jueves, 31 de enero de 2013

Cuando las cosas resultan mal...3 consejos

Cuando las cosas resultan mal... 3 consejos
Es inevitable, a veces las cosas resultan mal
Autor: P. Evaristo Sada LC | Fuente: La-oracion.com




Es inevitable, a veces las cosas resultan mal: pierdes el trabajo, a tu mujer o a tu marido les diagnostican cáncer, viene una crisis financiera y se te desploman tus inversiones, pierdes a tu novia cuando ya le habías dado el anillo, un hijo se vuelve drogadicto, tu socio te engaña, un huracán destruye toda tu cosecha, etc. Y hay personas a quienes se les junta todo.

Buscamos seguridades en el dinero, los títulos, el prestigio, la belleza, la aceptación de los demás, los reconocimientos, los logros.... y de pronto todo se viene abajo.... Se desmoronan nuestras seguridades y corremos el riesgo de desmoronarnos.

Y es que situaciones así hacen sufrir a cualquiera; no es para menos. Cuando entras a terreno pantanoso, estás en riesgo y te sientes inseguro. Surgen tantas preguntas: ¿Pude haberlo evitado? ¿Por qué me confié? ¿Por qué a mí? Tal vez comienzas a buscar culpables y el sufrimiento aumenta si te llenas de resentimiento y de rencor.

Cuando el dolor llega a nuestras vidas algo tenemos que hacer para vivir con él. Y esto depende de cada uno.

3 consejos:

1. Adopta una actitud positiva:
"La vida no es dejar que pase la tormenta. Es aprender a bailar en la lluvia." (Vivian Greene)
Si no eliges las pérdidas, sí puedes elegir la actitud con que las vives. Lo que te pasa a ti no siempre depende de ti, pero sí lo que pasa en ti. Tus actitudes son tuyas. Si nos dejamos llevar por la frustración, la tristeza, la impaciencia, la desesperación, nos hundimos.

Fui a visitar a un encarcelado. Me dijo: "Este tiempo en la cárcel ha sido una estupenda oportunidad para reflexionar en los temas verdaderamente importantes de mi vida. Además, he podido ayudar a otros presos a preparar su confesión y poner su esperanza en Dios."

2. Intégralo en tu historia:
Hay que integrarlo todo en la propia historia.... Quien haya visto la película "August Rush" y la interpretación final de su Rapsodia en el Central Park, sabrá a qué me refiero. Evan integra en su composición todos los momentos de su vida: los felices y los más penosos. El resultado es armónico. Es música. Es belleza.

Cuando aprendemos a ver todos los acontecimientos con fe, amor y confianza, desde la mirada Providente de Dios, la vida es bella. De esa manera podemos mirar con paz e indulgencia aún a las personas que nos hacen sufrir: "Así como los hombres malos usan mal de las criaturas buenas, así el Creador bueno usa bien de los hombres malos." (San Agustín)

El dolor se puede negar, se pueden buscar escapes, o puedes aceptarlo y llenarlo de sentido. Acepta tu historia, reconoce tu pena, tu debilidad o tu fracaso, no lo niegues, ni por vergüenza, ni por el sentimiento de culpa, ni por ningún otro motivo. Trata de encajar el golpe, de integrarlo en tu historia. Cada nota, aún las tristes y oscuras, son parte de tu música. Aceptarlas es aceptar tu verdad. Ten el coraje de aceptar tu pérdida y tus límites y de vivir con ellos. Que no te avergüence ser imperfecto. ¿Quién es perfecto sino sólo Dios?

"La verdad os hará libres" (Jn 8,32)

3. Comparte tu herida con Jesucristo. Confía en Él.
Ponte delante de un crucifijo y míralo, abrázalo fuerte, comparte tu herida con Él.
Comportarnos con presunción y autosuficiencia no tiene sentido. Estos momentos son privilegiados para dejar a Dios ser Dios. Hay que ir con Él y gritarle: Señor, te necesito, confío en ti. "Extiende la mano desde arriba: defiéndeme, líbrame de las aguas caudalosas, de la mano de los extranjeros." (Sal 143

Al reconocer nuestra debilidad y necesidad de Dios, se abre la comunicación con Él. Me imagino el corazón misericordioso de Dios como una presa gigantesca que está esperando a que nosotros abramos la compuerta con una actitud de humildad y confianza; entonces Su amor se derrama en abundancia.

