Como está de moda colocar en redes lo que uno se come, les
presento "mi desayuno". Si me dan a elegir uno de los dos...no podría
decir cuál de los dos es más importante, si la palabra de Dios o el que me como
y sabe rico, pero algo si tengo muy claro...NO SALGO DE MI CASA sin antes
hablar con Dios y encomendarle mi día...se siente taaaannnn diferente!
pruébalo!
Viernes 13 de Enero del 2017.
Evangelio:
El Hijo del hombre tiene poder para perdonar los pecados.
Lectura del santo Evangelio según san Marcos 2, 1-12
Gloria a ti Señor.
Cuando Jesús volvió a Cafarnaúm, corrió la voz de que estaba
en casa, y muy pronto se aglomeró tanta gente, que ya no había sitio frente a
la puerta. Mientras él enseñaba su doctrina, le quisieron presentar a un
paralítico, que iban cargando entre cuatro. Pero como no podían acercarse a
Jesús por la cantidad de gente, quitaron parte del techo, encima de donde
estaba Jesús, y por el agujero bajaron al enfermo en una camilla.
Viendo
Jesús la fe de aquellos hombres, le dijo al
paralítico: "Hijo, tus pecados te quedan
perdonados". Algunos escribas que estaban allí sentados comenzaron a
pensar: "¿Por qué habla éste así? Eso es una blasfemia. ¿Quién puede
perdonar los pecados sino sólo Dios?"
Conociendo Jesús lo que estaban pensando, les dijo: "¿Por qué piensan así? ¿Qué es más fácil,
decirle al paralítico: ‘Tus pecados te son perdonados’ o decirle: ‘Levántate,
recoge tu camilla y vete a tu casa’? Pues para que sepan que el Hijo del hombre
tiene poder en la tierra para perdonar los pecados -le dijo al paralítico-: Yo
te lo mando: levántate, recoge tu camilla y vete a tu casa".
El
hombre se levantó inmediatamente, recogió su camilla y salió de allí a la vista de todos, que se quedaron atónitos y daban gloria a Dios, diciendo: "¡Nunca habíamos visto
cosa igual!"
Palabra del Señor.
Gloria a ti Señor Jesús!
"¡Nunca habíamos
visto cosa igual!”…efectivamente puedo decir lo mismo: “Nunca había visto cosa
igual, nadie igual!”… Ver que el hijo de Dios se empeña en darnos sanación aun
cuando muchas veces ni siquiera somos
conscientes de la gracia recibida…no tiene comparación con nada de lo que
haya visto.
Tampoco había visto nunca tanta bondad y misericordia para
con cada uno de nosotros. Fíjense que el paralitico ni siquiera va por su
propia voluntad, no es el quien dice “llévenme” sino que unos amigos le llevan.
Ahora, unos amigos BIEN CONVENCIDOS de que Jesus tiene lo que necesita este
hombre para sanarse.
Muchas de nuestras enfermedades físicas están entrelazadas
con nuestras enfermedades o dolencias espirituales de tal manera que Cristo
elije sanarle primero espiritualmente y perdonarle sus pecados para que así,
estando limpio, entonces pueda caminar rectamente en adelante, lleno de la
Gracia de Dios y trabajar junto a Él en la construcción de su reino. Un reino
de Paz. Pidamos la gracia de poder siempre llevar a nuestros amigos y hermanos
a los pies de Jesus, no importa que haya mucha gente, que tengamos
dificultades, que el tiempo no de mucho, que tenga mil cosas en el trabajo, en
la universidad, en la casa. Que mostremos siempre nuestra disponibilidad a su
voluntad. Que realmente seamos un enlace para que la luz del Maestro pueda
llegar a los demás; aunque pensemos que lo que hacemos es poco, no importa
puesto que no estamos llamados a hacer grandísimas obras…porque esas las hace
El.
Pero igual sepamos que para poder hacer eso debemos tenernos
nosotros mismos ganados para Cristo, nosotros mismos ganados y en constante conversión
de nuestro corazón a los criterios de Dios… ¿cuáles son?, sencillísimo…cumplir
los mandamientos, serles fiel a Dios, a su presencia en nuestra vida. Honrar
nuestro cuerpo que es templo siendo fiel a Dios y por tanto a nosotros mismos,
puesto que esto es nuestra dignidad. Siendo fieles quiere decir no entregarnos
y emplear nuestra voluntad para con las cosas del mundo sino solo para con las
cosas bellas, hermosas, justas de Dios. Dándonos en cada segundo a todos como
el grano que muere para dar fruto a algo mejor. Gastémonos llevando a los demás
a la fuente de toda sabiduría, alegría y paz, al amor mismo que es Cristo y gastémonos
además en presentarle nuestras miserias a Dios para que siempre nos sane y
mantenga por su gracia en “forma” en este camino que vamos recorriendo de
vuelta a casa de nuestro Padre.
Que por los méritos de Jesus, quien está esperándonos y nos prometió
que guardaría morada para cada uno de nosotros, nuestro Padre del cielo nos
otorgue las gracias necesarias para estar siempre en camino. Amen.
Dios te bendiga
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