miércoles, 16 de abril de 2014

¡Jesús me tocó!

Esta cuaresma ha traído tantas bendiciones. Ha traído también pruebas, cruces y desalientos, pero se ha caracterizado por una conciencia profunda de amor y esperanza. No se ha desperdiciado nada, jajaja, ¡todo lo he ofrecido!

Ayer fue uno de esos días en los que el Maestro simplemente se pasó  de generoso.
En la parroquia, estábamos reunidos antes de iniciar nuestro retiro de preparación para la Pascua. Inició  el muy querido Padre Eduardo la adoración al Santísimo Sacramento y como siempre, Jesús caballero, Jesús amoroso se adelanta y viene al encuentro de la asamblea. Visita a cada persona.



Nos arrodillamos y veo que vienes Maestro hacia mi, ¡que emoción me embarga, El Maestro viene a verme!, muchos bajan la cabeza, por respeto y humildad.  Yo con gran alegría, cual si fueses un imán, no puedo dejar de verte, estoy como embobada en tanta belleza…¡qué grande eres amigo, que grande eres Señor!. No te pude despegar la mirada ni un momento solo cerré los ojos cuando tocaste mi frente…¡santa alegría la que embargo mi alma!… ¿cómo ser igual después de un toque tuyo?… ¿acaso alguien puede quedar igual después de tenerte en frente?. A ti belleza infinita, el Señor del Universo, Cristo mismo!, El Salvador, ¡oh Padre amado, gracias por Jesús !.
"Te amo Jesús", solo te pude decir eso. y seguí viéndote, recorriendo la asamblea, tocando, llevando consuelo, paz, alegría, sanación…¡estás vivo Maestro, estás vivo!, eso hay que gritarlo a los cuatro vientos.

Cuanto gozo en mi alma, cuanto consuelo. Ese mismo que caminaba por Galilea, Jerusalén, en el Jordán, con los apóstoles…ese mismo, esta hoy aquí, sigue sanando, sigue amando, sigue muriendo por ti y por mi.
Maestro gracias por amarme a pesar de mis imperfecciones. Gracias por estar en cada momento de mi vida, pendiente hasta de las cosas mas pequeñas




Yo quiero Señor ser lo que tú tienes pensado para mi. Ayúdame a cumplir tu voluntad en todos los aspectos de mi vida.
Esta semana Santa, quiero ser diferente. Quiero entregarme más a ti y a tu plan para mí.
Gracias por tanto amor, gracias por morir por mí que tantas veces soy como Pedro, o como Judas, o como Tomas…y sin embargo sigues queriendo mi salvación.

Decimos en cursillos que tenemos un "tesoro": "tengo una vida, una solamente  y tu Maestro mío, moriste para que yo la tenga a plenitud. Ayúdame a cumplir mi parte.  ¿Qué voy a hacer en esta Pascua?,  ¿es una oportunidad que voy a dejar pasar?. ¿Resucitaré a una vida con Cristo o me quedare simplemente en las cruces de mis propias miserias?

¡Que no me pase esta Semana Santa por encima!. Que tu muerte Cristo amigo, hermano y Señor no sea en vano. Que verte colgado de ese madero produzca en mi frutos. Que me mueva Señor a saciar tu Sed. Esa sed de almas que tienes, esa sed de hombres y mujeres que se comprometan a responder cristianamente con su vida.

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