viernes, 30 de agosto de 2019

…“LÍBRANOS DEL MAL”, última frase del Padre Nuestro



¿Estas tentado?, esa una carta de presentación y te dice que el enemigo te tiene catalogado como…hijo de Dios y por eso, te tienta, dicho esto, solo tienes que estar “mosca” como decimos, atento a este tema.

Esta frase…“LÍBRANOS DEL MAL”, es la última frase del Padre Nuestro que rezamos y a veces pensamos que esta frase es una especie de “vacuna” o remedio para que no nos ocurra algo malo y no es así.

Líbranos del “Malo”, un personaje que no es metafórico, sino real y activo. Satán, el difamador, calumniador, acusar. Satán siempre busca la muerte. Diablo, también se dice…el que divide.


El Perfil del Demonio

- La Huella digital auditable de este enemigo es: La Mentira (pero no franca, sino media verdad, sutil)

- El Arma favorita: La Violencia

(La violencia siempre miente porque promete obtener mediante la fuerza, en la coerción del otro, lo que fácil se hubiese obtenido mediante la persuasión. Juan 8, Padre de la mentira y Homicida desde el principio, dice Jesus)

- El Angulo desde el cual actúa: Soberbia


Se sitúa más arriba del que le corresponde y se excede en apreciar su ser y se excede en atribuirse a sí mismo el mérito de su ser. Sentirse superior y hacer sentir ignorantes e incapaces a los demás.

- El Móvil típico es: La Envidia (porque sabe que está condenado, y quiere que todo mundo este también.)

- La Tarea Favorita: Sembrar Cizaña (Ojo que parece alimento, pero no lo es. Siembra veneno y discordia, sembrar el desorden y poner a unos en contra de los otros.)

- El Objetivo Táctico para lograr su estrategia: La Desesperanza, el sentimiento de que todo está perdido.


• LOS REMEDIOS O ANTIDOTOS PARA LIBRARNOS DEL MAL SON ESTOS:


- Contra la Mentira: La Verdad


- Contra la violencia, mansedumbre, respeto


- Contra la Soberbia, la humildad


- Contra la envidia, la solidaridad, gozarse del triunfo del hermano


- Contra la división, cizaña, la solidaridad, la concordia


- Contra la Desesperanza: cultivar la alegría y esperanza.


- La Bomba Letal para el enemigo es: La Inmaculada, la llena de gracia.





Lo tome de un programa interesante de EWTN del P. Raul Hasbun, sea de bien para todas las almas.


jueves, 22 de agosto de 2019

El Perdón: Puerta que Abre Camino al Amor


Tuve la Gracia de colaborar en una Ultreya  el pasado mes de Julio y el tema es verdaderamente interpelativo.
 
Quiero compartirte aqui algunos puntos escritos y además coloco el video que, para mi sorpresa, fue grabado. Para nadie es sorpresa que tengo especial cariño por el Movimiento de Cursillos de Cristiandad pues mi vida y la de mi familia a partir de ese hermoso encuentro con el Señor, cambió el rumbo.
 
El tema del Perdón, es un tema PROPIO del CRISTIANISMO, un tema del diario y fundamental de la doctrina recibida por Jesús.

El tiempo ordinario del Cristiano esta iluminado por la luz de la Pascua. Luz de Cristo Resucitado que nos brinda con su muerte la libertad de los hijos de Dios. La vida de Gracia.
 
Esperanza de que Caminamos Al Cielo Porque Hoy es tiempo de Salvación. Esta vida de Gracia se vive día a día haciendo el bien. Jesús pasó por el mundo “haciendo el bien” …algo muy importante para el Cristiano es Elegir el Bien.
 
 
El discernimiento es parte esencial , diría vital para el diario vivir ante tantas ofertas.
 
