martes, 30 de junio de 2015

Estoy de colores… y no soy Gay

Estoy de colores… y no soy Gay, ni les,  ni Bi, ni trans

Hay cosas que se ven más bonitas en siglas:… ABC, (American Broadcasting System) ; BBC (British Broadcasting System); EBITDA - Earnings Before Interest, Taxes, Depreciación and Amortización; DVD –(Digital Video Disk); FBI –( Federal Bureau of Investigation (Oficina Federal de Investigación)…así por el estilo hay muchísimas más. Sin embargo, llama poderosamente mi atención unas siglas que últimamente están escuchándose…demasiado diría yo: LGBT.

Realmente, el que ve las siglas solamente o se refiere a algo que se denomina “Lobby Gay” creo que no acaba de asimilar la degeneración humana tan grande a la que se refiere. Las siglas quieren decir: Lesbianas, gays, bisexuales y transgénero (LGBT : Mujeres con parejas del mismo sexo, Hombres con parejas del mismo sexo, Personas que indistintamente tienen sexo con cualquiera de los dos sexos y personas que cambian su sexualidad a través de procesos quirúrgicos).

La verdad es que en "marketing 001", lo primero que te demuestran es que un producto malo, por más bonito que lo vendas o que te lo vendan…es malo y que si se sigue consumiendo, a la corta o a la larga tendrá efectos colaterales o en detrimento de los mismos usuarios.




En el día de ayer, aprobaron en EEUU el matrimonio entre homosexuales legalmente, lo cual es una catástrofe para la humanidad, una acción más de un gobierno totalmente en contra de la vida, más bien a favor de la muerte y mi comentario, lejos de ser despectivo es realista. Amo ese país, es precioso, pero están cavando su propia tumba; por una sencillísima razón, se están cerrando a la vida y están dando paso al egoísmo del hombre.




El hombre en su afán de hacer las cosas como le da la gana, tal como lo hizo Eva desde el principio: lo que le dió la gana, sin ver las consecuencias de sus decisiones para ella y para los demás. Ese fruto tan atractivo de aquel tiempo sigue estando hoy y para colmo con un “soporte legal”. ¡Cuánto tenemos que orar!, ¡cuánto tenemos que pedir a Dios su misericordia!. Pareciera que el hombre es la única especie que atenta contra su propia vida: relaciones sexuales entre personas del mismo sexo que no generan vida sino depravación; educando a la juventud en sexo oral y anal, promoviendo la homosexualidad como si fuera lícito y normal (y no estoy exagerando, lo acabo de ver en el diario digital).

Respeto todos los hermanos que tengan esas tendencias. Tengo muchisim@s amig@s asi y saben que les respeto.  Los respeto como personas y no me cabe duda de que Dios les ama, sin embargo, las actitudes, el pecado e inducir a otros en esos caminos es una crueldad. Conozco tantos que cada día buscan más y más degradaciones, que se enfrentan a tanto abuso y al final se convierten en guiñapos de personas que pierden la dignidad y terminan degradando a todos los que están a su alrededor porque no tienen identidad, no saben dónde está su interior, perdieron la brújula espiritual.

Con profunda pena escribo estas líneas. Con el corazón apretao’, sentido…impotente ante una situación mundial que debe ser de gran dolor para nuestro Señor. Y no solo para El, sino para la propia humanidad.
¿Es que acaso no existe el temor de Dios?, ¿Es que ya no sabemos hacia dónde va nuestra vida?. Re-leo Sodoma y Gomorra y lo veo tan actual que tengo miedo.

Ver a la gente por moda pintarse el rostro de colores en señal de apoyo a una actividad de esa índole solo quiere decir que el ser huno es capaz de andar en los caminos más oscuros solo por estar a la moda y quedar bien con el mundo.

Pio XII decía que el mundo se pierde por el cansancio de los buenos, yo creo que es verdad. No nos cansemos. Creo en la humanidad, creo en que la Gracia abunda donde está el pecado. Creo en el bien y en la gente. Creo que podemos hacer grandes y buenas cosas, en que podemos elegir el bien.

Repetir mucho una cosa no quiere decir que es verdad. Sigue estando mal.

