Pasamos 40 días preparándonos para celebrar la Pascua y al final parece como si la dinamita se nos acaba justo cuando tiene que encenderse.
La grandeza de los sacrificios, de los actos litúrgicos, de todas las celebraciones que nos brinda nuestra Santa Iglesia está en los frutos que para nuestro bien, recibimos de ellas. Esa grandeza reside en que nuestra vida debe ir transformándose a medida que pasa el tiempo en conforme a los criterios de Cristo y de acuerdo a la voluntad del Padre.
Un cristiano que sigue igual después de un tiempo, revísese…porque se estancó. 10, 20, 30 cuaresmas…jamás puedo ser igual, tiene que existir un propósito de mejorar constantemente. Tiene que existir una voluntad férrea de elegir el bien en todo momento…y HACERLO.
Mejorar como persona, como esposo-esposa, como hijo-hija-, como hermano-hermana, como amigo-amiga. Elegir el bien en todo momento y hacerlo es tarea apremiante.
Se necesitan manos en la masa, trabajadores en la amplia viña de Dios. Una viña que tenemos a pocos pasos en nuestros hogares y me atrevo a decir…a pocos pies de distancia. A veces, la tenemos justo al lado y no nos damos cuenta… Nos pasa como Maria Magdalena, que busca a Cristo en la tumba sin entender que Él está vivo; es un cambio de mentalidad.
¡Está VIVO!, pero es que no queremos abrir los ojos y darnos cuenta de esa bella realidad.
- “pero… ¿dónde lo encuentro?”…me dirás…
- En tu hermano, tu esposo, en tu jefe, en el chofer del carro público, o el que maneja el taxi que te lleva. Búscalo allí y veras cuanta necesidad hace tu luz, cuanta necesidad de servicio, de amor, de esperanza…de perdón.
- “Es que ya lo he tratado todo”…me dirás luego, … “Yo me brindo y nunca recibo”…
A lo que te voy a responder:
- ¿Acaso no tiene nuestro Padre gran paciencia contigo y conmigo?, ¿acaso no se cansa de buscarnos y amarnos a pesar de nuestras carencias y metidas de pata que a cada momento realizamos?, ¿acaso no has conocido y recibido el perdón?, ese perdón inexplicable que brota solo del amor?, Somos testigos de la misericordia del Señor en nuestras vidas, en mis miserias…y ¿cómo es entonces que no puedo dar lo que he recibido?, ¿egoísmo?, ¿pereza?, ¿vanagloria, ¿soberbia?....La paciencia es una virtud que se ejercita a través de momentos que de alguna manera son fuertes y nos libra de tener tristeza, pero es una virtud que debe ejercitarse para desarrollarse.
Dice Santa Teresa: "La paciencia todo lo alcanza". Y San Francisco de Sales, dice: “No te apresures a responder hasta que no te acaben de preguntar. La paciencia y el tiempo hacen más que la fuerza y la violencia. Ten paciencia con todas las cosas, pero sobre todo contigo mismo”. Y Baltasar Gracián: “Quien tiene paciencia, obtendrá lo que desea. Tened paciencia y tendréis ciencia. Lo que no se puede evitar hay que llevarlo con paciencia. La paciencia es la fortaleza del débil y la impaciencia la debilidad del fuerte. La paciencia es la más heroica de las virtudes, precisamente porque carece de toda apariencia de heroísmo”. San Agustín en su libro De Patientia: “La paciencia es un don de Dios tan grande que en ella se manifiesta incluso la paciencia del que nos la da”.
“¿Por qué es tan difícil perdonar y olvidar? Yo lo llamo “vivir en el recuerdo”. Cuando nuestra Fe y nuestra Esperanza son débiles, podemos vivir inmersos en un recuerdo triste. Durante años revivimos y reavivamos ese momento de dolor y enojo, hasta que se nos deforma el alma y se nos endurece el corazón. En ese estado, empezamos a justificar todas nuestras debilidades por esa experiencia dolorosa que recordamos una y otra vez. A esa altura, es imposible ver las propias faltas con humildad y tratar de cambiar nuestra conducta indeseable para bien. Al final, un día nos percatamos de que estamos atrapados en un ciclo sin fin de frustración, enojo y tristeza.
