Amigos: Gran tesoro en esta lectura.
Iniciamos el domingo el tiempo de Adviento. Saquemos provecho de este tiempo. La conversión debe y tiene que ser algo "palpable" en nuestra vida. Es normal que tengamos un poco de miedo...porque cuesta. Construir siempre cuesta, pero da unos frutos muy dulces para Gloria de Dios. Iniciemos este tiempo en el que viene nuestro Salvador, salvando internamente en nosotros mismos, todo lo que puede ser salvado...piensa: alguna cosa oscura que no esta muy bien?, dentro de ti?, tu sabrás que hay que salvar, que se debe traer a la luz de la verdad, que se debe liberar. Existen muchas maneras equivocadas de vivir el cristianismo, muchas actitudes erróneas que nos alejan a nosotros mismos y peor aun, a los que están a nuestro lado. Es tiempo de trabajar, es tiempo de esperanza.
Estas lineas mas abajo las escribió Alberto Hurtado, un hombre como tu y yo, de ahora, que actuaba en sus cosas ordinarias con excelencia, mas que eso, con santidad. Las comparto con gran recogimiento en mi alma.
Iniciamos el domingo el tiempo de Adviento. Saquemos provecho de este tiempo. La conversión debe y tiene que ser algo "palpable" en nuestra vida. Es normal que tengamos un poco de miedo...porque cuesta. Construir siempre cuesta, pero da unos frutos muy dulces para Gloria de Dios. Iniciemos este tiempo en el que viene nuestro Salvador, salvando internamente en nosotros mismos, todo lo que puede ser salvado...piensa: alguna cosa oscura que no esta muy bien?, dentro de ti?, tu sabrás que hay que salvar, que se debe traer a la luz de la verdad, que se debe liberar. Existen muchas maneras equivocadas de vivir el cristianismo, muchas actitudes erróneas que nos alejan a nosotros mismos y peor aun, a los que están a nuestro lado. Es tiempo de trabajar, es tiempo de esperanza.
Estas lineas mas abajo las escribió Alberto Hurtado, un hombre como tu y yo, de ahora, que actuaba en sus cosas ordinarias con excelencia, mas que eso, con santidad. Las comparto con gran recogimiento en mi alma.
SAN ALBERTO HURTADO, ALGUNAS MANERAS ERRADAS DE TRANSFIGURASE EN CRISTO:
“Para unos, la imitación de Cristo se reduce a un estudio histórico de Jesús. Van a buscar el Cristo histórico y se quedan en Él. Lo estudian. Leen el Evangelio, investigan la cronología, se informan de las costumbres del pueblo judío... Y su estudio, más bien científico que espiritual, es frío e inerte. La imitación de Cristo para éstos se reduciría a una copia literal de la vida de Cristo. Pero no es esto. Para otros, la imitación de Cristo es más bien un asunto especulativo. Ven en Jesús como el gran legislador; el que soluciona todos los problemas humanos, el sociólogo por excelencia; el artista que se complace en la naturaleza, que se recrea con los pequeñuelos... Para unos es un artista, un filósofo, un reformador, un sociólogo, y ellos lo contemplan, lo admiran, pero no mudan su vida ante Él. Cristo permanece sólo en su inteligencia y en su sensibilidad, pero no ha trascendido a su vida misma.”
“Otro grupo de personas creen imitar a Cristo preocupándose, al extremo opuesto, únicamente de la observancia de sus mandamientos, siendo fieles observadores de las leyes divinas y eclesiásticas. Escrupulosos en la práctica de los ayunos y abstinencias. Contemplan la vida de Cristo como un prolongado deber, y nuestra vida como un deber que prolonga el de Cristo. A las leyes dadas por Cristo ellos agregan otras, para completar los silencios, de modo que toda la vida es un continuo deber, un reglamento de perfección, desconocedor en absoluto de la libertad de espíritu. El foco de su atención no es Cristo, sino el pecado. El sacramento esencial en la Iglesia no es la Eucaristía, ni el bautismo, sino la confesión. La única preocupación es huir del pecado. E imitar a Cristo para ellos es huir de los pensamientos malos, evitar todo peligro, limitar la libertad de todo el mundo y sospechar malas intenciones en cualquier acontecimiento de la vida. No; no es ésta la imitación de Cristo que proponemos. Esta podría ser la actitud de los fariseos, no la de Cristo.”