El día de hoy puedo decir a boca llena, estoy de Colores, pero no de los colores que ahora quiere pintar el mundo, sino de los Colores de la Gracia de Dios, de los Colores que se viven en las virtudes teologales de la Fe, la esperanza y la caridad. Estoy de Colores, pero no los del libertinaje, sino los de la libertad plena, los que no me hacen presa de los más bajos instintos sino participe del mas bello ideal. Estoy de Colores y donde camino pretendo caminar en Gracia de Dios, busco los sacramentos, comulgo, rezo, voy a misa, me confieso y mis colores se avivan cada vez más. Creo en los colores que un día Cristo me presentó, porque así como hizo la alianza con Noé y marcó con el arcoíris su sello de amistad, así un día llenó de hermosos colores mi corazón y hasta el día de hoy puedo ver su belleza cada despertar, cada momento, cada día.

Estoy de Colores hermanos y no soy gay. Creo en la familia, creo en la vida, creo en los valores. Creo que el ser humano es capaz de alcanzar grandes fronteras del universo, pero sobre todo que con la ayuda de Dios, es capaz de alcanzar las fronteras de su corazón y su dignidad como ser humano.

Oremos hermanos, oremos porque ahí donde abundó el pecado, sobre abundó la gracia de Dios.
Dios les bendiga.

jueves, 18 de junio de 2015

“Yo era católica”, pobre y mala estrategia de marketing

Tengo tantas cosas en la cabeza que ni sé por dónde empezar.

VOY PAL CIELO, estoy aquí de paso, eso lo tengo clarísimo y para eso hay que trabajar. No es "por default" vamos para allá, sino trabajando y haciendo el bien. Hay que ser auténtico y coherente con lo que creemos. Si usted se enlista en el ejército y nunca se entrena ni sirve en la milicia usted no puede decir que es guardia. Si usted se inscribe en la “uni” para estudiar medicina y nunca asiste a una clase ni ha operado, ni consulta o indica medicamentos porque esté inscrito en la universidad no puede decir que es médico; igualito, si a usted lo bautizaron en la iglesia católica y nunca asiste a los sacramentos, no entiende la misa, no tiene un apostolado ayudando a los necesitados y no vive un proceso de conversión, entonces no puede decir que es católico. Vamos a llamar las cosas por su nombre y seamos auténticos con lo que decimos y hacemos.

El día de ayer una hermana protestante invitaba a una hermana católica a visitar su iglesia y la “promesa de comunicación” que le decía (porque así se llama en el marketing) era esta: “Yo era católica” y ahora estoy en esta iglesia.

Dos sentimientos afloraron en mi interior al ser testigo lejano de la situación:
Primero, una honda tristeza por la gran ignorancia que se hacía evidente ya que esa persona que ahora visita e invita otra iglesia nunca fue católica, nunca conoció su fe y peor aún, posiblemente nunca la conocerá. El tema con la poca formación religiosa es un problema latente que necesita una acción rápida en todos los ambientes. Un tema de responsabilidad no solo de los sacerdotes sino también de nosotros los laicos puesto que todos somos iglesia. Muchas veces escuchamos que la culpa de la poca formación recae en los curas, sin embargo, hace unos días escuché a mi esposo decir una frase que le conmovió mucho: “nadie nos ha prohibido formarnos nosotros mismos” y es así, el hombre que se sabe redimido, bautizado, tiene una misión y parte de esa misión en la tierra es conocerla. Ahora con tantos avances todos los documentos, videos y materiales están disponibles en internet y gratis.



La persona de quien escribo ni siquiera asistía a misa cada domingo, mucho menos al sacramento de la reconciliación. Tampoco se preocupaba por llevar a su esposo o a su hijo a la iglesia y aun así, fruto de ese mismo desconocimiento total se atreve a decir “yo era católica”. A veces quisiera poder pasar en un “chip” a la cabecita de los demás todo lo que hasta el momento he aprendido sobre Jesús, sobre su santa iglesia, sobre su amada Madre, sobre los Santos…tanta riqueza. 

Cada día hay que formarse más, aprender más de las cosas de Dios; un católico instruido, jamás será confundido; estos hermanos nuestros, dedicados a ganar gente para su iglesia se valen de cualquier texto fuera de contexto para usarlo como excusa de sus afirmaciones deformadas de la verdad y no quiero decir que todos sean por malicia porque precisamente ese es el problema, hay gente buena en esas iglesias que no lo hacen por malicia, pero por el amor a Dios, hermana no venda algo sobre la base de una mentira (por cierto, no se les parece a alguien que le encanta vender mentiras y medias verdades?), porque todo sale a la luz.
Si estas anunciando el reino de Dios y lo haces echando tierra o hablando mal de los católicos...creo que debes revisar tu estrategia de comunicación, porque si es así y no tienes argumentos validos, si yo fuera protestante me preguntaría seriamente que esta pasando y para muestra un botón, pueden buscar, en ese aspecto las vidas de Scott Hahn o Fernando Casanova, ex protestantes, entre muchos otros,  porque a ellos les pasó eso: buscaron la verdad. No era suficiente argumento la doctrina de "hacerle la contra a la iglesia católica" y una vez empezaron a buscar, encontraron y según ellos, llegaron a su hogar.