La experiencia del amor de Dios es una invitación al abandono. Cuando palpamos Su misericordia crece la confianza, somos más fuertes. Constatamos que nuestra solidez no está en los propios recursos, sino en Su fidelidad. "Bendito el Señor, mi Roca, que adiestra mis manos para el combate, mis dedos para la pelea; mi bienhechor, mi alcázar, baluarte donde me pongo a salvo, mi escudo y mi refugio." (Sal 143)

Otras veces he hablado sobre ello, y no es todavía lo único que podría decirse, pero estos son tres elementos que considero determinantes a la hora de la tribulación.

martes, 29 de enero de 2013

Resolución para el 2013: SER SANTOS!


Resolución para el 2013:  SER SANTOS!

Cada vez que iniciamos un nuevo año, nos llenamos de metas y propuestas para lograr, cosa que es muy buena pues nos llena de optimismo. Algunas las logramos, otras se van quedando en el día a día. Pero este año, hay una meta que me quiero y les quiero proponer…para hacerla solo hacen falta tres cosas:  la Gracia de Dios (en la que cada día tratamos de vivir),  voluntad (querer lograrla) y Caridad (Capacidad de amar, que todos tenemos).
Veamos un poco de lo que nos dicen los Santos:

Gracia de Dios:
·         Todo cristiano debe ser un verdadero cristiano, un perfecto cristiano. ¿Y cómo se llama la vida perfecta de un cristiano? Se llama “santidad”. Por ello, todo cristiano debe ser santo. Pablo VI

·         La santidad se encuentra en el camino que nos abre cada uno de nuestros días, en que se ofrecen a nosotros, con atractivo desigual, los deberes de nuestra vida cotidiana. San Francisco de Sales

Voluntad:
·         Un gran deseo de ser santo, es el primer peldaño para llegar a serlo; y al deseo se ha de unir una firme resolución. San Alfonso María de Ligorio

·         Siento el deseo, la necesidad de hacerme santo; nunca me hubiera imaginado yo que pudiese llegar a serlo con tanta facilidad; pero ahora que he visto que se puede lograrlo estando alegre, quiero absolutamente hacerme santo. Santo Domingo Savio

Caridad:
·         El que vive el mandamiento del amor cumple la ley entera y los profetas (Mt 7, 12)

“Y este camino de santidad, que exige el cumplimiento fiel del mandamiento nuevo del Señor, no puede seguirse sin una profunda identificación con Cristo. No es un mero acto de la voluntad. Uno no consigue ser santo a base “de puños”, sino dejándose hacer por el Señor. De ahí que no existan verdaderos testigos de ese amor al prójimo que no lo sean también del amor a Dios.

Los santos destacan por su entrega y generosidad al servicio de los demás, pero también, sin duda, por su profunda vida interior. Son almas de oración. De hecho, todos ellos, destacando en el amor al prójimo, sobresalen por ser verdaderas almas contemplativas.”
(TEMARIOS de la A.C.G de Madrid)

Jesús nos dice, imperativamente:
·         Sed santos como el Padre celestial es santo. Jesucristo (Mt. 5,48)

San Pablo nos dice:
·         Esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación. San Pablo (1 Tes 4,3; Ef 1,4)

Algunos  lograremos la santidad  en el trabajo, otros en la familia, otros con aquel primo al que no le hablo porque es “tan pesado”…la lograremos de muchas formas, Dios es infinitamente “creativo” para acercarnos a Él, pero antes de poner manos a la obra debemos estar consientes de que hay algo que debemos trabajar primero para poder lograr esta meta: Nosotros mismos. Con voluntad y perseverancia. Viéndonos con los ojos misericordiosos del Padre, nunca reprochándonos sino avanzando hacia adelante, hacia la Santidad.  No cometamos el error de pensar que nunca nos equivocaremos, somos humanos y no somos perfectos. El secreto está en echar hacia adelante e iniciar de nuevo el camino, en no detenerse.
Como dice Santa Teresita del niño Jesús: “En lugar de desanimarme, me he dicho a mí misma: Dios no puede inspirar deseos irrealizables; por lo tanto, a pesar de mi pequeñez, puedo aspirar a la santidad”.