Esa es una situación peligrosa ya que, a menos que rompamos ese patrón, todo lo que nos suceda cada día será un recuerdo de ese incidente que nos lastimó tanto. La tensión va a ir en aumento hasta que la vida entera se va a ver destruida por frustraciones que no existen. Es fácil imaginarse al hermano mayor cargado de amargura contra su hermano descarriado durante mucho tiempo. Si eligiera rechazar la alegría de la reconciliación y el sacrificio, cosecharía solamente tristeza y tormentos. Se estaría cargando sobre las espaldas ese rencor cada vez que viera a su hermano. Pero sería la opción que él mismo escogió la que le causaría tristeza.
¿Cuál es la solución? Sin duda, no es hacer de cuenta que no tenemos problemas ni sentimientos, ni que nunca hubo ofensa. No se pueden enterrar los sentimientos ni los recuerdos a costa de una gran fuerza de voluntad. Eso no sirve.
No, la respuesta requiere de un enfoque completamente distinto. Debemos usar esos sentimientos que nos provocan dolor como una oportunidad para imitar al Padre, nuestro Dios Compasivo, Misericordioso y Amante, que hace salir el sol sobre justos e injustos. Tenemos que empezar a ver lo sucedido como algo que Él permitió que pasara para nuestra santificación, para hacernos santos según nuestra reacción ante ese acontecimiento doloroso.” (extracto escrito Madre Angélica)
En nuestra vida, el tiempo, las palabras y las oportunidades pasan y no regresan nunca. No tenemos tiempo que perder. ¿El ayer?...pues bien…ya pasó. ¿Acaso puedes cambiarlo?, no, entonces ¿para que sigues estancado allí?. Del ayer solo podemos tomar las enseñanzas que nos pueden ayudar a tomar mejores decisiones, para hacer un mejor día de hoy, un mejor mañana.
Todos los días podemos soñar con un futuro mejor, con un ideal firme pero sin descuidar nuestro hoy que a la larga, es lo único que tenemos como oportunidad para hacer el bien, para amar, para elegir el cielo.
Las oportunidades también pasan y si no somos listos y abrimos los ojos, se nos pueden escapar de las manos.
- “El mundo va muy aprisa”…me dirás también…el tiempo no me da.
- Dios nos ha permitido vivir en una época… “¡bellísima!. “¡Me encanta la tecnología!, los medios, el ciber espacio, las redes sociales, el texting….todo. Y es que precisamente tenemos que estar en todo…y también en misa! .Alimentarnos, recibir las fuerzas necesarias y salir donde nos toque a repartir luz. Fíjate bien… “donde nos toque”. Donde Dios te puso. No es necesario inventarse una peregrinación a Tierra Santa (que debe ser genial también), porque Tierra Santa para cada uno de nosotros debe ser donde pisa nuestra familia, nuestros amigos, todos los conocidos y los más pobrecitos necesitados.
Resulta que Cristo Resucito. ¡Si!, y ahora ¿qué vas a hacer tu?, ¿qué voy a hacer yo?
- ¡No quiero quedarme en la tumba Señor!. Quiero salir contigo. Quiero salir a tu encuentro, quiero verte en los que me cuesta…si, en ese que es un problema porque todo lo discute, porque aún no te conoce, porque no es tan dichoso como yo. O en esta persona que lleva 20 años en la iglesia y resulta que no me saluda… “no lo entiendo Señor, no sé porque no me saluda y me hiere que no lo haga…y volteo la cara para no tener que asumir dar el primer paso…pero ayúdame tu Maestro…ayúdame a mirarte a ti en ese hermano, en esa hermana…ayúdame a entender que el amor SIEMPRE se adelanta.”
Somos testigos del amor de Cristo y Él nos enseña como actuar…¡por amor a Dios!...El Santo Espíritu nos indica cómo actuar, pero muchas veces, no le dejamos; nuestro yo, nuestro ego es más grande que nuestro amor y lo ponemos por encima de esa otra persona. ¡Ay si nuestro Padre del cielo fuera así…estaríamos todos acribillados, fulminados!.
Este tiempo de Pascua, es tiempo de acción. Tiempo de estar prestos a dar razón de nuestra fe. Tiempo de ser rostro de Cristo, manos de Cristo, corazón de Cristo.
