lunes, 22 de septiembre de 2014

"Pecados Favoritos", Propósito de enmienda y el regalo de la Reconciliación

Propósito de enmienda. Me he quedado pensando en este punto todo el fin de semana.

Tuve la gracia de confesarme y recibir el perdón de manos de Jesús (porque eso es lo que pasa cuando nos confesamos). Y en verdad, este medio extraordinario, que Cristo nos dejó. Ayuda infinitamente a vencer las tentaciones con mayor eficacia.

No podemos andar por allí creyendo que por ir a la iglesia y asistir a los sacramentos regularmente estamos en gracia, ya con eso estamos pecando pues lamentablemente comentemos muchos errores todos los días y nuestro juicio, a medida que se va ensuciando la claridad de nuestro espíritu, se va empañando y cada vez vemos menos las cosas como realmente son, a la luz de Dios. Empezamos a acomodar las cosas a nuestra conveniencia.

¿Cuando no estamos en gracia?, es fácil darse cuenta. Empezamos a sentir una cierta incomodidad que se va formando por la suma de los pecados veniales, a medida que se van acumulando, sentimos como que nos falta algo. Como que hacemos las mismas cosas, pero no avanzamos, no confiamos igual…se nos va enlodando el espíritu. Lo malo de eso es …como que te “anestesias” y esa anestesia, por llamarla de alguna forma, no viene de Dios, viene del mal espíritu que te quiere sucio, te quiere paralizado, te quiere desconcertado y tibio.

La buena noticia, es que podemos pedir el auxilio del Santo Espíritu para que nos ilumine y en un momento de lucidez, vayamos a recibir el don del perdón y asumamos con dolor nuestras imperfecciones confesandolas abiertamente al mismo Cristo que nos espera.

Les comarto un truco que he descubierto: cuando tengo mucha pena por algún pecado cometido y me da trabajo decirlo, recurro a Maria. Ella me hace más fácil el camino. Increíblemente…siempre le es más fácil a un hijo ir donde la Madre y ella le ayuda a conseguir lo que necesita. Así es Maria, ella no perdona, pero si intercede y nos hace el camino más fácil. Nos lleva a su hijo que nos reconcilia con el Padre.


Cuando escucho las palabras…”por la potestad conferida a la iglesia”…“yo te  absuelvo de todos tus pecados en el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo”….no tengo palabras más que Gracias Señor por tu misericordia.

Qué grande es tu iglesia Señor!, Que hermosos tus sacramentos!... Como era tan sorprendente la divina misericordia dispuesta a perdonar, el Señor fue preparando a sus Apóstoles y a sus discípulos, perdonando Él mismo los pecados al paralítico de Cafarnaúm (Lucas 5,18-26), a la mujer pecadora (Lucas 7,37-50), y prometiendo además a los Apóstoles, la potestad de perdonar o de retener los pecados: "Les aseguro que lo que ustedes aten aquí en la tierra, también quedará atado en el cielo, y lo que ustedes desaten aquí en la tierra, también quedará desatado en el cielo" (Mateo 18,18).




Para que no hubiera duda de que los poderes que había prometido a San Pedro personalmente (Mateo 16,19) y a los demás Apóstoles con él (Mateo 18,18), incluían el de perdonar los pecados "Sopló sobre ellos y les dijo: --Reciban el Espíritu Santo. A quienes ustedes perdonen los pecados, les quedarán perdonados; y a quienes no se los perdonen, les quedarán sin perdonar" (Juan 20,22-23). De otra manera, si la Iglesia no tuviera esa potestad, no podría explicarse la voluntad salvífica de Dios.

Los cristianos estamos llamados a la santidad; para ello hay que vivir en gracia de Dios; El pecado, como explica el Papa Juan Pablo II, es un acto suicida, porque ante todo, el hombre se daña a sí mismo, destruyendo toda obra buena.

Como les comente, me he quedado pensando en el  “ Propósito de enmienda”, realmente debemos hacernos la propuesta de por lo menos tratar de no caer de nuevo en la misma falta. Con voluntad, repasando nuestras acciones diariamente porque sino, como dice un Padre muy querido, tendremos un amplio repertorio de “Pecados Favoritos" y no progresaremos en la vida de Gracia en la que supone debemos ir creciendo.



Generales de la Reconciliación: 

¿Qué es necesario para hacer una buena confesión?
Para hacer una buena confesión es necesario:
1º Examen de conciencia.
2º Dolor de los pecados.
3º Propósito de enmienda.
4º Decir los pecados al confesor.
5º Cumplir la penitencia.

¿Qué es el examen de conciencia?
Es recordar los pecados cometidos desde la última confesión bien hecha.

¿Qué es el dolor de los pecados?
Es un sentimiento o pena interior de haber ofendido a Dios.

¿Qué es propósito de la enmienda?
El propósito de la enmienda es una firme resolución de no volver a pecar y de evitar todo lo que pueda ser ocasión de cometer pecados.

¿Qué pecados debemos confesar?
Debemos confesar todos los pecados mortales no confesados anteriormente, con su número y circunstancias. Conviene decir también los pecados veniales.

¿Qué pecado comete el que calla por vergüenza la confesión de algún pecado mortal?
El que calla por vergüenza la confesión de algún pecado mortal comete un grave pecado llamado sacrilegio, y no se le perdonan los otros pecados confesados.

¿Qué ocurre si se olvida la confesión de un pecado mortal?
Si se olvida la confesión de un pecado mortal, la confesión vale, pero el pecado olvidado debe manifestarse en la próxima confesión.

¿Qué es cumplir la penitencia?
Cumplir la penitencia es rezar las oraciones y hacer las buenas obras que manda el confesor.

Dios bendiga todas tus cosas y nos permita crecer en santidad cada día. Que podamos examinarnos bajo su luz y actuar para tener siempre el propósito de enmendar nuestras miserias. Amén. 

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