·    Los santos no son personas que nunca han cometido errores o pecados, sino quienes se arrepienten y se reconcilian. Benedicto XVI

Sé que tal vez no seremos “Grandes Santos”, pero si podemos y debemos ser  “Santos de la Vida Diaria”.

 Es hermoso predicar o hablar de Dios a los demás, es hermoso todo lo que nos pide el Maestro, sin embargo muchas veces no es fácil. No es fácil porque nuestra naturaleza cómoda y egoísta nos quiere sabotear  y dañar la obra de Dios. Santidad es “Hacer el bien” siempre. Aunque pensemos que los demás “no se lo merezcan”, aunque ya estemos “cansados de intentarlo…de perdonar…de hacer….de soportar...de callar…de buscarle la vuelta…”, en fin, elegir la forma correcta y santa en cada situación de la vida, por pequeña que sea. Me impacto una frase de Santo Domingo Savio: “prefiero morir que pecar”…Wow!, a eso quiero llegar!...pero me falta tanto!...y como sé que me falta, me agarro más fuerte a Jesús, cosa de que siempre su luz me ilumine aunque yo esté en medio de un “apagón espiritual”.

Esta resolución de año nuevo, tiene una característica: no se termina con el año, se termina con nuestra vida: es siempre, es día a día…para que cuando Dios nos llame a su santa presencia lleguemos con muchas obras, lleguemos con la alegría de saber que hicimos todo lo que pudimos, que usamos todos los dones que nos regaló, que cumplimos con el mandamiento del amor.
Siempre veo que los gobiernos y las diferentes entidades nombran los años, así también nuestro muy querido papa Benedicto VI lo hace, este año será año de la Fe. Nosotros también podemos  nombrar personalmente los años,

Animo!: 2013, año de la Santidad!

Una hija muy amada de Dios, en los corazones de Jesús y María
Nathalie Romero de Grau
nathalieromero@hotmail.com

lunes, 28 de enero de 2013

Poscursillo en Facebook


Poscursillo en Facebook

(Postcursillo - que no es mas que mi testimonio de vida, después del encuentro con Cristo y hasta la eternidad)

Vivimos en una época llena de tecnología, llena de prisas, de inventos de comunicación. Como hombres, hemos logrado muchas cosas y siempre nos preocupamos por mantenernos al tanto de todo lo que pasa. Tenemos muchas formas de comunicarnos, muchas maneras de mantenernos a día: correos electrónicos, celulares, el chateo y varias redes sociales en el ciberespacio. Una de las más utilizadas es Facebook, en la que, hasta el MCC tiene un grupo creado.
Hace poco encontré a un viejo amigo de la escuela, hacía tiempo que no lo veía. Subíamos en el ascensor de la clínica Ginecología y Obstetricia y luego de saludarme me dijo: “Ahí te veo siempre en Facebook, evangelizando”. Estas palabras me llenaron de sorpresa, pues nunca había pensado en eso de esa forma. Siempre escribo algo que me llama la atención, o algo que estoy viviendo en el momento, o bien, cuento a los demás, lo feliz que soy para que ellos sepan que así como Dios me ama, nos ama a todos.
Desde ese día, he pensado mucho sobre los apóstoles, …qué hubiese hecho San Pablo si tuviera Facebook?, si tuviera internet?, a veces nos olvidamos que es desde nuestro poscursillo que los demás hacen su precursillo. Sabemos que es nuestro testimonio el que arrastra, como bien dice mi esposo, y sin embargo de lo que menos escribimos es de Cristo.
Las personas están ávidas de amor. Están ávidas de una mano amiga, están… ávidas de Dios. Es increíble como la gente cambia cuando les regalas una sonrisa…hasta al más “serio” se le ilumina el rostro. Y no hablo de una simple sonrisa, sino de un genuino interés, de poder ver en los demás el rostro de Cristo.
Nosotros, cursillistas…apóstoles de la palabra, llamados a ser santos, tenemos tantos recursos para usar.
Imagino a Santa Teresita de Lisieux con una computadora…Dios mío!, que no hubiese hecho?. Es patrona de las misiones y nunca salió del convento. O a San Agustín y Santo Tomás que escribían tanto…o a San Juan de la Cruz y Santa Margarita de Alacoque, hubiesen tenido grupos completos solo de espiritualidad.  Se imaginan el website de San José : “Sueños en acción”, o el de Santa Teresa de Jesús: “Nada te turbe.com”. Ese “poscursillo” de los santos, esas vidas después del encuentro con Cristo, son las que llaman mi atención. Son las que me ayudan a pensar…sí se puede.