Es una oportunidad para salir de nuestra comodidad, salir de nuestro egoísmo, nuestros demonios…es más, démosles vacaciones permanentes ya. Hagamos el intento cada día de poner nuestra voluntad y ofrecer nuestras obras. Pequeñas obras de bien…más bien diría…pequeñísimas obras de bien con las que daremos Gloria a nuestro Padre.
Siempre podemos hacerlo mejor, siempre hay algo que mejorar. Pidamos la gracia de que esta Pascua, podamos ser luz y sal en nuestros ambientes; que podamos llevar fe, alegría y esperanza a todos los que están a nuestro lado con la certeza de que al cielo vamos y solos nunca estamos.
Termino con un par de frases de la muy querida Madre Angélica:
"Dios quiere que estés en el mundo, pero que seas tan diferente del mundo hasta que lo cambies. Manos a la obra".
"No se puede ir al cielo odiando a alguien. Perdona ahora".
"Incluso el diablo cree que Dios existe. Creer tiene que cambiar la forma en que vivimos".
Dios te bendiga
NATHALIE ROMERO DE GRAU, Hija muy amada de Dios. Escritos, Reflexiones y Acción Apostólica
martes, 29 de marzo de 2016
Llegó la Pascua... ¿ y ahora?
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Adiós querida Madre Angelica
Madre Angélica partió al cielo ya.
He querido dedicar esta entrada a ella, porque su vida ha marcado tanto la mía y la de mi familia, que no puedo dejar pasar este momento sin agradecerle desde aquí, de alguna manera su "Si" a Cristo.
Gracias DIOS por la obra hecha a través de la Madre Angélica, que a ejemplo de María dio un SI, elevamos nuestra Oración por su alma, en Paz descanse y que los Ángeles la reciban en el cielo. Hasta luego hermana nuestra.
Te comparto dos cosas: 12 Frases de ella y un link con varios de sus escritos.
Aquí te comparto un link a sus escritos para que los puedas descargar. Son gratis:
https://www.ewtn.com/spanish/madreangelica/reflexiones/libretas.asp
12 Frases de la Madre Angélica que te ayudarán en tu vida cristiana.
IRONDALE, 27 Mar. 16 (ACI).- La Madre Angélica siempre será una de las figuras más representativas de la televisión católica. Sus programas en EWTN marcaron a varias generaciones y nunca olvidaremos sus enseñanzas, gran carisma y entrega a la misión. Esta son algunas de sus frases memorables.
o "Aquellos que dicen la verdad te aman. Los que te dicen lo que quieres oír se aman a sí mismos".
o "El amor no es un sentimiento; es una decisión".
o "Incluso el diablo cree que Dios existe. Creer tiene que cambiar la forma en que vivimos".
o "Dios quiere que estés en el mundo, pero que seas tan diferente del mundo hasta que lo cambies. Manos a la obra".
o "No se puede ir al cielo odiando a alguien. Perdona ahora".
o "Si tienes una cruz, cárgala. Es para hacerte santo".
o "Tus planes, proyectos, sueños tienen que ser siempre más grandes que tú, para que Dios tenga espacio para trabajar".
o "La fe es lo que te ayuda a comenzar. La esperanza es lo que te mantiene en marcha. El amor es lo que te lleva hasta el final".
o "La santidad es una hermosa lucha".
o "Si estás siguiendo a Dios, él nunca te muestra el final. Es siempre un camino de fe".
o "Una vez que contemplas la humildad de Jesús en la Eucaristía, ¿cómo es posible justificar tu orgullo?"
o "Supongo que así debe ser morir: estar listo y ser capaz de mirar hacia atrás a las luchas de la vida y saber que Dios era tu compañero constante".
Hasta luego Madre Angélica, gracias por tu ejemplo.
He querido dedicar esta entrada a ella, porque su vida ha marcado tanto la mía y la de mi familia, que no puedo dejar pasar este momento sin agradecerle desde aquí, de alguna manera su "Si" a Cristo.
Gracias DIOS por la obra hecha a través de la Madre Angélica, que a ejemplo de María dio un SI, elevamos nuestra Oración por su alma, en Paz descanse y que los Ángeles la reciban en el cielo. Hasta luego hermana nuestra.
