jueves, 16 de mayo de 2013

María, madre mía: conocerte mas quiero cada día.



María, madre mía: conocerte mas quiero cada día.


Hace semanas he pedido a Jesus una Gracia: conocer más a su Madre.

El fin de semana pasado, José, mi esposo y  mi amiga Maria Isabel, asistimos a un taller que la "providencia" me tenía preparado: un taller de Mariología.
Qué gran regalo del cielo. Cuan hermoso es Cristo que delicadamente nos da cuanto pedimos si conviene  para el bien de nuestra alma.
Resulta que hace años estoy metida en la meditación de los Santos, en el misterio de la santidad que no es más que el misterio del amor, porque el don de la santidad solamente viene a través del don de la caridad y luego con este vienen todos los demás dones.

Pues, asistí a este curso cual esponja, pedí la ayuda del Santo Espíritu de Dios en cada momento y ha sido tanto lo que aprendí...lo que entendí...lo que comprendí del plan de Dios en mi vida, que no puedo hacer otra cosa que agradecer tanta bondad.
"El que quiera ser santo, escuché, TIENE que empezar por conocer la vida de Maria, quien después de Jesus, es la  primera santa"...esas palabras me llegaron al corazón cual si un rayo entrara en un cuarto oscuro.
-"Tanto tiempo buscando Señora" y sabes que te amo desde chiquita, pero eres tan humilde y sencilla, que no llamas la atención. Simplemente actúas, simplemente haces y nos encaminas a Jesus.
Mi familia y yo estamos muy agradecidos de tu amor Madrecita, muy agradecidos; aunque a veces no te lo decimos tanto como deberíamos.
Tu papel en nuestras vidas ha sido vital. Fuiste tú la que dijiste a tu hijo (como lo hiciste en Canaán): "Se les está acabando el vino"....y luego Jesus hizo y hace cada día.                                                                          A nosotros nos dices...hagan lo que El les diga.
Paso los días perdida entre doctores, santos, beatos, encíclicas, enfermos, liturgia, estudios...y tu Madre, siempre allí, sin decir mucho, sin hacer ruido pero intercediendo por mí.
Admirada de tu belleza estoy, admirada de tu entrega, admirada de tu amor hacia mi familia, hacia los hombres, admirada Madre de tu amor a mi esposo, a mis hijas.
Este Pentecostés, quiero como los apóstoles, estar a tu lado cuando llegue y me renueve el Espíritu de Verdad. Te amo, Mamá!
Es mas fácil todo contigo. Si caigo y no me atrevo ir a Jesus, acudo a ti...y luego tu me llevas a El de nuevo.
Oh Madre querida, piadosa y dulce, bendita seas mil veces en los cielos y en la tierra. Bendito tu si, bendito tu vientre, benditas tus manos que cargaron a Jesus, que le vistieron, que le criaron.

Muchísimos Santos tienen un gran amor por ti, oro con San Bernardo esta oración:

"Si se levantan las tempestades de tus pasiones, mira a la Estrella, invoca a María.
Si la sensualidad de tus sentidos quiere hundir la barca de tu espíritu, levanta los ojos de la fe, mira a la Estrella, invoca a María.
Si el recuerdo de tus muchos pecados quiere lanzarte al abismo de la desesperación, lánzale una mirada a la Estrella del cielo y rézale a la Madre de Dios.
Siguiéndola, no te perderás en el camino. Invocándola no te desesperarás. Y guiado por Ella llegarás seguramente al Puerto Celestial".

Ora pro nobis deum, santa Madre de Dios.

Una hija muy amada de Dios,
Nathalie Romero de Grau


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