“Para otros, la imitación de Cristo es un gran activismo apostólico, una multiplicación de esfuerzos de orientación de apostolado, un moverse continuamente en crear obras y más obras, en multiplicar reuniones y asociaciones. Algunos sitúan el triunfo del catolicismo únicamente en actitudes políticas. Para otros, lo esencial una gran procesión de antorchas, un meeting monstruo, la fundación de un periódico... Y no digo que eso esté mal, que eso no haya de hacerse. Todo es necesario, pero no es eso lo esencial del catolicismo.”
SAN ALBERTO HURTADO, NO SOLO NOS DICE LA FORMA ERRADA, SINO QUE NOS DICE CUAL ES LA VERDADERA SOLUCIÓN PARA TRANSFIGURASE EN CRISTO.
“Nuestra religión no consiste, como en primer elemento, en una reconstrucción del Cristo histórico; ni en una pura metafísica o sociología o política; ni en una sola lucha fría y estéril contra el pecado; ni primordialmente en la actitud de conquista. Nuestra imitación de Cristo no consiste tampoco en hacer lo que Cristo hizo, ¡nuestra civilización y condiciones de vida son tan diferentes!
Nuestra imitación de Cristo consiste en vivir la vida de Cristo, en tener esa actitud interior y exterior que en todo se conforma a la de Cristo, en hacer lo que Cristo haría si estuviese en mi lugar.
Lo primero necesario para imitar a Cristo es asimilarse a Él por la gracia, que es la participación de la vida divina. Y de aquí ante todo aprecia el bautismo, que introduce, y la Eucaristía que alimenta esa vida y que da a Cristo, y si la pierde, la penitencia para recobrar esa vida...
Y luego de poseer esa vida, procura actuarla continuamente en todas las circunstancias de su vida por la práctica de todas las virtudes que Cristo practicó, en particular por la caridad, la virtud más amada de Cristo.
La encarnación histórica necesariamente restringió a Cristo y su vida divino–humana a un cuadro limitado por el tiempo y el espacio. La encarnación mística, que es el cuerpo de Cristo, la Iglesia, quita esa restricción y la amplía a todos los tiempos y espacios donde hay un bautizado. La vida divina aparece en todo el mundo. El Cristo histórico fue judío vivió en Palestina, en tiempo del Imperio Romano. El Cristo místico es chileno del siglo XX, alemán, francés y africano... Es profesor y comerciante, es ingeniero, abogado y obrero, preso y monarca. Es todo cristiano que vive en gracia de Dios y que aspira a integrar su vida en las normas de la vida de Cristo en sus secretas aspiraciones. Y que aspira siempre a esto: a hacer lo que hace, como Cristo lo haría en su lugar. A enseñar la ingeniería, como Cristo la enseñaría, el derecho..., a hacer una operación con la delicadeza de Cristo..., a tratar a sus alumnos con la fuerza suave, amorosa y respetuosa de Cristo, a interesarse por ellos como Cristo se interesaría si estuviese en su lugar. A viajar como viajaría Cristo, a orar como oraría Cristo, a conducirse en política, en economía, en su vida de hogar como se conduciría Cristo.
Esto supone un conocimiento de los evangelios y de la tradición de la Iglesia, una lucha contra el pecado, trae consigo una metafísica, una estética, una sociología, un espíritu ardiente de conquista... Pero no cifra en ellos lo primordial. Si humanamente fracasa, si el éxito no corona su apostolado, no por eso se impacienta. La única derrota consiste en dejar de ser Cristo por la apostasía o por el pecado.
Este es el catolicismo de un Francisco de Asís, Ignacio, Javier, y de tantos jóvenes y no jóvenes que viven su vida cotidiana de casados, de profesores, de solteros, de estudiantes, de religiosos, que participan en el deporte y en la política con ese criterio de ser Cristo. Éstos son los faros que convierten las almas, y que salvan las naciones”.
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