jueves, 18 de junio de 2015

“Yo era católica”, pobre y mala estrategia de marketing

Tengo tantas cosas en la cabeza que ni sé por dónde empezar.

VOY PAL CIELO, estoy aquí de paso, eso lo tengo clarísimo y para eso hay que trabajar. No es "por default" vamos para allá, sino trabajando y haciendo el bien. Hay que ser auténtico y coherente con lo que creemos. Si usted se enlista en el ejército y nunca se entrena ni sirve en la milicia usted no puede decir que es guardia. Si usted se inscribe en la “uni” para estudiar medicina y nunca asiste a una clase ni ha operado, ni consulta o indica medicamentos porque esté inscrito en la universidad no puede decir que es médico; igualito, si a usted lo bautizaron en la iglesia católica y nunca asiste a los sacramentos, no entiende la misa, no tiene un apostolado ayudando a los necesitados y no vive un proceso de conversión, entonces no puede decir que es católico. Vamos a llamar las cosas por su nombre y seamos auténticos con lo que decimos y hacemos.

El día de ayer una hermana protestante invitaba a una hermana católica a visitar su iglesia y la “promesa de comunicación” que le decía (porque así se llama en el marketing) era esta: “Yo era católica” y ahora estoy en esta iglesia.

Dos sentimientos afloraron en mi interior al ser testigo lejano de la situación:
Primero, una honda tristeza por la gran ignorancia que se hacía evidente ya que esa persona que ahora visita e invita otra iglesia nunca fue católica, nunca conoció su fe y peor aún, posiblemente nunca la conocerá. El tema con la poca formación religiosa es un problema latente que necesita una acción rápida en todos los ambientes. Un tema de responsabilidad no solo de los sacerdotes sino también de nosotros los laicos puesto que todos somos iglesia. Muchas veces escuchamos que la culpa de la poca formación recae en los curas, sin embargo, hace unos días escuché a mi esposo decir una frase que le conmovió mucho: “nadie nos ha prohibido formarnos nosotros mismos” y es así, el hombre que se sabe redimido, bautizado, tiene una misión y parte de esa misión en la tierra es conocerla. Ahora con tantos avances todos los documentos, videos y materiales están disponibles en internet y gratis.



La persona de quien escribo ni siquiera asistía a misa cada domingo, mucho menos al sacramento de la reconciliación. Tampoco se preocupaba por llevar a su esposo o a su hijo a la iglesia y aun así, fruto de ese mismo desconocimiento total se atreve a decir “yo era católica”. A veces quisiera poder pasar en un “chip” a la cabecita de los demás todo lo que hasta el momento he aprendido sobre Jesús, sobre su santa iglesia, sobre su amada Madre, sobre los Santos…tanta riqueza. 

Cada día hay que formarse más, aprender más de las cosas de Dios; un católico instruido, jamás será confundido; estos hermanos nuestros, dedicados a ganar gente para su iglesia se valen de cualquier texto fuera de contexto para usarlo como excusa de sus afirmaciones deformadas de la verdad y no quiero decir que todos sean por malicia porque precisamente ese es el problema, hay gente buena en esas iglesias que no lo hacen por malicia, pero por el amor a Dios, hermana no venda algo sobre la base de una mentira (por cierto, no se les parece a alguien que le encanta vender mentiras y medias verdades?), porque todo sale a la luz.
Si estas anunciando el reino de Dios y lo haces echando tierra o hablando mal de los católicos...creo que debes revisar tu estrategia de comunicación, porque si es así y no tienes argumentos validos, si yo fuera protestante me preguntaría seriamente que esta pasando y para muestra un botón, pueden buscar, en ese aspecto las vidas de Scott Hahn o Fernando Casanova, ex protestantes, entre muchos otros,  porque a ellos les pasó eso: buscaron la verdad. No era suficiente argumento la doctrina de "hacerle la contra a la iglesia católica" y una vez empezaron a buscar, encontraron y según ellos, llegaron a su hogar.

El reino de los cielos necesita obreros aquí en la tierra. Hay muchísima gente que aún no conoce el amor de Dios. Mucha gente caminando por el mundo sin saberse hijo, hija de Dios. Mucha necesidad inmensa de llevar el mensaje. 

El segundo sentimiento que me provocó es una pregunta que me retumba en el corazón, ¿cual es la certeza que tenemos en cuanto a nuestra misión apostólica?, “Id anunciad el evangelio a todas las gentes, a todos los pueblos”. Tenemos que ser un pueblo misionero. Un pueblo en permanente vigilia y movimiento. NO PODEMOS SER CRISTIANOS DE BANCO. A la iglesia entramos para alimentarnos, para fortalecernos, recibir todo lo que nuestra alma necesita y luego darlo a los demás. Tenemos que salir de las iglesias a brindarnos, a darnos, solo saliendo es que el Santo Espíritu nos va conformando a la imagen del Cristo. Solo así podemos hacer completo seguimiento de su persona; hay que salir, hay que anunciar, hay que brindar.

Que la gracia de Dios llene nuestras vidas y nos bendiga con nuevos bríos apostólicos en todas nuestras cosas. Que el fuego de aquel amor primero de ese encuentro con Cristo sea reavivado y engrandecido en sus corazones siempre hasta la eternidad. Amen.

1 comentario:

  1. Excelente!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
    algo pareceido comparti hace unos años en mi blog creciendoenuestrafe.blogspot.com un católico de verdad no se va. Lo que pasa es que lamentablemente todo el que no va a nada, por cultura dice que es católico sin serlo realmente. Bendiciones, exclenete artículo.

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