 
 
Este es el link del video de la Ultreya completa
 
 
 
    En la Santa Misa, tras la consagración el sacerdote dice: “Éste es el sacramento de nuestra fe” y nosotros respondemos: “Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. ¡Ven, Señor Jesús!” ¿Verdaderamente anuncio tu muerte y proclamo tu resurrección?, ¿verdaderamente te digo: “ven Señor Jesús”?. Tengo que anunciar tu muerte porque si no tu sacrificio se quedaría en un mero cuento o historia, porque si no anuncio tu muerte, ¿cómo puedo yo anunciar la mía?, morir a mis gustos, mis envidias, mi vanidad, mi pereza, mi orgullo y presunción. Si tu moriste Maestro, también yo he de morir pues solo el grano que muere da fruto, si no muere se queda solo. Para poder proclamar la resurrección necesariamente tenemos que anunciar la muerte. Luego de morir, entonces proclamemos la resurrección a viva voz. Proclamamos la resurrección de nuestro Señor cuando aceptamos la cruz, cuando ayudamos a los demás, cuando tenemos paciencia con los demás y con nosotros mismos. Proclamamos la resurrección cada vez que llegamos a nuestra finitud y decimos, ¿sabes que Señor?, esto que me sucede está por encima de mis fuerzas, te lo entrego, es tuyo. Confío en ti. Proclamamos la resurrección cada vez que perdonamos como nos dijo Cristo que perdonáramos. ¡Ven Señor Jesús!, oh pero ven con todo, ven Señor y ayúdame a morir, para parecerme aunque sea un poco a ti.
(Extracto Libro Camino Al Cielo)
 
Nuestra vida ha de ser una eucaristía celebrada en comunidad, presentada y ofrecida al Padre de la misma manera que en la misa, al final la plegaria eucarística, en la voz del sacerdote que preside, al tomar la patena con la Hostia y el cáliz, los eleva simultáneamente y pronuncia la doxología “Por Cristo, con Él y en Él”. Todo lo que hagamos ha de ser por Cristo, ofrecido junto a Cristo. Es Necesario hacer el cambio de Mentalidad Hoy El nos llama a una vida mas profunda en Él
 
Tiempo para decir: ¡Santos o nada! Santa Teresa: Llama a todas las almas a volar alto, cada una en su condición…aspiremos ser como Aguilas …
 
Llevamos en nuestra carne y a todas partes el morir de Cristo, dice San Pablo. Pasémonos lista nosotros mismos, morimos? Amar a los demás como El nos ama. Amor con vida eterna que solo proviene de la Fe. Fe que nos dieron en nuestro Bautismo. Perdón es un amor fino. No tiene nada que ver con la Justicia.
 
“Ámense unos a otros” como yo les he amado. – Él nos ama hasta la muerte. Ese morir por Cristo se realiza por la gracia santificante que actúa en nosotros a través del Santo Espíritu cada vez que le dejamos hacer en nosotros.

“La Comunidad es una gracia que muchas veces es difícil de ver, la Comunidad nos hace descender las gradas de la humildad, y al cristiano le hace grande el ser humilde. Es la comunidad quien me hace el inmenso bien de asemejarme a Cristo. Dios mío, llevabas sobre Ti los pecados de tus enemigos. ¿Y yo? Todo me hiere, soy un siervo inútil. ¡Ayúdame Tú!” (Kiko Arguello)
 
DESDE LA SICOLOGIA Gabrielle Rubin y Nicole Fabre, son dos psicoanalistas francesas que han publicado varios libros sobre este tema Perdonar no es olvidar, es recordar sin que te duela. Pero llegar a ese punto no es cosa rápida ni fácil en algunas ocasiones, pero tampoco imposible, y deshacernos de la carga emocional y del dolor que nos causan las heridas de quienes nos han decepcionado, traicionado o herido, no tiene precio.
 
El estudio de las dos psicoanalistas franceses determino que: “Todas las personas que han perdonado están de acuerdo en decir que tal trámite los ha liberado, que inclusive les ha dado una nueva energía a sus vidas. Porque el perdón sirve ante todo para liberarse a sí mismo. La mayoría de las veces descubrimos, que intencionalmente o no los errores de los demás nos marcan, que se manifiestan en el segundo paso: emociones.
 
  ¿Cuáles son los beneficios de perdonar a alguien?
Dejar atrás el rencor y el resentimiento puede mejorar la salud y la paz mental.
 
El perdón puede contribuir a lo siguiente:
• Relaciones más saludables • Mejor salud mental
• Menos ansiedad, estrés y hostilidad
• Menos presión arterial • Menos síntomas de depresión
• Sistema inmunitario más fuerte • Mejor salud del corazón
• Mayor estima.

