lunes, 10 de junio de 2013

Hacer las cosas por amor a Cristo tiene sus diferencias

Últimamente he estado en un proceso de meditación interna y he tenido tantas actividades que la verdad me sorprende ver que  Dios, así como Jesús multiplico los panes, nos "multiplica" a nosotros el tiempo para trabajar en sus cosas.

De seguro te has preguntado cómo lograr vivir en  proceso de oración entre tantas tareas diarias?: el secreto es la oración. Ese es el oasis del día.  Y me refiero a la oración plena, no solamente a la oración de sacar un ratito (que no está mal y es necesario), sino, como decía Santa Teresa de Jesús: que toda tu vida sea un cántico de alabanza. Vivir con Cristo presente en todo momento. 

Vivir en constante unión con Jesús, invocando el Espíritu Santo. Saber que en todo mi día, Jesús va conmigo: en el carro, en el trabajo, en las comidas, siempre. Hacer de nuestra vida una oración eterna. Hacer todo por El y para El.
Uno se da cuenta de que verdaderamente las cosas cambian cuando se hacen por amor a Cristo.



Les cuento esto que me ocurrió:

El otro día, me tocó sacar la basura de mi casa, era un fin de semana largo y se habían acumulado varias fundas de basura en la cocina y bueno, había que sacarlas. Cuando agarre la funda casi salgo corriendo porque el olor me lo encontré tan feo que fui  lo más rápido posible  hasta el basurero para salir de esa "peste".  -"Que mal olor!"  yo le decía a mi hija mayor..."pero esta basura si huele mal!"....

A la noche, fue que me di cuenta de esta gran realidad que les quiero comunicar: resulta que cuando vamos al hospital a visitar los enfermos, muchas veces, en las habitaciones hay olor a orina, hay calor, humedad, no todo mundo tiene una habitación con "acondicionador de aire",  a veces hay pacientes que huelen mal porque se hacen sus necesidades encima, los pobrecitos y no pueden controlarlo, en fin, hay muchas cosas que son mucho peores que una simple "funda de basura de la cocina" y sin embargo, esos olores no me "molestan", cual es la diferencia?,...claro!, pensé... es que lo hago por amor a Cristo, ahí está la diferencia!, ahí está el asunto.

Me reí para mis adentros y comprendí tantas cosas...

Comprendí que cuando hacemos las cosas y nos dan trabajo o las vemos difíciles, casi siempre no las hacemos por amor a Dios. Si ponemos la mirada en las cosas del cielo siempre, claro con los pies en la tierra, sería todo mas fácil. 
Encomendemos todo nuestro día y dejemos trabajar al Santo Espíritu, así vamos a tener  una oración que dure 24 horas, ya que el trabajo, manejar, cocinar, hacer las tareas de la casa, coger el carro público, ir al banco, todo es oración, si se hace con la mirada puesta en Dios. 

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