: Cambiando las paredes entre nosotros por pasillos donde circule la paz. “Ámense unos a otros”
Renovar los criterios desde la “fuente de la verdad” que es Cristo, es volver a repasar la vida del Maestro y tratar de hacer lo bueno.  

En el momento en que empezamos a poner nuestras cosas por encima de Dios, le decimos igual que Lucifer "non serviam" y empezamos a servir a otros espíritus que no vienen de la Luz.
En eso, lamentablemente se pasa la vida, la única vida que tenemos. Nos entretienen, nos ponen a dar "vueltas en círculo", a perder el tiempo en el yo, y yo, y yo....cuando para lo que estamos aquí verdaderamente es para dar, aprender, aportar, amar y valorar a aquellos que Dios nos pone al lado.

Algunos creen que solo por entrar a una iglesia tienen el cielo ganado...dijo un santo del que no recuerdo el nombre que "Estar cerca de lo sagrado no basta", como tampoco basta hacer nuestro el conocimiento de las cosas de Dios si no lo hacemos vida y no quiero que me mal interpreten aquí, me encanta la formación, aprender sobre las cosas de Dios es el primer paso para vivir una fe autentica, pero es eso y nada más...el primer paso luego hay que seguir adelante, conscientes de lo que hemos conocido y dispuestos a dar lo que nos corresponde. Tampoco sirve todo el oro del mundo ni acumular grandes riquezas si al final todo se queda aquí, sin querer decir que las riquezas son mal vistas por Dios, eso jamás, pero que no pongamos nuestro corazón en esas cosas que no son los tesoros que debemos presentar a Dios cuando vayamos a su presencia.

El evangelio es buena nueva en cuanto empezamos a hacerlo VIDA. Es buena nueva porque la vida de ese hombre o esa mujer que lo reciben se transforma, porque al mismo tiempo tiene la capacidad de transformar la vida de los que están a su lado....todos tenemos esa capacidad, pero a veces vivimos ciegos y como dice el refrán no hay peor ciego que aquel que NO QUIERE VER.

Muchas veces los cambios cuestan porque para hacerlos tenemos que emplear la voluntad, sin embargo la vida es un constante cambio, es crecer día a día, una renovación para ser mejores personas, mejores padres, mejores amigos, mejores hijos, mejores compañeros de trabajos, mejores esposos y esposas; para eso, hay que trabajar.

El Señor nos dé la gracia de aprovechar nuestra vida, la única que tenemos, y poder llegar a ser realmente el ser humano que El espera seamos. Dios les bendiga.

Una hija amada de Dios,
Nathalie Romero de Grau