¿Y si soy yo quien necesita ser perdonado?
El primer paso es evaluar y reconocer de manera honesta nuestros errores y cómo han afectado a otros. Evita ser tan duro contigo mismo. Si realmente te arrepientes de algo que has dicho o hecho, evalúa la posibilidad de admitirlo frente a las personas que has dañado. Habla de tu pena o tu arrepentimiento de manera sincera y pide perdón —sin inventar excusas—.

Todos los hombres se benefician del perdón que procede de Dios.
 
Virtudes que afloran en quien perdona: 
Para sí mismo: fortaleza, respeto, alegría, paz. 
Para los demás: generosidad, armonía, paz, confianza, amistad. Actitudes que emergen en el perdonado: *arrepentimiento, gratitud, alegría, paz.

«Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen lo mismo los publicanos? Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen lo mismo los paganos? Por lo tanto, sean perfectos como es perfecto el Padre que está en el cielo.» Mt. 5, 43-48

El perdón verdadero implica mirar sin rodeos el pecado, la parte inexcusable y reconciliarse a pesar de todo con la persona que lo ha cometido. Esto y nada más que esto es el perdón y siempre podremos recibirlo de Dios, si lo pedimos. El perdón tiene un solo camino ida y vuelta al corazón de Dios.

¿Qué actitudes nos disponen a perdonar?

Algunas actitudes que nos disponen a realizar este acto que nos libera a nosotros y también libera a los demás.
 
1. Amor Perdonar es amar intensamente.
2. Comprensión Es preciso comprender que cada uno necesita más amor que “merece”.
3. Generosidad Perdonar exige un corazón misericordioso y generoso. : “Padre Perdónalos…porque no saben lo que hacen.”
4. Humildad Hace falta prudencia y delicadeza . El perdón es un acto de fuerza interior, pero no de voluntad de poder. Es humilde y respetuoso con el otro. No quiere dominar o humillarle.
5. Abrirse a la gracia de Dios un cristiano nunca está solo. Puede contar en cada momento con la ayuda todopoderosa de Dios y experimentar la alegría de ser amado.

El hombre “es un ser en proceso” pensemos que es en la familia donde más va a avanzar dentro de este proceso. El que ama no sólo conoce lo que la persona amada puede llegar a ser, sino que “le ayuda a ello”, le ayuda a que desarrolle todas las potencialidades que tiene y que muchas veces ignora, le ayuda a que sea lo que puede llegar a ser.

HOY es tiempo de esperanza Tiempo de Profunda Conversión Tiempo para decir:

¡Santos o nada!
 
 
 










lunes, 5 de agosto de 2019

Nos vemos en el cielo Don Joseph Chamoun

Hoy me toca despedirte hermano y amigo. Palabras, la verdad no es que salen muy fáciles, sentimientos encontrados, pero estoy más que conmovida por la misericordia y bondad de Dios para contigo. Antes de nada decirte gracias por tanto. Gracias por tanto amor, tanta entrega, tantos "dulcitos" para mi y mi familia, para nuestros hermanos. Sé que has de estar junto a tu amada Carlotica en el cielo y además estar en la presencia plena de nuestro Señor. Pasaste mi hermano tu vida, haciendo el bien, te voy a llevar SIEMPRE en el corazón con una gran sonrisa, recordaré tus chistes y todas tus ocurrencias. Como tu decias siempre...hoy, hay dos caminos, uno que lleva al sentir tu partida con gran tristeza y otro que me conduce a despedirte confiadamente en las manos de Cristo, ese que también a ti, al descubrir su gran amor, te volvió loco por las almas. Muchas cosas tengo para contar y decir de ti, muchas, ahora solo voy a compartir unas de tus sinceras y hermosas cartas...para muestra mi hermano, un botón. Nos vemos en el cielo, desde allá sigue pidiendo por todos nosotros.