Todos sabemos que “tu ganas el ambiente o el ambiente te gana a ti”. Tenemos cada vez más trabajo, porque siempre, el hombre inventa más cosas en su afán de saciar su sed y sin saber que solo Dios es quien llena su corazón. Hoy, es Facebook, mañana será otra cosa y estamos llamados a fermentar cada uno de esos ambientes a través de NUESTRO POSTCURSILLO. Saben cuál es la mejor garantía de que todos y cada uno de nosotros podemos hacerlo: contamos con la GRACIA de Cristo.

Hija amada de Dios,
Nathalie Romero de Grau


La Aventura de la Santidad Hoy


La Aventura de la Santidad Hoy

 “Sed Santos, como mi padre y yo somos santos”, fueron las palabras de Jesús hacia nosotros.
Y las escuchamos y no nos inmutamos y pensamos…bah…vamos a dejarle eso a “los Santos”, a quienes Dios les ha dado el don de serlo, como esos que están en los libros. Saben qué? , les tengo una noticia genial!...   la santidad, es para todos. Para mí, para ti que estás leyendo ahora.  Detente un momento, mira tus manos,…toca tu rostro, tú, fuiste hecho para ser santo.
Y esto de ser Santos, no es tan difícil como mucha gente quiere ponerlo. No se trata de cambiar y ser una persona diferente, sino de dejar que la gracia de Dios actúe, nos transforme…El se encarga de hacernos “Criaturas nuevas”.    No se trata de hacer las cosas con ‘perfección’, sino de hacerlas con amor.
No se trata de hacer las cosas como nos gustan, sino con los criterios de Cristo. No se trata de hacer milagros y obras grandes, sino de hacer las cosas sencillas de manera extraordinaria. Solo nosotros estando y luchando por la santidad podemos llevar muchas almas a Cristo Jesús.

¿DÓNDE  PODEMOS SER SANTOS?.
Tú puedes ser santo en todas partes
"Por tanto, ya comáis, ya bebáis o hagáis cualquier otra cosa, hacedlo todo para gloria de Dios" (1 Co 10,31)
¿CUÁNDO?
¡Ahora!,  Hoy!, en este momento. Su gracia te basta.
" ¡Mirad!, ahora es el tiempo favorable; ahora el día de salvación " (2 Corintios 6,2)
¿CUÁNTO TIEMPO TOMARÁ ESTO?
De momento a momento—de oración a oración—de día a día. "No que lo tenga ya conseguido o que sea ya perfecto, sino que continúo mi carrera por si consigo alcanzarlo, ... Yo, hermanos, no creo haberlo alcanzado todavía. Pero una cosa hago, olvido lo que dejé atrás y me lanzo a lo que está por delante" (Filipenses 3,12-14).

