Una de las cosas más incomodas es cuando estamos en algún lugar y queremos avanzar, pasar al otro lado y la puerta está cerrada. No te pasa que sientes una impotencia al no poder abrirla ? . Y ni se diga si tenemos alguna llave y aun así no podemos accesar, no abre. La puerta sigue cerrada.
Muchas veces tenemos la oportunidad de ser puertas abiertas para otros, abiertas en escucha, abiertas en brindar oportunidades, abiertas a la comprensión, abiertas al progreso, a la colaboración y sin embargo nos convertimos en puertas cerradas, como grandes murallas para los hermanos.
Una de las cosas más lindas de las comunidades es poder contar con un grupo de hermanos que te ayuda a crecer, sin embargo muchas veces viendo la realidad de las cosas encontramos celos, orgullos, complejos... inconvenientes del ser humano que no aportan en nada a ese crecimiento sino mas bien a atrofiar los buenos deseos de los demás.
Una vez llevamos cierto tiempo caminando dentro de los caminos de Dios, tal como indica Santa Teresa de Jesús "hay almas a las que no se les puede llamar la atención, porque tienen tanto tiempo tratando con las cosas de virtud que se creen perfectas", es fácil que perdamos el norte de las cosas: el ideal de Cristo, el sabor por las cosas eternas, la caridad y paciencia con el hermano, como tantas veces las ha de haber tenido Jesús con nosotros y todavía las tiene!.
En estos días EL PAPA FRANCISCO DIJO: "Piense en una madre soltera que va a la Iglesia o a la parroquia, y le dice al secretario: QUIERO BAUTIZAR A MI HIJO. Y el que le atiende le dice: No, no se puede, porque no se ha casado...Tengamos en cuenta que esta madre tuvo el valor para continuar con un embarazo, y con qué se encuentra? Con una puerta cerrada! Y así, si seguimos este camino y con esta actitud, no estamos haciendo bien a la gente, el Pueblo de Dios. Jesús creó los siete sacramentos y con este tipo de actitud creamos un octavo: ¡el sacramento de la aduana pastoral! QUIEN SE ACERCA A LA IGLESIA DEBE ENCONTRAR PUERTAS ABIERTAS Y NO FISCALES DE LA FE".
Fiscales de la fe, si, porque nos ponemos como algunos de nuestros hermanos (y no me gusta hacer comparaciones - pero esta es una frase que la aprendí con mi esposo y la verdad no le veo mejor definición-), no ponemos como "cónsules del infierno" a dar visa para allá a todo el que creamos no cumple o no es digno. Por amor a Dios!, no nacimos sabiendo todo lo que sabemos, todo toma tiempo!. Acoger al hermano y ayudarle a aprender y hacer las cosas correctas es nuestro papel, con paciencia, con caridad, no restregándole sus faltas!, no haciéndole sentir que lo poco que hace esta mal o no sirve, así no crece el reino de Dios, así solo crece nuestra idolatría personal y la vanidad de decir "que bien lo hago yo", "yo si se cómo hacer las cosas", "no hay nadie que lo haga bien"...donde esta Cristo en eso?, Cuando el Maestro dijo algo así?, Acaso espera eso El de nosotros?.
Muchas veces tenemos la oportunidad de ser puertas abiertas para otros, abiertas en escucha, abiertas en brindar oportunidades, abiertas a la comprensión, abiertas al progreso, a la colaboración y sin embargo nos convertimos en puertas cerradas, como grandes murallas para los hermanos.
Una de las cosas más lindas de las comunidades es poder contar con un grupo de hermanos que te ayuda a crecer, sin embargo muchas veces viendo la realidad de las cosas encontramos celos, orgullos, complejos... inconvenientes del ser humano que no aportan en nada a ese crecimiento sino mas bien a atrofiar los buenos deseos de los demás.
Una vez llevamos cierto tiempo caminando dentro de los caminos de Dios, tal como indica Santa Teresa de Jesús "hay almas a las que no se les puede llamar la atención, porque tienen tanto tiempo tratando con las cosas de virtud que se creen perfectas", es fácil que perdamos el norte de las cosas: el ideal de Cristo, el sabor por las cosas eternas, la caridad y paciencia con el hermano, como tantas veces las ha de haber tenido Jesús con nosotros y todavía las tiene!.
En estos días EL PAPA FRANCISCO DIJO: "Piense en una madre soltera que va a la Iglesia o a la parroquia, y le dice al secretario: QUIERO BAUTIZAR A MI HIJO. Y el que le atiende le dice: No, no se puede, porque no se ha casado...Tengamos en cuenta que esta madre tuvo el valor para continuar con un embarazo, y con qué se encuentra? Con una puerta cerrada! Y así, si seguimos este camino y con esta actitud, no estamos haciendo bien a la gente, el Pueblo de Dios. Jesús creó los siete sacramentos y con este tipo de actitud creamos un octavo: ¡el sacramento de la aduana pastoral! QUIEN SE ACERCA A LA IGLESIA DEBE ENCONTRAR PUERTAS ABIERTAS Y NO FISCALES DE LA FE".
Fiscales de la fe, si, porque nos ponemos como algunos de nuestros hermanos (y no me gusta hacer comparaciones - pero esta es una frase que la aprendí con mi esposo y la verdad no le veo mejor definición-), no ponemos como "cónsules del infierno" a dar visa para allá a todo el que creamos no cumple o no es digno. Por amor a Dios!, no nacimos sabiendo todo lo que sabemos, todo toma tiempo!. Acoger al hermano y ayudarle a aprender y hacer las cosas correctas es nuestro papel, con paciencia, con caridad, no restregándole sus faltas!, no haciéndole sentir que lo poco que hace esta mal o no sirve, así no crece el reino de Dios, así solo crece nuestra idolatría personal y la vanidad de decir "que bien lo hago yo", "yo si se cómo hacer las cosas", "no hay nadie que lo haga bien"...donde esta Cristo en eso?, Cuando el Maestro dijo algo así?, Acaso espera eso El de nosotros?.
Mientras más personas aprenden, mas hermanos se integran, mas grande será el Cuerpo místico de Cristo, mayor Gloria recibe el Padre Celestial y más podemos hacer.
Seamos verdaderas puertas que se abran a las necesidades de nuestra Iglesia, que unamos y ayudemos a pasar a mejores niveles a todos nuestros hermanos. Seamos puertas abiertas de par en par a través de las cuales transite la cristiandad sin trabas ni complejos, sin mediocridades. Seamos una gran Puerta que solo conduzca a Cristo, tan amplia como una puerta de palacio pues al otro lado lo que queremos mostrar es al Rey de Reyes: Cristo Resucitado.
Seamos verdaderas puertas que se abran a las necesidades de nuestra Iglesia, que unamos y ayudemos a pasar a mejores niveles a todos nuestros hermanos. Seamos puertas abiertas de par en par a través de las cuales transite la cristiandad sin trabas ni complejos, sin mediocridades. Seamos una gran Puerta que solo conduzca a Cristo, tan amplia como una puerta de palacio pues al otro lado lo que queremos mostrar es al Rey de Reyes: Cristo Resucitado.