Comparto además este link de un video que Jackeline, tu hija me hiciera gentilmente, en el que hablo de ti hermano muy querido. Quienes te conocimos, definitivamente, como decías, aprendimos mucho sobre Cristo, a través de ti.

https://www.facebook.com/jacqueline.chamoun2310/videos/vb.100006462304495/2600078993550819/?type=2&video_source=user_video_tab

 




Algunas cartas escritas por nuestro Joseph Chamoun
 

Queridos hermanos en Cristo Jesús:


¡Que bueno es sentirse llamado por el Señor! Ser feliz es lo que cada ser humano quisiera sentir. Ese ha sido el interés de todos los filósofos que han pasado por el mundo y, sin embargo, no se ha logrado lo que ellos pretendían.
Felicidad completa, dicen algunos que no existe. Dicen otros que sólo existen momentos de felicidad muy limitados y muy exclusivos para cierta clase de condiciones, para cierta clase de personas muy “afortunadas”, para cierta clase de circunstancias.
Se puede afirmar que donde entra en juego la mente y el corazón no puede haber verdadera felicidad.
Sólo en el Espíritu puede haber felicidad, donde no hay manipulación del medio, de las circunstancias ni de las personas.
Cuando la felicidad descansa en el corazón, va a depender de la actitud de las demás personas, de
cómo nos traten, de cómo nos valoren, de cómo nos valoramos nosotros mismos, de las personas que
estén a nuestro lado, de las personas que ya no estén a nuestro lado…
En ambos casos, dependerá de lo que podamos o no podamos tener.


La verdadera felicidad descansa en el Espíritu, nunca se va a mover porque la presencia de Dios, que es el Espíritu Santo, nunca se moverá de nuestro lado. Dios es el único que no se mueve nunca.
Como dijo alguien: “La felicidad no consiste en tener lo que uno quiere, sino en querer lo que uno tiene”.

 
Joseph Chamoun
 
 
5 de Agosto 2019
 
Queridos hermanos en Cristo Jesús:
 
Gracia y paz interior es lo que más deseo en esta vida para lograr actuar como Iglesia y sentir la verdadera felicidad.

Mientras estaba escribiendo esta carta, a las 5:40 a.m., un sacerdote franciscano hablaba del Perdón, tan necesario en este mundo donde la gente está llena de “heridas” que cometemos con mucha frecuencia cuando nos relacionamos con los demás. Y ese sacerdote dijo algo que me impactó: “Perdonar es la victoria de Dios en nosotros”.
Por eso saqué la conclusión de que he vivido muchísimos años lleno de heridas e hiriendo a los demás, creyendo con eso vengarme de los demás y así lograr “controlarlos”, a familiares, empleados, clientes, vecinos, etc., y con el tiempo descubrí que:
“Nadie puede controlar lo que le sucede”.
“Nadie puede controlar a los demás”.
“Sólo uno puede controlarse a sí mismo”.
Y nadie puede controlarse a sí mismo, si no se conoce.
El popular sicólogo y autor con éxito de ventas en el New York Times, Phil McGraw, afirma: “Siempre digo que la relación más importante que usted jamás tendrá es con usted mismo. Tiene que ser primero “su propio mejor amigo”. ¿Y cómo puede uno ser el “mejor amigo” de alguien a quien no conoce o que no le gusta? Es imposible. Por eso es tan importante descubrir quién es usted y esforzarse en llegar a ser alguien a quien usted respete y encuentre agradable”.
Sobre eso mismo les voy a dar un testimonio personal:
Hace tiempo asisto con mi esposa a la misa de las 6:30 a.m. en la Iglesia San Juan Bosco, que queda cerca del negocio y así evito los tapones de las 7:15 de la mañana y llego a tiempo al negocio. A veces la misa empieza exactamente a las 6:30 y da oportunidad a las monjas, a los empleados, a los dueños de negocios, etc., de llegar a tiempo a su trabajo. Pero, a veces, sea por falta de comunicación o por otras causas, el celebrante empieza la misa más tarde. Me fijo entonces en los asistentes, algunos muy tranquilos, otros mirando el reloj y otros salen de la Iglesia.
Como soy muy impaciente, y aparte tengo un sitio reservado para parquear el carro cerca del negocio, a veces me domino, me quedo sentado; pero a veces me viene a la mente acercarme a la sacristía y hablar con el párroco a ver si logran ser puntuales. Pero al leer que “nadie puede controlar a nadie, sino a uno mismo”, desistí de ir a la sacristía y decidí “dominarme a mi mismo”. Lo logré varias veces, pero mi mente estaba “más pendiente del reloj que de la Palabra”.
Entonces al leer lo de Phil McGraw, que tengo que ser amigo de mi mismo, al ver que ya el celebrante no había salido a las 6:50 a.m., me levanté con calma, fui a mi negocio y dije: “tengo oportunidad de asistir a misa por la tarde”. No me quejé, ni discutí, porque el problema no está en el sacerdote (como pensaba antes), sino en que soy muy impaciente.
Decía el comediante Jack Parr: “Al mirar atrás, mi vida parece como una larga carrera de obstáculos, y todo parece indicar que yo fui el mayor obstáculo”.
El sicoterapeuta Sheldon Kopps cree que “todas las batallas importantes se libran y se ganan dentro de nosotros mismos”.
Un abuelo le decía a sus nietecitos que dentro de cada ser humano dos lobos viven peleando. El primer lobo es la mentira, la venganza, el odio, la corrupción, el asesinato, el robo, etc. El segundo lobo es el amor, el perdón, la misericordia, la solidaridad, el sacrificio, etc.
Y uno de los nietecitos le preguntó: “Abuelito, ¿quién ganará?”
Y el abuelito le contestó: “El que tu elijas y alimentes”.
Hermano que me estás leyendo, he vivido muchos años como el primer lobo, pensando que de esa manera lograba el éxito en la vida… hasta que Dios se apiadó de mi y me hizo descubrir mis limitaciones para no seguir culpando a los demás de mis fracasos.
 