Te comparto dos cosas: 12 Frases de ella y un link con varios de sus escritos.
Aquí te comparto un link a sus escritos para que los puedas descargar. Son gratis:
https://www.ewtn.com/spanish/madreangelica/reflexiones/libretas.asp
12 Frases de la Madre Angélica que te ayudarán en tu vida cristiana.
IRONDALE, 27 Mar. 16 (ACI).- La Madre Angélica siempre será una de las figuras más representativas de la televisión católica. Sus programas en EWTN marcaron a varias generaciones y nunca olvidaremos sus enseñanzas, gran carisma y entrega a la misión. Esta son algunas de sus frases memorables.
o "Aquellos que dicen la verdad te aman. Los que te dicen lo que quieres oír se aman a sí mismos".
o "El amor no es un sentimiento; es una decisión".
o "Incluso el diablo cree que Dios existe. Creer tiene que cambiar la forma en que vivimos".
o "Dios quiere que estés en el mundo, pero que seas tan diferente del mundo hasta que lo cambies. Manos a la obra".
o "No se puede ir al cielo odiando a alguien. Perdona ahora".
o "Si tienes una cruz, cárgala. Es para hacerte santo".
o "Tus planes, proyectos, sueños tienen que ser siempre más grandes que tú, para que Dios tenga espacio para trabajar".
o "La fe es lo que te ayuda a comenzar. La esperanza es lo que te mantiene en marcha. El amor es lo que te lleva hasta el final".
o "La santidad es una hermosa lucha".
o "Si estás siguiendo a Dios, él nunca te muestra el final. Es siempre un camino de fe".
o "Una vez que contemplas la humildad de Jesús en la Eucaristía, ¿cómo es posible justificar tu orgullo?"
o "Supongo que así debe ser morir: estar listo y ser capaz de mirar hacia atrás a las luchas de la vida y saber que Dios era tu compañero constante".
Hasta luego Madre Angélica, gracias por tu ejemplo.
lunes, 21 de marzo de 2016
REFLEXIÓN PARA CADA DÍA DE LA SEMANA SANTA
Este es un texto del P. José Pedro Manglano Castellary que me parece muy practico y edificante.
Tenemos la suerte de saber, por el evangelio, lo que hizo Jesucristo cada uno de los días de esta semana. Aquí lo tienes. Es la semana más importante de todo el año. Con cada cosa que hizo y dijo, nos quiso enseñar. Habla con Él sobre eso.
El jueves, viernes y domingo hay Oficios; aunque el jueves y el viernes no es obligatoria la asistencia, ojalá puedas ir los tres días.
LUNES SANTO (21 de Marzo)
¿Qué hizo hoy Jesús? Jesús ha dormido en el pueblo de Betania, en la casa de Lázaro, Marta y María, sus mejores amigos. A media mañana sube andando a Jerusalén, que está a unos cuatro kilómetros. En el camino, como es la hora de comer tiene hambre. Se acerca a una frondosa higuera, llena de hojas, pero en la que no hay higos, entonces la secó por no tener frutos. Al llegar a Jerusalén, va al templo y lo encuentra lleno de comerciantes haciendo negocios y los echa a latigazos, pidiéndonos que tratemos con respeto a Dios y a las cosas de Dios. Por la tarde pasa por el monte de los olivos, donde estuvo haciendo un rato de oración, y vuelve a pie a Betania.
A lo mejor Dios tampoco encuentra en ti los frutos que Él esperaba. Pídele perdón. ¿Tratas con respeto a Dios y a sus cosas? ¿Cómo te comportas en Misa, en el Oratorio, o en la Iglesia? ¿Haces con cariño las genuflexiones? Cuando oyes blasfemias, ¿pides perdón a Dios interiormente?
Fíjate como Jesús dedicaba todos los días a hacer un rato de oración como tú ahora. No lo dejes ningún día, aunque sea unos pocos minutos.
