lunes, 10 de noviembre de 2014

“Venimos de la nada y vamos a la nada”

“Venimos de la nada y vamos a la nada”

Esta frase se me ha quedado en el pensamiento de una de las visitas al hospital ayer. ¿Cómo es posible, que teniendo un hacedor tan amoroso, algunos de sus hijos no son capaces de sentirle?, ¿no son capaces de sentir a Dios?...
¡Cuán triste la existencia de quien piensa de esta manera!... sin esperanza.

Al final, todo ese mal entendido se resume a la falta de amor y a la falta de testimonio de nosotros mismos. Vidas, mejor dicho almas se pierden cada vez que alguno de nosotros obra mal.
Esta frase nos la ha dicho Don Octavio quien estaba ingresado en el hospital porque tenía bronquitis, un señor fuerte, como de unos ochenta años.

Hizo su primera comunión y  dice que solo esa vez en su vida se confesó y comulgó…¿que pasó?, ¿cómo puede una persona pasar su vida entera sin esperanza?...es fácil, me respondo, se entretuvo con el mundo todo este tiempo. Siempre he pensado que el diablo nos quiere muy entretenidos por eso es tan diferente a Jesús que nos quiere muy ocupados.

Si estamos entretenidos se nos pasa la vida, no tenemos tiempo de meditar en la eternidad, no tenemos tiempo de enmendar lo que esta mal. Precisamente ese día de las visitas era la lectura de las “Vírgenes prudentes y las necias”. Definitivamente debemos procurar estar listos y tener aceite en nuestras lamparas siempre porque no sabemos ni el día ni la hora.

No quiero culpar a Don Octavio de todo porque gran parte de este "desencanto en su vida espiritual" lo tienen aquellos que influyeron en su vida cuando era pequeño. No ayudaron a formar su fe por el contrario, le desencantaron y hasta hicieron un gran muro entre el y Cristo.

Tenemos que preguntarnos cada día si somos muros para otros, si levantamos murallas entre Cristo y los hermanos o más bien servimos de puentes o reflectores que apuntan hacia Dios.

Es difícil en unos minutos hacer que alguien comprenda desde la razón a Dios, es difícil además que se puedan desmontar tantas falacias y tantos años de ceguera. Sin embargo, a pesar de que el postulado que pregonaba era incorrecto, en ese momento lo único que podíamos hacer mis hermanos de visita y yo era amarle y contarle  nuestro testimonio… “nosotros ya no hablamos por lo que nos han dicho, sino por lo que hemos visto y oído”…El Maestro, a veces tiene maneras muy raras de buscar a sus hijos y en no pocas ocasiones, utiliza unos instrumentos tan sencillos para llegar a los demás. Es su Gracia y solo ella la que junto al Espíritu hace la labor.

La vida de Gracia de este hombre está agonizante. Imagínense ustedes...¡no comulga y no se confiesa desde hace mas de 60 años!, ¡Dios mio! …no me extraña que diga esa frase tan dura “venimos de la nada y vamos a la nada”…no hay esperanza, no hay luz al final del camino…no hay fuerza para caminar en la verdad, la única verdad.
Cuan desesperante es para un alma no poder sentir a su creador…más aún, negarle…eso se llama apostasía y cuando llega ese punto, es como si el alma no puede encontrar su camino, está pero no sabe que está viva. Camina pero no sabe a donde va y las revelaciones que pudiera ver en el camino, no las quiere ver simplemente porque sus sentidos no pueden ver mas allá de lo evidente y como no tiene fuerzas para nada, apenas tiene solo la fuerza de su bautismo, de aquella única comunión y el sacramento del matrimonio…si, Don Octavio es casado y gracias a Dios, porque así su esposa puede interceder por el y orar por el. La misericordia de Dios es infinita.

Sin embargo, pese a todo esto, me fío de San Pablo cuando dice que allí donde abunda el pecado, sobreabunda la Gracia. Yo creo que es así.

Nosotros, no podemos creer que porque hayamos hecho nuestra primera comunión, con eso basta y por eso nos podemos llamar cristianos. Imagínense ustedes es como que alguien diga “Yo soy músico”, porque tiene una guitarra en el closet guardada…definitivamente, un hombre adulto con una catequesis de 9 años…y una fe que nunca creció, se atrofio…

Y cuan diferente fue luego encontrar un hombre quien casi pierde la vida en una pelea con cuchillos y de la nada nos dice  "yo creo en Jesús, yo creo en Dios, yo se que el quiere "algo" conmigo"...¡bendito seas Maestro, como te buscan las almas!...es que están hechas para ti y Tu las conoces. Tu eres el principio y el fin Señor mio.

La promesa de Jesús es clara, “En la casa de mi padre hay muchas moradas, yo voy a prepararles una y luego vendré a buscarlos para que donde yo esté, estén también ustedes”, a esa promesa me atengo sabiendo que El está con nosotros todos los días, hasta el fin del mundo.

Oremos por tantas almas que se encuentran ciegas, oremos para que abran sus corazones y pidamos también por nosotros y todos los que quieren ser discípulos de Jesús en el mundo, para que realicemos nuestra labor, sin levantar muros, sabiendo que siempre debemos mostrarles el camino hacia Dios.



Una hija muy amada de Dios,
Nathalie Romero de Grau


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Puedes comentar este articulo aquí!