Dios les bendiga.


Queridos hermanos en Cristo Jesús:


 

Que la Gracia y la Paz del Señor estén siempre con nosotros, a pesar de las tentaciones y las contrariedades que surgen en nuestra vida. Y si nos mantenemos firmes en el seguimiento a Cristo, El (Dios) nos va llevando poco a poco hacia lo que espera de nosotros.

Corría el año 1974 y en ese tiempo estaba arreglando parte del edificio donde está ubicado mi negocio. Cambié las ventanas, las puertas, etc. Y decidí vender todo lo viejo. Me hablaron de un señor que acostumbra comprar todo lo “viejo”; lo llamé y conversando con él, mencionó varios pueblos del interior que visitaba, entre ellos a Bohechío. Entonces le dije que yo visito Bohechío anualmente y el señor se sorprendió y me dijo: - ¿Tu haces negocios con la gente de Bohechío? Le dije que no. Y siguió: - ¿Tienes alguna querida por allá? Y le contesté, “no”. El hombre que no tenía pelos en la lengua, asombrado me replicó: - ¿Y para qué tu visitas a ese pobre pueblecito?

 
Yo decía anteriormente, en esta carta, que cuando uno se mantiene fiel a Cristo después de conocerle, El nos va llevando poco a poco hacia el camino que nos tenía reservado.

 

En 1966, participé del cursillo #67 en el Colegio Calazans Mayor. En el año 1970 me mandaron a trabajar en el cursillo #18 de San Juan de la Maguana. Yo ya había asistido y trabajado en varios cursillos anteriormente, pero en ese cursillo pasó algo que no pasa generalmente en otros. Había 8 hermanos de Bohechío y uno de ellos, al terminar el cursillo, se le ocurrió escribir cartas de agradecimiento a cada uno de los dirigentes que participaron en el cursillo.

 

No sé cómo reaccionaron los demás dirigentes al recibir sus cartas, pero a mi me agradó, me impresionó muchísimo. Esto me motivó a escribirle una carta para decirle que recibí la suya y que Cristo cuenta con nosotros. Entonces ese hermano, José Dimas Luciano, volvió a escribirme para informarme cómo andaban esos 8 hermanos cursillistas y me hacía preguntas sobre cómo llevar mejor el Pos Cursillo para no perder la Gracia.