MARTES SANTO (22 de Marzo)
Jesús vuelve a Jerusalén. Pasan por el lugar de la higuera maldecida. Al ver el templo, profetiza que será destruído. Los discípulos están tristes porque Jesús les anuncia que dentro de dos días le matarán. Los cristianos, como Él, hemos aprendido a cumplir siempre la voluntad de Dios Padre, por encima de todo. Por ejemplo, Juana de Arco, cuando estaba al frente de sus soldados franceses, en una gran batalla contra Inglaterra, Dios le anuncia que ese día será herida. Entonces una amiga suya le dice que no vaya a pelear. Y Juana le contesta en tono irónico: "sal tú y di a mis generales que Juana de Arco no luchará porque tiene miedo a ser herida". Y salió valerosamente al frente de sus soldados, y fue gravemente herida.
No tengamos miedo de aceptar la voluntad de Dios. ¡Señor, sí, Tú siempre quieres lo mejor para mí! Quiero lo que quieras, quiero porque quieres, quiero mientras quieras.
MIÉRCOLES SANTO (23 de Marzo)
Jesús se queda en Betania. Simón, el leproso que había sido curado por Jesús, invita al Señor a comer en su casa, por lo agradecido que le estaba. Mientras están comiendo, entra en la casa una mujer del pueblo llamada María; rompe un frasco de perfume carísimo y lo echa a los pies del Señor. Los besa y los seca con sus cabellos. A Jesús le gustó ese detalle de cariño.
Es entonces cuando Judas busca a los jefes del pueblo judío y les dice: "¿Qué me dais si os lo entrego?". Ellos se alegraron y prometieron darle dinero.
¿Eres agradecido como Simón por las veces que a ti también te he curado de tus pecados? Cada vez, después de confesarte, dale gracias por haberte perdonado.
A Jesús le gustará que hoy tengas algún detalle de cariño con Él, como María. Piensa ahora uno concreto y regálaselo ya.
JUEVES SANTO (24 de Marzo)
La última Cena. Por la mañana de¡ Jueves, Pedro y Juan se adelantan para preparar la cena en Jerusalén. A la tarde llegaron al Cenáculo. Allí Jesús lavó los pies uno a uno. Luego, sentados a la mesa celebra la primera Misa: les da a comer su Cuerpo y su Sangre y les ordena sacerdotes a los Apóstoles para que, en adelante, ellos celebren la Misa. Judas salió del Cenáculo antes, para entregarle. Jesús se despidió de su Madre y se fue al huerto de los Olivos. Allí sudó sangre, viendo lo que le esperaba. Los discípulos se durmieron. Llegó Judas con todos los de la sinagoga y le da un beso. Entonces, le cogieron preso y todos los Apóstoles huyeron. Lo llevan al Palacio de Caifás, el Sumo Sacerdote. Le interrogan durante toda la noche: no duerme nada.
Hazle tú hoy compañía al Señor, que está solo. Haz el propósito de no abandonarle nunca, y de visitarle con frecuencia en el sagrario.
VIERNES SANTO (25 de Marzo)
Hoy muere. Al amanecer del viernes, le juzgan. Tiene sueño, frío, le han dado golpes. Deciden condenarle y lo llevan a Pilatos. Judas, desesperado, no supo volver con la Virgen y pedir perdón, y se ahorcó. Los judíos prefirieron a Barrabás. Pilatos se lava las manos y manda crucificar a Jesús. Antes, ordenó que le azotaran. La Virgen está delante mientras le abren la piel a pedazos con el látigo. Después, le colocan una corona de espinas y se burlan de Él. Jesús recorre Jerusalén con la Cruz. Al subir al Calvado se encuentra con su Madre. Simón le ayuda a llevar la Cruz. Alrededor de las doce del mediodía, le crucificaron. Nos dio a su Madre como Madre nuestra y hacia las tres se murió y entregó el espíritu al Padre. Para certificar la muerte, le traspasaron con una lanza. Por la noche, entre José de Arimatea y Nicodemo le desclavan, y dejan el Cuerpo en manos de su Madre. Son cerca de las siete cuando le entierran en el sepulcro.
¡Dame, Señor dolor de amor! Ojalá lleves en el bolsillo un crucifijo y lo beses con frecuencia.
SÁBADO SANTO (26 de Marzo)
Jesús ha muerto. Todo el día de hoy, su Cuerpo reposa en el sepulcro, frío y sin vida. Ahora nos damos cuenta de lo que pesan nuestros pecados. Jesús ha muerto para redimirnos.