El reino de los cielos necesita obreros aquí en la tierra. Hay muchísima gente que aún no conoce el amor de Dios. Mucha gente caminando por el mundo sin saberse hijo, hija de Dios. Mucha necesidad inmensa de llevar el mensaje. 

El segundo sentimiento que me provocó es una pregunta que me retumba en el corazón, ¿cual es la certeza que tenemos en cuanto a nuestra misión apostólica?, “Id anunciad el evangelio a todas las gentes, a todos los pueblos”. Tenemos que ser un pueblo misionero. Un pueblo en permanente vigilia y movimiento. NO PODEMOS SER CRISTIANOS DE BANCO. A la iglesia entramos para alimentarnos, para fortalecernos, recibir todo lo que nuestra alma necesita y luego darlo a los demás. Tenemos que salir de las iglesias a brindarnos, a darnos, solo saliendo es que el Santo Espíritu nos va conformando a la imagen del Cristo. Solo así podemos hacer completo seguimiento de su persona; hay que salir, hay que anunciar, hay que brindar.

Que la gracia de Dios llene nuestras vidas y nos bendiga con nuevos bríos apostólicos en todas nuestras cosas. Que el fuego de aquel amor primero de ese encuentro con Cristo sea reavivado y engrandecido en sus corazones siempre hasta la eternidad. Amen.

lunes, 15 de junio de 2015

Peregrinos hacia una ciudad permanente...llena de color





A ti que llevas el alma llena de angustias y de
ilusiones;

a ti que, aspirando a mucho, sientes en tus
miembros la ley de la carne;

a ti, que notas que el mundo te disgusta y
quieres algo más auténtico;

a ti, que no te resignas a una vida mediocre,
y eres peregrino que no encuentras en la
tierra una ciudad permanente,
y te sabes caminante de un más allá;

Cristo cuenta con cada uno de nosotros para
llevar su mensaje.

El mandato de Cristo es claro: Proclamen el evangelio a todas las gentes
a todos los pueblos.
Ustedes están en el mundo pero no son del mundo.

Sigamos caminando de la mano del Señor que El nos llevara a puerto seguro.

Dios te bendiga.




lunes, 8 de junio de 2015

¿Cómo orar cuando alguien te hace sufrir?



Hay personas que nos hacen sufrir. Sabiéndolo o no, queriéndolo o no, pero nos hacen pasar malos ratos. Nos duelen sus palabras hirientes, sus actitudes humillantes, sus tratos despóticos, su falta de responsabilidad, sus infidelidades, sus prontos temperamentales, sus olvidos y negligencias…

Ante personas así podemos reaccionar siendo con ellos de la misma manera que son ellos con nosotros: "para que se enteren", "para que vean lo que se siente". O bien podemos enfrentarlos, decirles sus verdades y ponerles un alto. O incluso evadir el problema ignorándolo y dejándolo a su suerte. Pero sabemos que estos recursos pocas veces funcionan.

Sin embargo, podemos también buscar el momento y las palabras más adecuadas para hacerle ver lo que está sucediendo. Podemos poner amor: "Donde no hay amor, pon amor y encontrarás amor" (San Juan de la Cruz). Y por fin, orar por ellos.

Orar por una persona querida es fácil, pero orar por una persona que te hace daño es difícil.

Apenas traes a la memoria a esa persona en la oración y se te retuerce el estómago. Y si llegas a formular una oración, lo más probable es que ésta sea para pedirle a Dios que lo parta un rayo, que le dé una buena lección o que lo cree de nuevo. Aún si te salen estos sentimientos, intenta de nuevo. Verás que la oración irá ablandando tu corazón, pues en la oración se hace presente el Espíritu de Dios que es amor, y Él, el Amor en persona, irá renovando tu corazón. Y te dirás: "pero de lo que se trataba era de que el otro cambiara". Sí, pero al orar por quien te hace sufrir te darás cuenta de que el primero que comienza a cambiar eres tú mismo.