 

Le contestaba con otra carta. Así pasaron casi dos años y medio. Carta va, carta viene. Esos 8 hermanos hacían “reunión de grupo”, asistían a misa, asistían a todas las convivencias que se celebraban fuera de Bohechío y a todas las clausuras de cursillos que se celebraban en San Juan de la Maguana. En 1972, bajo un agua torrencial, vinieron en una guagüita cubiertos por una lona a San José de Ocoa. Y, sin embargo, se fueron enfriando poco a poco, porque les faltaba lo más importante: “formación y dirección espiritual”.

 
Como no había en ese entonces Escuela de Formación y un sacerdote fijo, les prometí mandarles semanalmente una carta en la cual escribía lo que yo aprendía en la Escuela de Formación de Santo Domingo. Y como se sentían mejor con las cartas, les seguí escribiendo. En el año 1973, o sea, 3 años después de celebrado el cursillo, nos invitaron a Tío Julio y a mi a conocer Bohechío.
 

Fuimos a Bohechío y llegamos primero a Sabana Yegua a las 6 de la mañana. Una guagua llegó 10 minutos más tarde desde Bohechío para recogernos, puesto que había que cruzar un río. Celebramos ese día una Ultreya; gozamos muchísimo y a las 4 de la tarde, todos juntos en la guagua cantando “De Colores” nos llevaron a Sabana Yegua para coger nuestro vehículo y regresar a Santo Domingo.

 
Ese día, prometimos volver todos los años y mandarles carta de formación semanal. Durante los primeros años siguientes, salíamos a las 3 de la madrugada para Bohechío para regresar el mismo día. Pero después decidimos quedarnos con ellos 3 días. En eso ya tenemos 33 años. Y mientras más pasan los años, más deseo tenemos de volver a Bohechío.
Al hermano que fue a comprar las puertas y las ventanas rotas, en 1974, yo le diría si pudiera encontrarlo: “La felicidad no está en la querida, ni en las ventas, sino más bien en sentirse útil y hacer felices a los demás”.


Hace 2 años, mi profesor Tío Julio ya no me acompaña físicamente, pero su recuerdo va conmigo siempre… y Dios me ha premiado con otros hermanos que me acompañan.


 

Dios les bendiga.
  

Joseph Chamoun





 Nos vemos en el cielo hermano!

jueves, 1 de agosto de 2019

¡Concédeme amar a Dios siempre!


Hoy es día de uno de los santos más inspiradores, San Alfonso María de Ligorio.
Este escrito que comparto de su vida, lo tomo de la página “Aleteia”, no es de mi  autoría; la verdad es me ha llenado de tanta riqueza sobre la vida de este hermano que no quiero dejar de compartirlo. Ha de ser, sin dudas, porque se trata de un escrito a nuestra Santísima Madre la Virgen Maria. Su perfume y bondad llegan siempre al corazón que más necesita.

 
“Esto es lo que pedís de mí, que yo ame a Dios; pues bien, esto mismo es lo que os pido: obtenedme la gracia de amarle y de amarle siempre. Este es el único deseo de mi corazón. Amén”.
Así culmina una de las más preciosas oraciones que forman parte de Las Glorias de María, la magistral obra de San Alfonso María de Ligorio en la cual recoge una profunda recopilación de la defensa mariana, junto a su opinión, destacando dos grandes verdades: la Virgen María es Madre del Redentor y es Madre de misericordia.
“¡De cuántos peligros, Reina mía, no me habéis librado? ¿Quién podrá enumerar las luces y misericordias que de Dios me habéis alcanzado? ¿Qué beneficios, qué honores habéis recibido de mí, para empeñaros en hacer tanto bien?
“Sólo vuestra bondad os ha movido a ello. Aunque yo diera por Vos toda mi sangre y mi vida, sería nada en comparación de lo que os debo, puesto que Vos me habéis librado de la muerte eterna y me habéis recobrado, como lo espero, la divina gracia. En una palabra, todo lo que tengo, por vuestras manos me ha venido”.
“Señora mía, amabilísima, siendo tan miserable como soy, no puedo, en cambio hacer otra cosa más que alabaros siempre y amaros. No os desdeñéis de aceptar el amor de un pecador enamorado de vuestra bondad”.
“Si mi corazón es indigno de amaros, por estar manchado y lleno de afectos terrenos, procurad, Señora, trocarlo, ya que lo podéis hacer. Unidme y estrechadme de tal manera con Dios, que no pueda jamás separarme de su santo amor”.
“Esto es lo que pedís de mí, que yo ame a Dios; pues bien, esto mismo es lo que os pido. Obtenedme la gracia de amarle y de amarle para siempre. Este es el único deseo de mi corazón. Amén”.
Más de un centenar de obras (111) escribió Alfonso, incluyendo su Tratado de Teología Moral, entre los años 1753 y 1755. Su trabajo “Las Glorias de María” es una de más excelsas aportaciones marianas jamás escritas.
Pero no surge como fruto de grandes placeres, sino en medio de profundos dolores, pues una pesada cruz acompañará al santo en su última década de vida, cuando tendrá que lidiar con momentos particularmente dolorosos, sufrimientos físicos y espirituales.
Son vanos sus intentos por lograr el reconocimiento de su congregación. Esta se verá afectada por amargas discusiones en su interior, que sólo acabarán tras su muerte. 