Estamos tristes. La Virgen María también está triste, pero contenta porque sabe que resucitará. Los Apóstoles van llegando a su lado, y Ella les consuela.
Pasa el día unido a la Virgen, y con Ella acompáñale a Jesús en el sepulcro. Haz el propósito de correr al regazo de la Virgen cuando te hayas separado de Él.
DOMINGO DE RESURRECCIÓN (27 de Marzo)
En cuanto se hace de día, tres mujeres van al sepulcro donde Jesús estaba enterrado y ven que no está su Cuerpo. Un Ángel les dice que ha resucitado. Van corriendo donde está la Virgen con los Apóstoles y les dan la gran noticia: ¡Ha resucitado! Pedro y Juan corren al sepulcro y ven las vendas en el suelo. Ahora entienden que Jesús es Dios. El desconsuelo que tenían, ayer, se transforma en una inmensa alegría. Y rápidamente lo transmiten a los demás Apóstoles y discípulos. Y todos permanecen con la Virgen esperando el momento de volver a encontrarse con el Señor.
Desde entonces, todos los cristianos podemos tratar al Señor, que está Vivo. Hoy estamos muy contentos y es momento de darle constantemente gracias a Dios.
Como Pedro y Juan, tú también tienes que preocuparte de que tus amigos sepan que Jesús ha resucitado, y le traten. Pídele esa preocupación.
Tenemos la suerte de saber, por el evangelio, lo que hizo Jesucristo cada uno de los días de esta semana. Aquí lo tienes. Es la semana más importante de todo el año. Con cada cosa que hizo y dijo, nos quiso enseñar. Habla con Él sobre eso.
El jueves, viernes y domingo hay Oficios; aunque el jueves y el viernes no es obligatoria la asistencia, ojalá puedas ir los tres días.
LUNES SANTO (21 de Marzo)
¿Qué hizo hoy Jesús? Jesús ha dormido en el pueblo de Betania, en la casa de Lázaro, Marta y María, sus mejores amigos. A media mañana sube andando a Jerusalén, que está a unos cuatro kilómetros. En el camino, como es la hora de comer tiene hambre. Se acerca a una frondosa higuera, llena de hojas, pero en la que no hay higos, entonces la secó por no tener frutos. Al llegar a Jerusalén, va al templo y lo encuentra lleno de comerciantes haciendo negocios y los echa a latigazos, pidiéndonos que tratemos con respeto a Dios y a las cosas de Dios. Por la tarde pasa por el monte de los olivos, donde estuvo haciendo un rato de oración, y vuelve a pie a Betania.
A lo mejor Dios tampoco encuentra en ti los frutos que Él esperaba. Pídele perdón. ¿Tratas con respeto a Dios y a sus cosas? ¿Cómo te comportas en Misa, en el Oratorio, o en la Iglesia? ¿Haces con cariño las genuflexiones? Cuando oyes blasfemias, ¿pides perdón a Dios interiormente?
Fíjate como Jesús dedicaba todos los días a hacer un rato de oración como tú ahora. No lo dejes ningún día, aunque sea unos pocos minutos.
MARTES SANTO (22 de Marzo)
Jesús vuelve a Jerusalén. Pasan por el lugar de la higuera maldecida. Al ver el templo, profetiza que será destruído. Los discípulos están tristes porque Jesús les anuncia que dentro de dos días le matarán. Los cristianos, como Él, hemos aprendido a cumplir siempre la voluntad de Dios Padre, por encima de todo. Por ejemplo, Juana de Arco, cuando estaba al frente de sus soldados franceses, en una gran batalla contra Inglaterra, Dios le anuncia que ese día será herida. Entonces una amiga suya le dice que no vaya a pelear. Y Juana le contesta en tono irónico: "sal tú y di a mis generales que Juana de Arco no luchará porque tiene miedo a ser herida". Y salió valerosamente al frente de sus soldados, y fue gravemente herida.
No tengamos miedo de aceptar la voluntad de Dios. ¡Señor, sí, Tú siempre quieres lo mejor para mí! Quiero lo que quieras, quiero porque quieres, quiero mientras quieras.