Quiero compartir algunas frases de mis hermanos, ante esta pregunta. ¿Qué es la Santidad para ti y como la vives?
  • Para mí, vivir la santidad hoy, no es otra cosa sino el tratar de hacer las cosas como le gustaría al Señor que las hiciera. ¿Cómo la vivo? Estando atento al paso del Señor en mi vida. Esto me lleva a alegrarme del nuevo día que me concede, a descubrirlo en la naturaleza que me rodea, a disfrutar de los hermanos que El ha puesto en mi entorno. Siempre alegría de poder servir a los demás.  Me ayuda a ser mejor el recordar el gran amor que el Señor me ha mostrado hasta hoy y estoy seguro que me seguirá teniendo. Me gusta mucho, y trato de vivir, aquello que San Pablo un día escribió:  " Sé en quien he puesto mi esperanza."        (Víctor Rodríguez C. C.M.)


·         Poner en práctica el evangelio. Amar al conyugue como es.  Ver la cruz como un medio para vencernos a nosotros mismos para poder imitar a Cristo y seguirle.
Enamorarse de Cristo, que está en cada ser humano. No solo en los que nos caen bien.
Ver que el que mas mal te cae es el mejor medio para imitar a Cristo.
Vivir la santidad es cargar con garbo la cruz de cada día.                   (Joseph Chamoun)

·          Es el fortalecimiento de mi voluntad para  abandonar toda mala disposición que  me impida llegar a la presencia pura de Dios, es la mejor respuesta que puedo dar a  Dios en mi calidad de hombre. (Irene Peralta)

  • Creo que la santidad no es más que vivir cada día tratando de imitar a Cristo en cada situación que se nos presenta.  Que hago para lograr algo de santidad?...trato no de hacer cosas extraordinaria, sino de hacer extraordinariamente bien las pequeñas cosas que hago y que sea para la gloria de dios. [aprendido de nuestro querido Monseñor Amancio Escapa] esta frase me  cautivo hace ya algunos 20 años o más.   El cristiano que mantiene y vive la gracia, vive en santidad.  Dios te bendiga.   (Carmen Dilia de Escobar)

  • Santidad es todo aquello que nos acerca a Dios y nos aleja del pecado. Haciendo  o tratando de hacer vida en nuestras vidas cosas que nos acerquen a Dios y  no de las cosas malas que hay en el mundo.  (Bienvenido Jacobo)

  •  “El santo es aquel que está tan fascinado por la belleza de Dios y por su perfecta verdad que éstas lo irán progresivamente transformando. Por esta belleza y verdad está dispuesto a renunciar a todo, también a sí mismo. Le es suficiente el amor de Dios, que experimenta y transmite en el servicio humilde y desinteresado del prójimo”. (El Papa Benedicto XVI)

Buenas noticias!:  A cada bautizado el Señor le concede las gracias necesarias para alcanzar la cumbre de la caridad divina. 

No confundamos el significado de lo que es la vida de santidad. Santidad no es salir o evitar la realidad del mundo, sino ser fiel y santo a Dios en medio de una sociedad infiel y corrupta.
La santidad la lograremos con la ayuda del Espíritu Santo a través del estudio permanente de la Biblia (ESTUDIO),  a través de la oración (nuestra conversación con Dios –PIEDAD-) y al poner en práctica, hacia nuestro prójimo, lo que hemos aprendido (ACCIÓN),  cumpliendo los mandamientos de nuestro Señor. La santidad es algo que puede desarrollarse.  Animo!


Una hija muy amada de Dios, en el Corazón de Jesús
Nathalie Romero de Grau
Feb-2011

*Agradezco a todos mis hermanos que amorosamente me compartieron un pedacito de su alma. Entre ellos, a Jacqueline Agüero quien me envió los escritos de nuestro Santo Padre Benedicto XVI, también a la Madre Angélica por sus meditaciones sobre cómo y cuándo ser Santos”

Qué es la Fe?...desde el YOUCAT




Estamos celebrando el año de la Fe y les comparto este material lindísimo que encontré en el YOUCAT (Catecismo de los Jóvenes de nuestra Iglesia Católica) 

“Hoy conocí un Santo”


“Hoy conocí un Santo”