Al rezar por quienes te hacen sufrir:

Te das la oportunidad de desahogarte y de hacerlo con quien es todopoderoso y puede remediar las cosas. Desahogarse con Dios sana y libera. Poner en manos de Dios aquello que no puedes controlar ni remediar es de personas sensatas.

Dios te hace ver que el rencor, la venganza, la falta de perdón, el resentimiento, el odio, no son virtudes cristianas, y que más bien debes aprender a ser como es Dios con nosotros: rico en misericordia, dispuesto a perdonarme siempre (aunque no lo merezca), tolerante, paciente, compasivo. “Perdónales, Padre, porque no saben lo que hacen” (Lc 23, 34) “Hoy estarás conmigo en el Paraíso”. (Lc 23, 43)

Rezas con coherencia y sinceridad el padrenuestro y le das a tu Padre celestial excusa suficiente para perdonarte. “Perdónanos nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden”.

El Espíritu Santo comienza a modelar tu corazón conforme al Suyo. Verás que todo ese rencor que llevas dentro es veneno que intoxica, vinagre que amarga la vida, y que a medida que te purificas de él y lo suples con la miel de la caridad cristiana, la vida se te hace mucho más llevadera. Ya bastante mal te lo pasas con el sufrimiento que el otro te impone como para que lo amplifiques con el reflujo de tu propia amargura.

Y no te quede la menor duda de que si rezas con fe y caridad por quienes te hacen sufrir, Dios actuará. No esperes resultados inmediatos, simplemente espera con absoluta confianza

Tal vez te pueda servir esta oración de intercesión y sanación del P. Emiliano Tardif:

Padre de bondad, Padre de amor, te bendigo, te alabo y te doy gracias porque por amor nos diste a Jesús. Gracias Padre porque a la luz de tu Espíritu comprendemos que él es la luz, la verdad y el buen pastor, que ha venido para que tengamos vida y la tengamos en abundancia.

Hoy, Padre, quiero presentarte a este hijo(a). Tú lo(a) conoces por su nombre. Te lo(a) presento, Señor, para que Tú pongas tus ojos de Padre amoroso en su vida. Tú conoces su corazón y conoces las heridas de su historia. Tú conoces todo lo que él ha querido hacer y no ha hecho. Conoces también lo que hizo o le hicieron lastimándolo. Tú conoces sus limitaciones, errores y su pecado. Conoces los traumas y complejos de su vida.

Hoy, Padre, te pedimos que por el amor que le tienes a tu Hijo, Jesucristo,derrames tu Santo Espíritu sobre este hermano(a) para que el calor de tu amor sanador, penetre en lo más íntimo de su corazón. Tú que sanas los corazones destrozados y vendas las heridas, sana a este hermano, Padre. Entra en ese corazón, Señor Jesús, como entraste en aquella casa donde estaban tus discípulos llenos de miedo. Tú te apareciste en medio de ellos y les dijiste: "paz a vosotros". Entra en este corazón y dale tu paz. Llénalo de amor. Sabemos que el amor echa fuera el temor. Pasa por su vida y sana su corazón.

Sabemos, Señor, que Tú lo haces siempre que te lo pedimos, y te lo estamos pidiendo con María, nuestra madre, la que estaba en las bodas de Caná cuando no había vino y Tú respondiste a su deseo, transformando el agua en vino. Cambia su corazón y dale un corazón generoso, un corazón afable, un corazón bondadoso, dale un corazón nuevo.

Haz brotar, Señor, en este hermano(a) los frutos de tu presencia. Dale el fruto de tu Espíritu que es el amor, la paz y la alegría. Haz que venga sobre él el Espíritu de las bienaventuranzas, para que él pueda saborear y buscar a Dios cada día viviendo sin complejos ni traumas junto a su esposo(a), junto a su familia, junto a sus hermanos.

Te doy gracias, Padre, por lo que estás haciendo hoy en su vida. Te damos gracias de todo corazón porque Tú nos sanas, porque tu nos liberas, porque Tú rompes las cadenas y nos das la libertad. Gracias, Señor, porque somos templos de tu Espíritu y ese templo no se puede destruir porque es la Casa de Dios. Te damos gracias, Señor, por la fe. Gracias por el amor que has puesto en nuestros corazones.

¡Qué grande eres Señor!, Bendito y alabado seas, Señor.


Fuente: Aleteia / Pildorasdefe.com