Virtualmente ciego e incapaz de dirigir el grupo, será expulsado de la orden por él fundada al no haber leído un documento crucial antes de firmarlo.
Más tarde vendrá la decisión la decisión equivocada del papa Pío VI en 1780, sobre lo que sin embargo guardará silencio.
Dios le concederá morir a la hora del Ángelus del 1 de agosto de1787. Cesan entonces las divisiones en su congregación y se reconocen los errores cometidos en su contra.
Así, los redentoristas obtienen el reconocimiento pleno y se expanden rápidamente por todo el planeta hasta tener presencia al día de hoy en unos 80 países.
San Alfonso María de Ligorio es uno de los santos que mayor influencia tuvo en la devoción a la Santísima Virgen.
Su comentario de la Salve Regina es una dulce explosión de amor que la muestra como Madre y como Reina, exaltando su condición de misericordiosa y “esperanza nuestra”.
 
 
Doctor de la Iglesia
Fue beatificado en 1816 y canonizado en 1831. Le proclamaron Doctor de la Iglesia en el año 1871. Su libro está cargado de ejemplos: 130 formas sencillas de explicar grandes y algunas veces complejas verdades. 41 cierran los capítulos y los párrafos, mientras que 89 forman parte de colección de varios ejemplos sobre la Virgen María.
Alfonso tardó 16 años en redactar Las Glorias de María, en las que hace impecable gala de los honores de la Madre de Dios y destaca la noble piedad mariana, así como su poder de intercesión.
Comenzó a escribirlo cuando tenía 38 años de edad y lo terminó a los 54. A lo largo de sus años fue perdiendo los sentidos de vista y oído. “Soy medio sordo y medio ciego, pero si Dios los quiere más, lo acepto con gusto”, decía.
El santo visitaba a diario el Sagrario. Al estar junto a él, decía: “¿Jesús, me oyes? Mientras que a los hermanos que le acompañaron durante su vejez, les interrumpía con frecuencia para increpar: “¿Ya rezamos el Rosario? Perdonadme, pero de ello depende mi salvación”.
Estando en “avanzada edad, casi sin vista, tenía a su cuidado un hermano coadjutor que lo consolaba leyéndole libros espirituales. Entusiasmado una vez el viejecito Alfonso al oír leer algunas páginas, interrumpió diciendo: ‘Diga hermano: ¿qué libro es ése? ¡Cuán precioso es! ¿Quién lo ha escrito? Qué suavidad. ¡Cuánto amor a Dios, a María y a las almas! ¿Y cómo se llama su autor?’ –El hermano se le acercó un poco más y cerrando el libro y leyendo su portada le dijo: ‘El libro se llama: Las Glorias de María, y su autor es Alfonso de Ligorio’. Al venerable anciano oír aquella noticia se le enrojeció el rostro de emoción, ruborizado de haber alabado de tal manera su propia obra”, señala el libro.
Más tarde el santo dirá: “¡Oh, María! Espero salvarme con entera certidumbre por vuestro medio. Rogad a Jesús por mí; no os pido otra cosa. Vos me habéis de salvar, porque sois mi esperanza. Entre tanto, no cesaré de repetir estas consoladoras palabras: ¡Oh María, esperanza mía; Vos me habéis de salvar!”.