No caigas en el gancho. No bajes tu nivel a la aprobación de los demás, del mundo. No negocies tus principios porque si lo haces serás infeliz y se te pasara el tiempo en disparates. Camina con integridad y si te toca ir contracorriente hazlo...incomoda a los demás?, no importa, como quiera, hazlo. Los hijos de Dios no se andan con mediocridades. No existe el medio santo. Santos completos o nada!
Ajústate mejor a los criterios del cielo, a los de Cristo.
-Hermana, pero eso no es fácil...me dirás...
Y ¿quién dijo que lo seria, te preguntare?, cuesta porque hay que morir a una serie de cosas que tenemos en el interior. La conversión duele, claro que sí, pero es lo mejor para el alma. Mejor dicho es LO UNICO para el alma que fue creada para LA VIDA ETERNA, no solo para este ratico del mundo.
-Es que los demás se molestan conmigo, no me hablan, me miran mal, me borran del “Face” y de Instagram....me dirás
y ¿qué es lo importante, te pregunto yo...serle fiel a Dios o quedar bien con el mundo?.
Al pobre diablo aquel, le encanta tentar y hacernos caer en polémicas sin sentido. En vicios sin sentido, en infidelidades a nuestro Señor, sin sentido (mintiendo, haciéndonos sentir que el otro nos incomoda, pegándonos en nuestro orgullo – “tú tienes la razón” -, entreteniéndonos con cosas que no son importantes, llenándonos de banalidades que al final se quedan aquí, llenándonos de vanagloria, colocando frente a nuestros ojos lo que nos gusta una y otra vez, vanidad, avaricia, envidia, falsos respetos humanos, pereza: no hacer, no me importa, voy cuando quiero, no cuando me llaman…) con el único fin y sentido de “distraernos” del verdadero fin que es Dios, elegir el bien.
Si no estás de acuerdo con algo, dilo, exprésate, comunícalo, resuélvelo; mientras más rápido lo hables mejor, porque pierde fuerza. Solo lo que no se expresa cobra fuerza porque está oculto pero sigue allí. Eso es lo que quiere el mal espíritu, de ahí que aquel santo varón Ignacio de Loyola dijera “tentación confesada, tentación ganada” pues ya no tenía poder sobre la persona. Todo lo que sale a la luz y se dice: al pan, pan y al vino, vino, se resuelve con la ayuda de Dios; pero si nos quedamos buscando la vuelta a las cosas y ajustándonos según el mundo “para que no diga, para que no hablen, para que me acepten, para que esto y lo otro”….hermano…NO ESTAS FERMENTANDO. ¡Habla! que ya el mundo tiene bastante por los silencios guardados.
¿Te equivocaste?...se humilde y acéptalo: metí la pata, perdóname, pero habla, no calles. No tendrás tu integridad o tu dignidad si solo por quedar bien, no hablas. Hace 2017 años alguien muy valioso pagó por tu dignidad, fue crucificado para devolvértela. Así que…no negocies, ni con el mundo, ni con los hombres, ni con el mal. Elige, a pesar de todo y con la asistencia del Santo Espíritu de Dios, el bien. Solo así serás feliz porque verdaderamente eres libre.
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