Vivir esta frase es la esencia del cristianismo. En vez de criticar, ponerse en los zapatos de los demas y pensar en todo momento que son dignos, que tienen virtudes y muchas veces, mas que nosotros mismos. Que bonito si todos asumieramos esta virtud y dejaramos la vanagloria.
Te ganaste un 100 mi amor!
Frase de san Pablo:
“No hagan nada por ambición o vanagloria, antes con humildad
estimen a
los otros como superiores a ustedes mismos.”
Filipenses 2,3
Impacto de la frase: Esta frase seria el modelo a seguir a
toda la humanidad que se dice cristiana, que es imitar a Cristo que: “No ha
venido para ser servido, sino para servir”, (Mateo 20,28). En este mundo de hoy
vemos como se nos bombardea que ser exitoso es ser el primero en todo, mejores
puestos de trabajo, mejor posición social, en fin, ser superior a los demás no
importa el método o la forma que utilizamos para llegar a ese “éxito” que la
mayoría de las veces implica apabullar, engañar y hasta humillar a los hermanos.
Vemos como hasta en ambientes de Iglesia se lucha por los primeros puestos y se
olvidan que lo importante es ser reconocido como servidor y no destacarse por
encima de los demás llegando a veces a las calumnias y chismes que nos dejan
muy mal parados como imitadores de Cristo. Ser humildes no es anunciar nuestras
hazañas o prodigios laborales, deportivos o eclesiásticos, es más bien escuchar
al hermano, y hacer nuestro sus logros o momentos felices. En nuestra
cotidianeidad es simplemente ceder los mejores puestos, cederle el paso a los
vehículos con una sonrisa, perdonar las ofensas, servirnos de último al comer,
en fin, hacer las cosas simples pensando con el corazón de Cristo.
El mismo
apóstol también predico en Corintios 4,13 lo que a veces recibiremos y debemos
aceptar: “somos calumniados y consolamos a los demás. Somos la basura del
mundo, el desecho de todos hasta ahora.”
Jose Grau