MIÉRCOLES SANTO (23 de Marzo)
Jesús se queda en Betania. Simón, el leproso que había sido curado por Jesús, invita al Señor a comer en su casa, por lo agradecido que le estaba. Mientras están comiendo, entra en la casa una mujer del pueblo llamada María; rompe un frasco de perfume carísimo y lo echa a los pies del Señor. Los besa y los seca con sus cabellos. A Jesús le gustó ese detalle de cariño.
Es entonces cuando Judas busca a los jefes del pueblo judío y les dice: "¿Qué me dais si os lo entrego?". Ellos se alegraron y prometieron darle dinero.
¿Eres agradecido como Simón por las veces que a ti también te he curado de tus pecados? Cada vez, después de confesarte, dale gracias por haberte perdonado.
A Jesús le gustará que hoy tengas algún detalle de cariño con Él, como María. Piensa ahora uno concreto y regálaselo ya.
JUEVES SANTO (24 de Marzo)
La última Cena. Por la mañana de¡ Jueves, Pedro y Juan se adelantan para preparar la cena en Jerusalén. A la tarde llegaron al Cenáculo. Allí Jesús lavó los pies uno a uno. Luego, sentados a la mesa celebra la primera Misa: les da a comer su Cuerpo y su Sangre y les ordena sacerdotes a los Apóstoles para que, en adelante, ellos celebren la Misa. Judas salió del Cenáculo antes, para entregarle. Jesús se despidió de su Madre y se fue al huerto de los Olivos. Allí sudó sangre, viendo lo que le esperaba. Los discípulos se durmieron. Llegó Judas con todos los de la sinagoga y le da un beso. Entonces, le cogieron preso y todos los Apóstoles huyeron. Lo llevan al Palacio de Caifás, el Sumo Sacerdote. Le interrogan durante toda la noche: no duerme nada.
Hazle tú hoy compañía al Señor, que está solo. Haz el propósito de no abandonarle nunca, y de visitarle con frecuencia en el sagrario.
VIERNES SANTO (25 de Marzo)
Hoy muere. Al amanecer del viernes, le juzgan. Tiene sueño, frío, le han dado golpes. Deciden condenarle y lo llevan a Pilatos. Judas, desesperado, no supo volver con la Virgen y pedir perdón, y se ahorcó. Los judíos prefirieron a Barrabás. Pilatos se lava las manos y manda crucificar a Jesús. Antes, ordenó que le azotaran. La Virgen está delante mientras le abren la piel a pedazos con el látigo. Después, le colocan una corona de espinas y se burlan de Él. Jesús recorre Jerusalén con la Cruz. Al subir al Calvado se encuentra con su Madre. Simón le ayuda a llevar la Cruz. Alrededor de las doce del mediodía, le crucificaron. Nos dio a su Madre como Madre nuestra y hacia las tres se murió y entregó el espíritu al Padre. Para certificar la muerte, le traspasaron con una lanza. Por la noche, entre José de Arimatea y Nicodemo le desclavan, y dejan el Cuerpo en manos de su Madre. Son cerca de las siete cuando le entierran en el sepulcro.
¡Dame, Señor dolor de amor! Ojalá lleves en el bolsillo un crucifijo y lo beses con frecuencia.
SÁBADO SANTO (26 de Marzo)
Jesús ha muerto. Todo el día de hoy, su Cuerpo reposa en el sepulcro, frío y sin vida. Ahora nos damos cuenta de lo que pesan nuestros pecados. Jesús ha muerto para redimirnos.
Estamos tristes. La Virgen María también está triste, pero contenta porque sabe que resucitará. Los Apóstoles van llegando a su lado, y Ella les consuela.
Pasa el día unido a la Virgen, y con Ella acompáñale a Jesús en el sepulcro. Haz el propósito de correr al regazo de la Virgen cuando te hayas separado de Él.
DOMINGO DE RESURRECCIÓN (27 de Marzo)
En cuanto se hace de día, tres mujeres van al sepulcro donde Jesús estaba enterrado y ven que no está su Cuerpo. Un Ángel les dice que ha resucitado. Van corriendo donde está la Virgen con los Apóstoles y les dan la gran noticia: ¡Ha resucitado! Pedro y Juan corren al sepulcro y ven las vendas en el suelo. Ahora entienden que Jesús es Dios. El desconsuelo que tenían, ayer, se transforma en una inmensa alegría. Y rápidamente lo transmiten a los demás Apóstoles y discípulos. Y todos permanecen con la Virgen esperando el momento de volver a encontrarse con el Señor.