(Permíteme Señor, honrar a este hijo tuyo con las palabras correctas, déjame escribir algo que se parezca a la belleza que hoy vi)

He tenido la gracia de conocer un Santo. Un Santo Anónimo, Julián se llama. Anónimo, como tantos en el mundo…
Eran las nueve y media de la mañana, domingo, estábamos mi esposo y yo en el hospital, llevando la comunión a los enfermos, hacíamos la visita a las habitaciones y entramos a una de ellas, era la habitación 428, nunca olvidare ese número. Estaba postrado, en aquella cama, con un aparato de diálisis a su lado, cambiando su sangre, no sé cuál era su enfermedad…pero sé que era muy grave. Estaba muy delgado, no podía ni siquiera hablar. Cuando hablaba, no salía voz de su boca, apenas un ruido de su garganta. Tenía el pelo negro, ya poquito, parecía de algunos 65 o 70 años
“Buenos días hermanos”, decimos, “venimos a invitarles: tenemos la celebración de la misa en la capilla, a las diez, es en el quinto piso y como usted no puede ir, le traemos la comunión si usted acostumbra y quiere recibirla”…a Julián se le iluminaron los ojos, miro al cielo, como agradeciendo, nos dijo “si…
La señora que le acompañaba y lo atendía fue quien pronuncio las palabras: “tráigansela si, el es católico”. Julián nos decía “gracias”, desde su cama, sin voz, este hombre, no tenía voz…solo lo que salía de su garganta, “Dios los bendiga”…
Salimos de aquella habitación, me pare a ver el numero para ponerlo en la hoja de servicio y mis ojos se llenaron de lagrimas…Dios mío!, cuanta gratitud en este hombre que ni siquiera podía hablar, ni moverse, ni  nada…me pare unos segundos..mi esposo me esperada a unos pasos, tome aire, aun faltaban muchas habitaciones por visitar y el tiempo era poco. Mire a mi esposo, tenía su rostro conmovido, solo nos miramos y seguimos…
Eran las diez, llegamos a la misa, hoy, habían muchos enfermos, el hospital estaba lleno.
Cuando terminó la misa, fuimos a las habitaciones, llevando a Cristo a cada uno de esos enfermos. Algunos jóvenes, otros más viejos, mujeres, hombres...
Llegamos a la habitación de Julián: “Hermano, venimos a traerle el cuerpo de Cristo”
Aquel hombre, que apenas podía moverse, levanto su mano, con un tubo de sangre que tenia conectado…. Se la llevo a la frente y se persigno. El se dio cuenta que Jesús había entrado allí, que estaba a su lado, que había venido a visitarlo. Mi esposo, tomo la palabra, yo acomode la comunión encima de una neverita que había allí.
José empezó a leer, (José, que no puede hablar mucho en estos días, por un problema de salud) y aquel hombre, en aquella cama, estaba tan agradecido y en paz, como si nada de lo que le pasaba era importante, como si… ni los tubos, ni la diálisis, ni las sabanas finas que apenas le cubrían, ni la pena, ni el dolor, ni la enfermedad…como si nada de esto le importara. Cristo estaba ahí, con El y El lo sabía, lo esperaba…Era su amigo, quien venía a visitarlo. Era su Padre, quien venía a confortarlo…era su Salvador, quien venía a rescatarlo…
José leyó el evangelio, era el de San Juan y aquel hombre lo escucho con tal devoción, como si fuera el último que iba a escuchar, como si fuera un ángel que lo estaba leyendo.
Le entregamos la comunión…José la puso en su boca y aquello fue, según su rostro,  el manjar mas delicioso que ningún paciente probó. Cerró los ojos, lo comió y lo tragó, con tal amor…estaba en paz…lágrimas salieron de sus ojos…pero eran lágrimas de alegría, lágrimas de santidad.
Terminó su oración y volvió a persignarse, con sus manos, despacio, como pudo…en el nombre del Padre, del hijo y del Espíritu Santo, …amén”
“Que Dios lo bendiga hermano, que lo sane”, le dijimos… la señora que lo atendía, agarro un pañuelo y le secó las lagrimas… “Gracias” dijo Julián, sin voz, “Dios los bendiga”… era un agradecimiento tan puro, tan limpio, era un agradecimiento santo. Aquel  hombre sabía que había recibido un tesoro…El lo conocía, El sabia quien era Jesús…y Jesús, que nunca abandona a sus amigos, hoy fue a estar con Él.
Nunca olvidare a Julián porque hoy pude ver la santidad…
Es verdaderamente un privilegio Jesús, poder llevar tu cuerpo. Nosotros que somos indignos hijos tuyos, que aun tenemos que mejorar tantas cosas…nosotros que aun no comprendemos la grandeza de tenerte en nuestras manos… llevar a Cristo..al mismo Cristo.. Porque eres Tú mismo quien está en cada habitación, es a ti mismo a quien vamos a consolar, a visitar.
Gracias Maestro, por Julián, gracias Maestro por este regalo, gracias Maestro por usar nuestras manos, nuestro cuerpo y nuestro corazón. Déjanos refugiarnos siempre, en tu corazón.


