jueves, 27 de agosto de 2015

Efectos Colaterales de Tocar el Cuerpo de Cristo

Hace un par de años escribí esto:

“Ha sido tanto lo que recibo que no tengo como agradecer a Jesús, Comenzando por la Comunión: Tener el cuerpo de Cristo en las manos, ¡eso es un milagro! A veces me quedo mirándolo y le digo: "¡Ay Dios mío, si te mirara como en realidad eres...quedaría ciega!".
Ver tantas almas necesitadas, ver el dolor, la miseria humana me hace valorar todas las cosas que tengo, soy rica, somos ricos, tengo manos, pies, ojos, respiro bien, puedo comer, caminar....”

La verdad creo que me quede corta…Antes de iniciar mi testimonio quiero dejar claro lo que es un efecto colateral y la diferencia con respecto a los efectos secundarios:

El efecto secundario de una medicina representa un daño en algún área del cuerpo; temporal o permanente durante y/o después del efecto curativo del medicamento. Por ejemplo una droga que anestesie pero cause a la larga hipoglicemia; en tanto que la definición de efecto colateral se refiere a efectos paralelos a la administración del medicamento, por ejemplo un medicamento que cure el dolor de cabeza pero cause; como efectos colaterales; irritación de las paredes del estómago.

Cabe aclarar que el efecto secundario por definición es negativo. Mientras que se podría llegar a definir como efecto colateral a un efecto benéfico sobre un área no focalizada del cuerpo.
Tengo que añadir hoy que estar en contacto con la Santa Comunión tiene unos efectos colaterales que hay que tomar en cuenta:

-Sensibilidad palpable a las situaciones de necesidad de los hermanos. Muchas veces de gente que nunca has visto en la vida.

-Mareos y dolor de pecho (de corazón)  por las obras mal  hechas o por los momentos de debilidad cometidos.

-Una alegría inmensa de trabajar en la viña del Señor.

-Crecimiento inexplicable de las virtudes de la Fe y de la Esperanza.

- Positivismo contagioso. Las sonrisas se vuelven pegajosas.

-Aumento del deseo de recibir la absolución en el sacramento de la reconciliación.

-Agradecimiento creciente y concientización sobre las bendiciones y gracias recibidas.

-Convencimiento de que todo es Gracia y de que Todo cuanto es bueno viene de Dios.

- Calor abrazador en el área del corazón que se distribuye en todo el ser.

-Pérdida de peso súbita. Ligereza en el cuerpo, pareciera estar flotando en el cielo.

-Tener la gracia de “ver al Señor” trabajando en persona.

De seguro hay muchas otras de las que aún no me percato.

Hermanos, si ustedes tienen, igual que yo,  el privilegio de llevar la Santa Comunión a los demás hermanos sepan que hay efectos colaterales y que son progresivos mientras se está ejerciendo este ministerio.

Tanto quien come el cuerpo de Cristo como quien lo entrega y lleva en sus manos nunca queda igual; porque quien se topa con Cristo nunca regresa igual y su Gracia va penetrando todo nuestro ser.

Solo me queda decirles que visitemos nuestro Señor en el Sagrario, Él nos espera.

Dios te bendiga.
Una hija amada de Dios,

Nathalie Romero de Grau