Desde entonces, todos los cristianos podemos tratar al Señor, que está Vivo. Hoy estamos muy contentos y es momento de darle constantemente gracias a Dios.
Como Pedro y Juan, tú también tienes que preocuparte de que tus amigos sepan que Jesús ha resucitado, y le traten. Pídele esa preocupación.
miércoles, 2 de marzo de 2016
8 consejos sobre la Confesión que te regala San Francisco de Sales
Antes de realizar una confesión, primero hay que tener conciencia de lo que vamos a decir. Hay que hacer un esfuerzo en recordarlo todo .
Hay que hacer como una recapitulación de nuestras vidas, a la luz de la Palabra de Dios, a la luz de los mandamientos del Amor de Dios, y no solo las que ocurrieron después de la última confesión, sino también, aquellos que no logramos decir por causa de omisión u olvido.
A continuación te presentamos 8 buenos consejos que nos dejó un gran Santo de de Dios: San Francisco de Sales. Espero que puedan ayudarte:
1.- Confiésate devota y humildemente cada ocho días: Aunque la conciencia no te acuse de ningún pecado mortal; de esta manera, en la confesión, no sólo recibirás la absolución de los pecados veniales que confieses, sino también una gran fuerza para evitarlos en adelante...
2.- Ten siempre un verdadero disgusto por los pecados confesados: Por muy pequeños que sean, haz un firme propósito de enmendarte en adelante. Muchos confiesan los pecados veniales por costumbre y como por cumplimiento, sin pensar para nada en su enmienda, por lo que andan, durante toda su vida, bajo el peso de los mismos, y, de esta manera, pierden muchos bienes y muchas ventajas espirituales...
3.- No hagas acusaciones superfluas, que muchos hacen por rutina: Evita decir: «No he amado a Dios como debía»; «no he rezado con la debida devoción»; «no he amado al prójimo cual conviene»; «no he recibido los sacramentos con la reverencia que se requiere», y otras cosas parecidas... diciendo esto, no le das un detalle a tu confesor del estado de tu conciencia... Examináte en las cosas específicas de la que hayas de acusarte, y, cuando las hayas descubierto, acúsate de ellas, con sencillez e ingenuidad: «he visto un pobre necesitado, y no lo he socorrido como podía»
4.- No te limites a decir los pecados veniales en cuanto al hecho; antes bien, acúsate del motivo que te ha inducido a cometerlos.
5.- No te contentes con decir que has mentido sin dañar a nadie: di si lo has hecho por vanagloria, para excusarte o alabarte, en broma o por terquedad.
6.- Di si te has dejado llevar del placer en la conversación, y así de otras cosas. Di si has caído muchas veces en esta falta, pues la duración acrecienta el pecado, porque es mucha la diferencia entre una vanidad pasajera, que aquella que ha recreado en nuestro corazón, durante algún tiempo
7.- Conviene decir el hecho, el motivo y la duración de los pecados, pues los que quieren purificar bien sus almas, para llegar más fácilmente a la santa devoción, han de ser muy diligentes en dar a conocer al médico espiritual el mal, por pequeño que sea, del cual desean ser curados.
8.- No cambies fácilmente de confesor, sino, una vez hayas elegido uno, continua dándole cuenta de conciencia, los días destinados a ello, confesándole ingenua y francamente los pecados que hubieres cometido, y, de vez en cuando, por ejemplo cada mes, o cada dos meses, dale también cuenta del estado de tus inclinaciones...
"La confesión y la contrición son tan bellas y de tan buen olor, que borran la fealdad y disipan el hedor del pecado" (San Francisco de Sales)
San Francisco de Sales, (1608). Introducción a la vida devota, De la santa confesión (Capítulo XIX)
Introducción, edición y aportes de PildorasdeFe.net
Aquí les comparto el link completo:
http://www.pildorasdefe.net/post/conocetufe/IHS.php?id2=8-consejos-confesion-francisco-sales-conoce-fe-oracion-reflexion
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