En el corazón amoroso de Jesús y María,
Una hija muy amada por Dios,
Nathalie Romero de Grau
14 de noviembre 2010

Visitarte cada día Señor


Visitarte cada día Señor

Cada día al levantarme, aunque te ofrezco el día y mis obras, desde que abro los ojos, siento una gran alegría por ir a visitarte. Mi alma encuentra paz en el sagrario cada vez que te veo.
Decirte que te amo con locura, que aunque me sienta pequeñita, quiero estar junto a ti…lo más cerca de ti que pueda, ya me es imposible quedarme lejos. Ofrecerte mi corazón cada día, conocerte más, escucharte, mirarte….oh Maestro, cuanto deseo mirarte, pero mientras tanto, me conformo con sentirte y escucharte. Mi alma y mi ser se llenan de tu presencia y un santo calor me inunda.
Cada vez que estoy contigo mi alma se eleva y sé que estoy, donde tengo que estar, para estar contigo fui hecha y es por eso que nunca te quiero dejar. Más me quieres en el mundo, me quieres y obedezco Padre Amado. Es mi pena tener que salir cada día, mas mi alma se consuela sabiendo que estás conmigo, que tu gracia nunca me abandona, y que debo consolar a aquellas almas tristes que aun viven sin conocerte. Es tanto el amor que me das, que puedo darlo a borbotones para los demás.
Verte ahí, contemplarte…ver cómo te has quedado ahí, para mí, para cada uno de nosotros, humillado, tú que eres Padre, tú Señor que eres todo. Cuanto me amas Señor!
Contemplar tu corazón, y meditar ante el misterio que encierra, es lo que más me conmueve. Sé, porque esa gracia la pusiste en mi corazón, que en tu sagrado corazón está el misterio de la salvación de los hombres y yo, hoy, te ofrezco mi corazón para que lo transformes, para que se parezca al tuyo.
Gracias Padre por amarme tanto. Quiero consolar tu corazón y hacerlo por todas aquellas almas que no lo hacen, ofrecerte mi amor y mis visitas cada día. Ofrecerte también mis dudas y angustias. Mis trabajos, mis cruces y mis alegrías. Llevar a ti todas las almas que pueda y siempre cuidar de que en el camino, no pierda la mía.
Sé amado mío que estas ahí, sé que me escuchas y yo te escucho a ti. Bendito seas Padre porque sin merecerlo, siempre has estado cerca de mí, desde pequeña, porque siempre te he visitado, porque pusiste en mi corazón desde el vientre de mi madre  la necesidad de ti y aunque yo no entendía muchas cosas, ya te amaba con locura.
Espero en mi paso por el mundo, con paciencia y con amor, volver a ti algún día y entregarte mis manos y mi corazón llenas de buenas obras, dignas de ti. Mientras, seguiré estando cada día en el sagrario, cada día… lo más cerca de ti.

Tu hija amada, Nathalie

6 de noviembre 2009
Elvia Nathalie Romero de Grau