lunes, 25 de agosto de 2014

“A mí me convirtieron”

En una de las habitaciones  del hospital estaba una linda anciana, Maria Eulogia se llama, con el pelo blanco, corto, sentada en una silla al lado de su cama, con el suero puesto en un brazo, nos recibe con una sonrisa:

-“Buenos días”, nos dice.

Seguido a este saludo, nos presentamos, le decimos que venimos con la buena noticia de que no está sola, que Jesús está con ella y asiente con sus ojos y su cabeza, como dando gracias por el mensaje.

Le pregunto a qué iglesia asiste. Y me dice que ella va a la iglesia, yo le insisto –“si, pero ¿a cuál va?”, ¿usted es católica?, ¿recibe la comunión?...

Era una ancianita mas o menos así, como esta de la imagen.

Después de un corto silencio me responde:

-“A mí me convirtieron”.  Me lo dijo bajando la cabeza como no queriendo mirarme a los ojos.

- ¿Si?, le pregunté. No pude dejar de percibir un dejo de tristeza en la Sra., pero traté de no hacérselo notar.
-Y entonces ¿a cuál iglesia va ahora?
- “Al Arca dela Salvación”

Continuamos conversando con Doña Maria y entre una cosa y otra, para animarla le dijimos que tiene un nombre muy bonito, el nombre de la Madre de nuestro Señor Jesús. Ella sonrió.  Quedamos en pedir por ella a Dios para que sanara rápido y regrese a su hogar restablecida.

Al salir de la habitación, me retumbaba en el interior la frase  “A mí me convirtieron”. La verdad es que muchas veces siento compasión por los hermanos que en su ignorancia son sacados de nuestra iglesia. Y digo ignorancia porque cuando existe un mínimo de conocimiento es muy difícil que te hagan cambiar de iglesia con argumentos débiles como los que actualmente  utilizan muchas sectas; y no quiero entrar en este momento en temas polémicos sobre los argumentos, el diezmo , la prosperidad y otros tantos.

Me puse a pensar… ella no dijo “me convertí”, sino me convirtieron….cuando realmente la conversión: primero, es un hecho particular, individual y segundo, no es una acción única, de una momento, sino que es un proceso que inicia con un encuentro:  el encuentro con la persona de Jesús.

Siempre me ha encantado la frase de “La salvación es una conquista” y es un trabajo arduo, duro, un trabajo diario, hasta el fin de los días.

Me puse a buscar luego en internet y descubrí que la iglesia que ella nombra tiene solo 70 años de historia. ¡Solo 70!, …¡la Sra. Tenía más edad que la iglesia!... Tremendas realidades que encontramos en nuestros días, pero que sin embargo existen desde siempre, porque casi inmediatamente que nace el cristianismo nace la apologética y defensa de nuestra fe contra tantas barbaridades.

El cuerpo de Cristo está llamado a ser uno y cada día debemos tomar más conciencia de nuestra fe, nuestros pilares, nuestra iglesia. No para entrarles a “cristazos” a los demás, ¡jamás!, pero si para que podamos ayudar a otros a formarse, a no desinformarse sobre nuestra doctrina, tan rica, tan llena de belleza, tan única.

Al final, me parece que esta pobre hermanita a la que “convirtieron” no está ni ella misma convencida de esto y me imagino que eso, a sus años debe traerle mucha inquietud. Oro por ella, estando segura de que el Señor, que es misericordioso, sabrá valorar su corazón y sus obras hechas con amor y no le tomara en cuenta acciones que haya realizado provocadas por desaprensivos o algún interesado en materia de fe.
Conozcamos nuestra fe. Conozcamos nuestra iglesia y más aún, realmente convirtámonos cada día según el evangelio  para que Cristo llegue a ser, en nosotros, lo que El aspira a ser en cada uno. Dejemos que el Santo Espíritu haga su trabajo.

Dios les bendiga.

Un "Selfie apostólico", jajaja. Jesús, Joseline y yo en la capilla del hospital.

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